Take the World – Capitulo 2: La ceremonia.

Take the World – Capitulo 2: La ceremonia.

Cap 2 La ceremonia.

Junto a Córin el Lobo estamos en el bosque de cacería, es necesario asegurar una buena cantidad, ya que por la razón que sea, hoy hay un festín.

Escudriñamos los bordes menos utilizados en la cacería habitual con la esperanza de encontrar algún ciervo o jabalí, con un par de cualquiera de estos y el suministro de carne estará asegurado.

-Pequeño Mistios… ahí delante, un grupo de cerdos salvajes, no son jabalíes, pero nos valen…-

-Entendido, iré por arriba, este árbol es bueno, lo suficiente para poder emboscar a uno con seguridad. –

-Excelente, lo pensaste bien, ahora iré tras el arbusto y cuando tu dispares, yo igualaré y ambos tendremos una presa. –

Lentamente, pero a paso seguro, Córin el Lobo se escondió tras unos matorrales, flanqueando el extremo izquierdo de los cerdos salvajes, por mi parte, trepé a las ramas más altas del primer árbol, una vista perfecta y sin interrupciones una vez que el viento deje de soplar fuertemente el disparo llegará con facilidad y será mortal.

Tomé una de las flechas del carcaj y la coloqué sobre la cuerda de mi arco, respiré profundo, tensé la cuerda utilizando tanto los músculos de los brazos como los del pecho y la espalda, levantando el codo por sobre la cabeza hasta que la parte trasera de la flecha rose mi mejilla, de esta forma es más estable.

Apunte con seguridad a la espalda del cerdo salvaje, si perforo los pulmones y el corazón no irá muy lejos, solo unos centímetros desviados serian un precio caro. La presa podría huir.

Al soltar la flecha su característico silbido paso casi desapercibido, cortando el viento, con una inmensa fuerza penetró entre los omóplatos del cerdo que cayó sin vida luego de chillar suavemente.

Al instante Córin el Lobo disparó su flecha y esta dio justo entre los ojos de un segundo cerdo que trataba de escapar, fue tan preciso que si se midiera la distancia entre ojo y ojo con respecto a la flecha probablemente sería la misma.

Al bajar del árbol, Córin ya había amarrado a los cerdos, cada uno tenía cerca de 80 o 90 kilogramos de carne, eran pequeños, pero sería bienvenido el alimento en la aldea, la carne es un bien preciado.

Arrastrarlos por el suelo del bosque era mi única opción, aun con tanto trabajo físico, mi cuerpo no podía cargar durante mucho tiempo al pesado cerdo, aunque he de admitir que al verlo un poco de saliva se acumulaba en mi boca.

Dos horas tomó el volver de los extremos del bosque, en la aldea muchas antorchas habían sido desplegadas, varias mesas ubicadas alrededor de un inmenso montículo de madera, la hoguera.

Entregando los cerdos a las mujeres, estas se ocuparon de separar y limpiar, los hombres seguían trayendo lo necesario, madera y ollas de barro inmensas. Todo para poder comenzar a preparar las fiestas.

La música llegó con los tambores y al bajar el sol la luz vino de las antorchas, la gran hoguera recién estaba siendo encendida y poco a poco tomo fuerza emitiendo más brillo. Es algo realmente impresionante cuando una pila de madera comienza a arder.

Los chicos y chicas de mi edad danzan y comparten, muchos de ellos han sido comprometidos recientemente, pregunté porqué un par de veces, pero el anciano siempre me respondió que un Mistios como yo no debe mezclarse con la gente común de aquí, no supe si yo soy el problema o si estoy errando en mi pensamiento, aun así… me da un poco de envidia que ellos puedan sostener la mano de sus compañeras y bailar al son de las llamas de la gran hoguera.

El estofado tomaría tiempo en estar listo, algunas frutas y pan habían sido servidos de antemano, un poco de cecina también, aunque era en extremo salada, carne es carne. El vino sólo es para los ancianos y los cazadores, a pesar de poder cazar, el anciano me dijo que mancharía mi alma si bebiera alcohol en tal importante evento para mí.

Sentado a un lado de la hoguera admiraba a los chicos y chicas bailando, tal vez algo en mi rostro hizo que Madame Serpiente viniera a mi lado.

– ¿Qué sucede pequeño Mistios? –

-Oh, buenas noches Madame Serpiente, incluso a la luz de la hoguera es una mujer muy hermosa… realmente mi problema no es un problema, es más bien a causa de mi falta de entendimiento, aun no tomo suficiente conocimiento, ¿estaré fallando en dar mis respetos? –

-Claro que no Pequeño Mistios, nadie en la aldea se atrevería a cuestionarte, entre los hombres de aquí, incluso antes de ser hoy uno de ellos, fuiste respetado, que los espíritus me maldigan si miento, tu hiciste todo lo que podías hacer… aun así entiendo que estés insatisfecho ¿Qué dices si vienes con esta vieja dama a danzar con las llamas? –

-Agradecido estaría por tal bondad, Madame Serpiente, aun si cien años pasaran, usted seguiría siendo la flor más radiante en cualquier campo de rosas. –

Tomando mi mano, Madame Serpiente me llevo a la hoguera donde dancé junto a los chicos y chicas al compás de los tambores y los laúdes siguiendo el norte de las llamas.

Entre risas y vueltas me divertí un poco, olvidando mi pesar. Aun siendo un Mistios puedo divertirme, aun siendo un Mistios no entiendo que es lo que soy. En cuestión de algunos minutos el baile termina y la ceremonia comienza. Todos se reúnen ante el anciano que bendice a los espíritus en su oración.

Pide por los enfermos, por los caídos, por los que perdieron su guía y los que no encuentran el norte en sus corazones. Pide por aquellos que perdieron a alguien y por los que desean hallarlo y finalmente…

-… Oh espíritus, la tierra, viento, agua y fuego… los espíritus de los bosques, la luz y obscuridad, agradezco a todos porque fuimos bendecidos con nuestro Mistios… Oh, pequeño Mistios, ven ante mí… presenta tus respetos a los espíritus. –

Confundido, me acerqué hasta donde estaba el anciano, él me tomó de los hombros y me puso frente a la hoguera. Marco con el carbón del suelo mi rostro y me pidió que me arrodille.

-Oh espíritus, he aquí al hijo de sus enseñanzas, he aquí al Mistios que vino de las llamas y parte a su destino, ¡Oh grandes y benevolentes espíritus! Bendigan ahora a nuestro pequeño, sellen nuestro pacto con su sabiduría, tomando parte de nuestras almas, hagan llegar sus intenciones. –

El fuego se tiñó de color violeta, las llamas crecieron, pero la madera no crepitaba, las brasas no ardían, el fuego era frio.

Graznidos se oían desde los árboles, la obscuridad llegaba y ojos se posaban sobre mí, cientos de ellos… Los sentía, me llamaban.

*… Ven aquí Mistios, muestra tu valor. Toca la llama eternamente fría…*

Me levante y miré a las llamas, en el centro, un cuervo inmenso se posaba, sus ojos negros me atravesaban como si mi cuerpo fuera pasto y mi alma la luz que absorbe del sol, me observaba como si mi pasado no existiera y mi futuro fuera un camino recto, me observaba esperando sólo una cosa, que me acerque y deslumbre mis ojos blancos en el inmenso negro de su mirar.

-Aquí estoy, espíritu del cuervo ¿Qué deseas de mí? –

* … ¿Deseas vivir, Mistios? … * su voz llego a mi mente.

Ahí estaba él, posado altivamente sobre el fuego, mirándome mientras ladeaba ligeramente su cabeza, sus ojos negros se posaban sobre mí y la sensación del peso de ellos era inmensa. Era tan densa su mirada que partía mi alma, pero no permitía que escape, era tan profunda que no entendía donde terminaba yo y comenzaba él.

-Yo, lo deseo. – dije mientras mi corazón se arremetía a sí mismo entre los “sufrires” del  pasado, aquella historia que viene marcada en mi alma.

Con un destello, mis ojos enceguecieron y al abrirlos, me encontraba en el suelo. Todos a mi alrededor estaban felices y la fiesta se reanudó cuando pude ponerme en pie.

Un asiento fue preparado al lado del anciano y se me indicó tomarlo, sólo pude ir y disfrutar de la comida que finalmente estaba lista para ser devorada, la delicia era poca comparada con el hambre, lo que sea que haya pasado consumió mis fuerzas como el río que arrastra los troncos, me dejó agotado.

Al terminar la comida, los chicos y chicas se formaban frente al anciano para recibir sus nombres y sus bendiciones, los pocos que fueron bendecidos por un espíritu podrían utilizarlo como parte de sí mismos, al igual que Córin el lobo, El oso, Sabath el gato y Madame Serpiente, solo aquellos tocados por tales seres pueden ser llamados por su animal representante.

Al último pero no menos importante mi turno había llegado, a los lados los que habían sido prometidos, a partir de ahora serían reconocidos como una pareja casada, en los siguientes meses construirían sus hogares, encenderían el fuego que llamaría a los espíritus protectores y poco después tendrían a sus hijos al calor de las llamas, aunque sigo pensando que son un poco jóvenes para tales cosas, en este lugar donde la gente es poca y no llegan los extranjeros, mantener la población es algo importante.

-Ven aquí. – dijo en anciano.

Me paré frente a él y me preparaba a arrodillarme.

-Detente… no es necesario que te arrodilles. – dijo el anciano levantándose al unísono de su asiento y caminando hacia mí.

-Ikrev, El Mistios, hijo de la sabiduría de aquellos bendecidos por los espíritus, a partir de ahora te otorgo el sobrenombre de “El Cuervo”, como él, haz de ser listo, un cuervo no es fuerte solo, junto a los suyos depredan a sus presas. El cuervo no ataca de frente, espera a que su presa esté agotada y roba su vista, toma todo lo importante para después tomar su alma, el cuervo no se queda quieto, observa desde las alturas llevando el temor a sus enemigos, el cuervo no se ve, pero aparece incluso en los sueños, has sido bendecido por el cuervo de la noche, acepta tal honor y llévalo contigo Ikrev El Cuervo. Siempre serás guiado por los espíritus, ahora… recibe nuestras bendiciones. Como patriarca, te doy tus alas, tómalas, úsalas y deja que te lleven lejos. – dijo tomando su capa negra adornadas en plumas brillantes de igual color y colocándola a mi espalda.

A un lado, Córin el Lobo se acercó con un objeto envuelto en telas.

-Como el lobo, te reconozco como parte de la manada, los seres del bosque no serán tus enemigos, yo afirmo, como el lobo te reconozco como a un igual y mi amigo, como el lobo te presto mis colmillos, mas no los desenfundarás para intimidar, sólo han de ser mostrados cuando debas defenderte o comer, los colmillos del lobo ahora te pertenecen, úsalos sabiamente.- expreso desenvolviendo dos espadas cortas gemelas, su brillo en metálico resalta la inmensa calidad del acero utilizado, fueron hechas a medida. Su tamaño no supera los 50 cm de longitud y su empuñadura es lo suficiente como para que una mano pueda sostenerlas, el pomo era una bola de metal con un trozo de cuero amarrado a forma de seguro, para que la espada no se escape de mis manos por accidente.

-Humildemente lo acepto, formaré parte de la manada y no desenfundaré mis colmillos a los inocentes. –

Asintiendo con un atisbo de orgullo en su rostro, palmeo mi hombro derecho y se fue. Tras él, el Oso y su esposa esperaban.

-Pequeño Mistios, te hemos visto crecer, como un cachorro de los nuestros te vimos hacerte fuerte y aprender que no se necesita ser grande para ser fuerte, no se necesita ser rápido para ser listo. El oso te reconoce como uno de los suyos y te brinda su apoyo, el oso quiere que te protejas, por eso te brinda su piel, dura como el más fuerte de los aceros, pero recuerda que aun asi cualquier piel se desgasta, debes cambiarla o repararla cuando sea necesario, llegara el tiempo en que cualquier piel que uses será parte de ti.- en ese instante el oso me entrego una armadura de cuero completa, brazales, un peto y tobilleras, con placas de acero y tachas reforzadas, me protegería ante cualquier amenaza.

Un abrazo que me levantó del suelo seguido de revolver mi cabello con su inmensa mano que ocupaba por completo mi cabeza, ese fue su saludo, la inmensa compasión del oso pudo llegar hasta lo más profundo de mi ser con su amable sonrisa.

Madame Serpiente, en un hermoso vestido rojo, apareció tras el oso y su esposa, al parecer tomó el tiempo justo para que ella pudiera hacerse aún más hermosa. Su cabello negro en una brillante trenza y sus morados ojos se posaban sobre mí, con cariño, con tal calidez que solo ella podría brindar.

-Mi pequeño Mistios, aquel que me enseñó de la belleza, mostrándome que más que lo que se ve, es lo que hay debajo de ella, lo que importa… mi pequeño Mistios ahora es un hombre… la Serpiente te reconoce como uno de los suyos, entiende que has de pasar por el suelo para emboscar a tus presas y que tu fuerza puede no ser suficiente en ocasiones pero la serpiente, astuta, te dará su veneno… tómalo, úsalo sabiamente y recuerda que un veneno es tan mortal como lo es su cura mal implementada… – dijo y entregó un libro bastante grueso, las hojas hechas de pieles curtidas podían apreciarse una a una como fueron cocidas cuidadosamente, un trabajo de años enteros y en la portada un cuervo de alas extendidas y una serpiente bajo él estampados a la fuerza, tal vez arreglos de último minuto. Siempre sorprendente, Madame Serpiente.

En el último instante, Madame Serpiente me tomó fuertemente entre sus brazos y robó mis labios en un apasionado beso, la mujer más hermosa de la aldea me dio el regalo único del cálido sabor de sus labios.

-Debes aprender a leer, para que mi regalo a ti tenga sentido. – dijo antes de separarse y alejarse a paso raudo.

Unas risas se escuchaban, varios saltos y vasos cayendo, entre bamboleos por sobre las mesas Sabath el gato llegaba haciendo desastres, a paso de ebrio se acercó cargando con él una mochila y aliento a alcohol.

-yho yho yho… feliz inicio para ti, Pequeño Mistios bendito por El cuervo, aunque no me llevo bien con él, ciertamente. Se ve demasiado delicioso, pero es muy espinado para mí. Aquí te traje diversión y color, te traje atracción y fulgor, todo lo que deseas y necesitas para viajar te lo entrego en las manos. Mucho tiempo me tomo, finalmente lo conseguí, las garras del gato son. Úsalas y diviértete, mas no te pierdas en la ilusión ya que como seguro has de saber, algunos mejores que tú lo son.

Maestro de lo oculto eres ya, no hay desperdicio en vociferar, que, dentro de esta aldea sin par, el más divertido Mistios eres y serás. El gato te va a extrañar, pero siempre debes saber que donde un gato esté, los rumores van a correr, las ratas también aparecerán y podrás tomarlas a gusto, pero si no tienes cuidado solo obtendrás un disgusto, el gato te ha dado lo que llevaba y ahora quiere descansar, más que trabajo es vagancia lo que me llevó a verte progresar. –

Entonces me arrojo la mochila que era realmente pesada y salto sobre una rama, desapareciendo entre ellas, rápido y fugaz fue. Pero puedo entender porque, al gato jamás le gustó estar donde todos lo puedan ver.

Dentro de la mochila, todo tipo de cuchillos y artilugios para trampas podían apreciarse, afiladas agujas y dardos, filosas hojas para arrojar, cartas y dados junto a un tablero para jugar a lanzar dardos. Todo lo que él consideraba divertido me lo trajo, me sentí realmente conmovido, esto ha de ser algo realmente importante para el gato. Cerré mis ojos y le agradecí a él y a los espíritus.

– ¡Ahora! ¡¡Que continúe el festival!! – Gritó el anciano

Los cánticos y tambores sonaron hasta que la gran hoguera dejó de arder, poco a poco cada uno volvió a su hogar, muchos, con mucho más de lo que tenían el día anterior, ya que ahora su corazón valía por dos.

Meditando junto a Córin el lobo me quedé durante la larga madrugada alumbrada por la luminosidad azulosa que la luna bridaba tenuemente con su presencia, tal vez sea la última vez.

– ¿Aun practicas esto? – me dijo mientras aún tenía sus ojos cerrados.

-Por supuesto, cada vez que estoy alterado, yo medito. Es excelente para ver las cosas con otros ojos. –

-Has aprendido bien, ¿entiendes que esta será la última vez que podremos hablar? –

-Lo hago, disfruté durante mucho tiempo el vivir aquí, sus enseñanzas y todo lo que este lugar puede ofrecer… –

– ¿Y el beso de madame serpiente? Haha… incluso a mí me sorprendió. –

-B-bueno, no me lo esperaba ciertamente, pero ¿a quién le disgustaría que una hermosa mujer le diera un beso? Aunque éste fuera de despedida. –

-Tienes razón, déjame decirte una cosa… los hombres que buscas, aquellos sobre los que tu sed de venganza se cierne, vienen de tierras lejanas y fueron traídos aquí por un nuevo rey que usurpó el trono a la fuerza… no sé mucho de ellos, sólo que vienen de muy lejos y llevan la desesperanza con ellos, vuelven en sangre y cenizas cada pueblo a su paso. Saquean, violan y asesinan tanto como les es posible…-

-E-entonces…-

-Son gente de otros lugares de este mundo. Aun asi debes ser cuidadoso, no sabes cómo pelean o qué tan bueno son en ello. Si no puedes ser más fuerte, se mas rápido, si no lo logras entonces se más listo. Pero salir con vida es tu prioridad. –

-Guardaré tus palabras, lo investigaré a fondo antes de lanzarme a la pelea. –

-Muy bien… Se ha hecho muy tarde ¿no irás a dormir? –

-Supongo que sí, aunque todavía estoy nervioso. –

-No tienes nada que temer, sabes cómo ser una buena persona, aunque eres un Mistios. –

– ¿Puedo preguntar a qué se debe eso? –

– ¿A qué te refieres? –

-Cuando llegue me dijeron que soy un Mistios y aun hoy no estoy seguro de que significa. –

-Es simple, no te hagas mucha idea. Es como llamamos a los extranjeros que vieron a la muerte al rostro, sus ojos se tornan grises y puede reconocerse el terror en su mirada. Se dice que mirar a un Mistios a los ojos puede llegar a enloquecer a alguien. Se dice que las almas de todos los que vio morir se pueden ver en sus ojos, torturando eternamente como un castigo a los malditos por el Mistios, Eres un portador de la muerte, Ikrev. –

-No sé qué decir…-

-Solo acéptalo… Eres quien eres, lo que serás depende de lo que quieras hacer y la gente pensará lo que muestres ser. –

Cuando el sol se asomaba el anciano me llamo, ya me esperaba lo que estaba por suceder, después de todo soy un Mistios, sea lo que sea que yo soy, no debo quedarme más tiempo aquí.

-Ikrev El Cuervo, debes partir…-

-Lo sé, ¿hacia dónde me debo dirigir? –

-Las tierras del norte serán, los espíritus me han dicho que ahí encontraras las respuestas que buscas. –

-Muchas gracias por todo hasta el día de hoy, Patriarca. –

-Déjame decirte algo… debes ir y tomarlo todo, es algo que no dije ayer. Pero el cuervo nació para ver a sus enemigos morir ante él, nació para tomarlo todo y arrastrar a los culpables de todo mal a la desesperación. Asi que no tienes permitido morir o dejar este mundo sin vivir lo suficiente como para ver a cada uno de tus enemigos sin vida, y no puedes morir sin tomar el mundo en tus manos hasta darle la forma e imagen que los espíritus te guíen a construir. Ahora vete… un guía te espera. –

Salí de la casa comunal, el sol se alzaba por el horizonte tras los árboles, me di una última vuelta para apreciar el lugar, sus rusticas casas hechas a partir de madera, musgo y pieles me parecían cautivadoras, incluso nostálgicas, antes de que el pesar me llene más que mi decisión, di media vuelta y me fui con rumbo hacia el norte.

El espesor del bosque desaparecía cada pocos cientos de metros, sobre una rama un hermoso cuervo negro aguardaba, al verme voló de la rama y se posó sobre mi hombro derecho, comprendí que se quedaría junto a mi toda mi vida.

Cada paso que daba me acercaba aún más a mi historia, debo encontrar a los hombres de armadura roja y llamas tras sus pasos. Tengo que tomar sus almas y condenarlos. Debo tomar todo lo que les pertenezca.

Un segundo paso afirmó mi pensamiento y seguí mi camino durante un largo tiempo.