Hola a todos les escribe Schzender ¿Como estan? espero que todos esten bien en su casa y/o sus respectivos trabajos. Ultimamente es dificil subir contenido por varias razones que tomaría mucho tiempo explicar, por lo pronto va a tomar un tiempo que las otras novelas reanuden su emisión, por favor sean pacientes. ahora con esto dicho, espero que disfruten el siguiente cap de este trabajo.
Capítulo 4: Los fuertes castillos son… frágiles.
El camino al trote de los caballos era duro, la carreta se mecía con violencia a cada bache sobre la senda que pasábamos. Durante varias horas avanzamos y solo una vez nos detuvimos para alimentar a los caballos y darles de beber, instantes después seguimos el camino. Durante medio día al galopar que, más que galope era un trote, tomó llegar hasta la fortaleza previa a la ciudad. No hizo falta siquiera entrar para entender que algo no estaba nada bien.
En la entrada el puente levadizo bajaba casi al mismo tiempo en que los guardias sobre las murallas nos vieron en la distancia. Las cadenas del inmenso puente dejaban que este cayera lentamente. Para cuando arribamos al paso, recién había tocado el suelo.
Con una tranquila caminata arribamos e ingresamos al patio de armas, la primera impresión que tuve de este lugar fue… “Destruido” o casi completamente destruido.
-Estaremos en este lugar solo esta noche, prepararemos una habitación para la señorita y su bebé, los hombres tendrán que dormir en la barraca.- Informó el centinela que estaba guiando a los caballos de la carreta a pie.
-Hombre… está bien, solo tengan cuidado con mi mujer e hija.- pidió Henry en un tono amable.
-No se preocupe señor, todos aquí tenemos o tuvimos madre o hermana, dudo que alguien se quiera pasar de listo. Por otro lado, ustedes deben ir al barracón, alguien allá les dará indicaciones…-
-Gracias.-
Seguí a Henry en silencio, no es que hubiera mucho que decir realmente solo que se veía algo nervioso por alguna razón.
-¿Qué tanto miras?-
-Nada… ¿estás nervioso?-
-Claro que sí. Desde que Erín nació nunca me aleje demasiado de mi esposa y ella.-
-Ya veo.-
El pasillo que nos llevaba a los barracones estaba bien iluminado, a esta hora el sol comenzaba a ponerse en el horizonte y poco se veía dentro de las murallas. Aunque de uno de los lados esté completamente destruida. No quedaban muchas rocas apiladas como para que “Parezca” muralla.
En el barracón un guardia cuidaba la entrada, equipado completamente y con una antorcha sólo nos miró al llegar.
-¿Qué asuntos podrían tener ustedes aquí? Y ¿Por qué no llevan una antorcha? Es la ley la que obliga a portarlas cuando cae la noche.-
-Lo siento, llegamos recién con el resto de soldados, nos dijeron que viniéramos hacia aquí para que nos brindaran una cama por esta noche.-
-Oh… Sí, el mensajero nos lo dijo… llegó un poco antes que ustedes solamente, ¿así que tuvieron suerte y salieron con vida?-
-Si no fuera por este chico de aquí yo también hubiera muerto y quien sabe que le pasaría a mi esposa.-
-¿Él? Se ve… pequeño.-
-Si lo subestimas te llevaras un buen disgusto.-
-Hehe… Así que eres bueno peleando, pequeño.- dijo mientras extendía su mano para tocar la cabeza de Ikrev.
-Acércate un poco más y no tendrás dedos que usar.- intimidó Ikrev tomando sus espadas cortas sin desenvainarlas.
-Huh… ¡Jajaja! ¿Eres un bastardo duro eh? Pasen de una vez. Hay dos catres en aquella esquina, tómenlos por esta noche.-
Simples catres de madera cubiertos con paja y una tela arriba eran las camas. Tanto la de arriba como la de abajo no presentaban buenas condiciones, probablemente llevan mucho tiempo en servicio y nadie les dio su debido mantenimiento.
-Creo que deberías tomar la de arriba…-
-¿Quieres que caiga?-
-No… yo solo… mira, peso bastante más que tú y se nota a simple vista, sería peor que yo caiga arriba de ti si eso se rompe, si tu caes no me harás mucho daño que digamos.-
-Mmm tienes razón.-
Quitándose las botas Henry se quedó recostado sobre la cama, masticando algo de carne seca antes de dormir.
Ikrev dejo su mochila, pero no sin antes cargar las agujas y cuchillos arrojadizos a los lados de su armadura, en la parte hueca creada para esconderlos, luego tomó su arco, aunque inútil sin flechas.
(No seré idiota… yo no confiaré en ellos, un muro no se cae solo por falta de mantenimiento y menos los de este castillo, fácilmente podría aguantar mucho tiempo sin alguien que le eche un ojo. Iré a ver que está sucediendo…)
Bajando de la cama sin producir un solo sonido, salió del barracón y observó nuevamente al guardia frente a la puerta.
-¿A dónde crees que vas?-
-Sólo necesito caminar un poco, para que me de sueño.-
-Lo tengo, aguarda un minuto aquí.-
Rápidamente dio media vuelta y salió hacia donde estaba el guardia de la caballeriza, aunque solo fueron unos cuantos metros nada más. Al volver ambos caminaban uno al lado del otro.
-Quédate aquí un rato, iremos a dar una vuelta por las murallas.-
-Claro, pero no tarden demasiado o el capitán se enojara otra vez.-
-Tienen suerte que no está el Lord aquí…-
-Huh… ni lo menciones.-
-De acuerdo chico, vamos.-
Indicando el camino a seguir el soldado caminó hacia la puerta principal, donde se ciernen un par de escaleras una que da al este y otra al oeste del castillo, ambas para ir a través de las murallas.
-¿No tendrás problemas por dejar tu puesto?-
-No lo creo… de vez en cuando nos cubrimos para ir a estirar las piernas, si uno pasa mucho tiempo parado se arruina.-
-Ya veo…-
-Sabes… hace dos días terminó el problema que tuvimos con unos bastardos… un tal Sir no sé qué, alegaba que este castillo le pertenecía y que Su Majestad estaba equivocado al dárselo a Lord Edwing. No estamos seguros de dónde sacó su ejército, aunque sí sabemos cómo obtuvo los fondos. El desgraciado llevaba meses enteros robando a los mercaderes que pasaban por otro camino, a varios kilómetros de aquí.-
-¿Consiguió mucha gente?-
-Por supuesto, eran alrededor de 130 hombres de infantería y unos 50 arqueros, si tienes dinero, no es difícil conseguir un ejército, aunque estos sean mercenarios o intentos de “Caballeros” que buscan un botín que puedan llevar a su casa, o fama y renombre al tomar un castillo de otro caballero o Lord. Esos en especial suelen no pedir paga si no cumplen la tarea… por eso del honor y toda la mierda de ese rollo.-
-Suena a muy valioso en realidad…-
Habíamos comenzado a hablar sin prestar mucha atención en los alrededores, el sol terminaba de ocultarse por el horizonte y poco se veía más allá de las murallas, fácilmente alguien podría intentar colarse, si esa zona en particular no estuviera muy bien vigilada por varios soldados.
-Exactamente. Un castillo suele tener una fortuna en la armería, los caballos, los almacenes y las almenas, sin mencionar si es un castillo como éste, que poseyó antaño una capilla de los viejos dioses. La fortuna en plata y adornos es mucha… a costo de enfadar a la iglesia.-
-Por lo que parece, lograron entrar…-
-Eso diría cualquiera al ver este desastre… pero por fortuna no lo lograron. Algún ladronzuelo que seguía a este caballero de nombre seguramente intento un asedio antes, uno pensaría que tenían fundíbulos, catapultas o arietes, pero la realidad es que los desgraciados aprovecharon que el agua del foso esta baja e hicieron un agujero hasta la muralla donde incendiaron una enorme pila de madera quemando los puntales, eso causo que la pared colapse. Eso es conocido como “El método del caballero sucio” ya que sólo los que no tienen dinero usan ese método en lugar de máquinas de asedio.-
-Ya veo, entonces el incendio quemó los puntales y al partirse mermó la resistencia de la roca y solo arrojaron algo después y el muro cayó ¿no es así?-
-Exacto… veo que entiendes del tema, al calentarse tanto y al echar algo después la roca simplemente cedió. Entonces comenzó la lucha. Los arqueros desde la muralla disparaban tanto como podían y los soldados ahí debajo comenzamos la escaramuza. Aunque no había mucho lugar para que pasen nos costó mucha gente el controlar la situación, antes teníamos unos 250 o 270 soldados, ahora solo quedamos 110 en total. Y a pesar de eso el bastardo se escapó con unos pocos… Sus arqueros particularmente eran buenos en lo que hacían.-
-Eso es muy malo, podría volver a intentar tomar el castillo ahora que está vulnerable.-
-El capitán pensó lo mismo, pero su ejército quedo completamente destruido, tal vez unos 25 o 30 de ellos huyeron exitosamente y unos pocos de ellos lastimados. A menos que tenga a más gente no creo que pueda hacer nada.-
-Aun así la posibilidad está ahí ¿no es así?-
-Es tal como dices, por eso esperamos a los ingenieros que repararan la muralla, aunque la estamos cubriendo con madera por ahora, eso tendrá que bastar hasta mañana o pasado, sólo son un par de días máximo.-
-Ya veo.-
-Por cierto mi nombre es Halrat.-
-Ikrev…-
-Mucho gusto en conocerte… y tú… ¿Dónde aprendiste a pelear? He oído que esos tártaros no se andan con payasadas cuando toman las armas.-
-No era muy bueno el que maté… Era lento en realidad, aunque parece que le daba algo de problemas a Henry, el tipo que me trajo en la carreta. Mis maestros me enseñaron a pelear y casi todo lo que sé en realidad.-
-¿Maestros? No sabía que eras un noble.-
-No lo soy… Sólo fui educado más o menos por gente con experiencia.-
-Eso en mi experiencia es mucho más de lo que un soldado regular obtiene, rara vez aparece alguien con un entrenamiento adecuado.-
-¿Tan raro es?-
-Claro… Verás, con regularidad sólo los nobles obtienen el privilegio de la enseñanza en casa, los demás sólo debemos aprender por nuestra cuenta o durante la estancia en el ejército, aunque te lo digo yo, es una miseria en cuanto a entrenamiento, pocas son las veces que los he visto entrenar algo útil.-
-No estoy seguro, pero creo que entiendo. Dime ¿Cómo podría alguien como yo conseguir algo de dinero?-
-¿Dinero? Bueno, no conozco un Lord que desperdicie un buen soldado, pero no suele pagar bien, por otro lado, los mercenarios siempre están de un lado a otro y al ser independientes el saqueo luego de las batallas les es muy rentable en ocasiones, pero no te garantiza estatus o renombre a menos que seas bueno en ello… Si eres bueno matando, pronto sabrán tu nombre, pero no sería raro que quisieran cazarte por ello.-
-¿Sabes dónde podría encontrarlos?-
-Mmm… es difícil estar seguro de eso, pero creo que podrías encontrarlos en la taberna Mud en Rattage.-
-Gracias por la información, entonces decías sobre… un momento.-
-¿Qué sucede?-
-Shhh… mira.- dijo Ikrev señalando el exterior de la muralla.
Pocas y tenuemente podían verse sombras caminando alrededor del foso. Era difícil ya que la poderosa obscuridad de la noche cubría como un manto todo alrededor.
Las misteriosas sombras colocaban tan silenciosamente como podían algunos tablones, llevaban consigo largas escaleras de asedio, aunque no parecían ser muchos tal vez solo son la avanzadilla de un ejército, o eso creyeron.
-Oye…-
-Esto es malo.-
-No me digas… ¿no deberías ir a avisar?-
-¿E-eso creo? ¿Qué harás tú?-
-¿Dónde hay flechas?-
-En el torreón de allí encontraras un barril lleno.-
-Excelente, ahora ve a avisar. Cubriré este lado, si tratan de venir gritaré.-
-No debes gritar, mira… de este lado del torreón hay una cuerda, solo hala de ella con fuerza y sonarán las campanas.-
-Lo tengo.-
Rápidamente Halrat corrió hacia las escaleras para tocar la campana de las barracas, su intención era despertarlos a todos, la campana de emergencia seria hecha sonar por Ikrev solo momentos antes. Era una situación delicada.