La Sonrisa de Lázaro Capítulo 52: Esa es mi respuesta

La Sonrisa de Lázaro Capítulo 52: Esa es mi respuesta

Punto de vista de Saun

 

– ¿Deseáis la libertad? – Pude verlo, en sus ojos había desconcierto, un toque de miedo y esperanza. Pero esta última fue rápidamente ocultada y consumida por la desesperación.

– Por favor señor guardia, no nos haga bromas tan pesadas – La cara del viejo era triste, mientras que la del joven llena de libido y sed de sangre.

Parecía que me confundieron.

– No soy ningún guardia, ni nada por el estilo – Con ello extendí mi mano y quité la oscuridad de ella, dejando verla fuera del árbol donde me escondía y un trecho de mi brazo.

Sus ojos brillaron de nuevo.

– Lo volveré a repetir y esta vez espero una respuesta. ¿Deseáis la libertad? – A mi pregunta el joven comenzó a temblar, parecía extasiado, pero en cambio, el viejo rápidamente lo detuvo.

Ahora entiendo porque la bruja me mando a buscar a un joven así, impulsivo, fácil de engañar, de atraer, sin la sabiduría de los años.

Puede que la haya cagado por tener al anciano también metido en esto.

– Dime extraño, cuál sería el precio por nuestra libertad, no existe almuerzo gratis en este mundo – Maldito viejo.

– El precio seria vuestra libertad, una vez salvados serviréis bajo de mi señor – El viejo parecía dubitativo, mientras el joven casi grito.

– Olvídalo papa, es otro monstruo que intenta volvernos esclavos, por lo menos en batalla moriremos con honor – Su temperamento me recuerda a Gal, aunque también tiene razón, desde su punto de vista no cambiaría mucho su situación.

Pero las palabras del viejo, me impresionaron.

– Cállate maldito estúpido, si mueres quien defenderá al clan, acaso piensas que tras morir esos asquerosos pájaros dejaran a los nuestros, solo eres un maldito iluso y un cobarde, preferir morir a quedarte a su lado, es el pensamiento de tontos – Parece que el carácter fuerte del hijo vino del padre.

– Extraño, quiero hacerte unas preguntas, pero tendrá que esperar un poco, en nada este árbol caerá y pasaremos al siguiente – Sin decir nada me moví, al minuto escaso el árbol donde ellos usaban su magia fue arrancado.

– Bien extraño, has dicho que te serviremos, entonces dime que trato tendremos – La edad suele ser símil de sabiduría y el anciano era la confirmación de esta regla.

– Lo primero, no me serviréis, únicamente a mi señor. Segundo, vosotros calificareis como vasallos, pero esto durara durante vuestra existencia, lo único diferente de ser esclavos es que no tendréis cadenas, ni sufriréis hambre, tampoco seréis castigados a no ser que hagáis algo estúpido, si no, sufriréis aún más que ahora – El anciano estaba pensando y el joven no se atrevió a hablar, pero sus puños apretados mostraban su descontento.

– También os daremos un regalo de Bienvenida – En ese momento, estaba sonriendo, solo de pensarlo se me aceleraba el corazón, una pena que no pudiesen verme la cara.

– ¿Que será ese regalo? – El joven pregunto, pero el viejo seguía en sus pensamientos.

– Que regalos sería más placentero que la venganza – jajaja. Lo note, lo escuche, sus corazones se saltaron un latido, parece que será divertido al final no matarlos.

Ellos, ambos, padre e hijo, estaban temblando, parecían un par de gelatinas con un toque de sed de sangre.

– Tengo una última pregunta – El anciano se recuperó mucho más rápido que su hijo.

– Dime viejo –

– ¿Qué piensas de tu señor?, lo has mencionado unas pocas de veces – Esa maldita bruja ha predicho todo, realmente da miedo.

– Mi señor es un santo en este mundo, alguien que ha dado su vida por nosotros, aunque no lo hizo por bondad, él lo admitió, no quiere que pensemos cosas que no son, él es amable con los suyos y el verdugo de sus enemigos, yo soy su arma, una de ellas y mi vida es suya, si le sirves vivirás, si le fallas estarás muerto y no hará falta que él de la orden, pues yo seré vuestra sombra hasta que no quede ninguno con vida – Con cada palabra, un toque de adoración y sed de sangre se expulsaba, no habían mentiras, solo hechos.

Tanto el viejo como el joven estaban temblando, miedo, la sed de sangre los estaba envolviendo, parecía que estuviesen envueltos entre depredadores.

– Por último viejo, cuando marchéis a la guerra, fijaos en los seres de blanco con máscaras, si se quitan las máscaras, corred con los ojos cerrados, si lo hacéis sobreviviréis y os salvareis. Si esta información llega a los pájaros, estáis muertos, si no lo hacéis, estáis muertos, si no os comportáis cuando estéis con mi señor… –

– Estaremos muertos – El joven parecía entenderlo, pero no del todo.

– No, no moriréis, viviréis, mientras veis como vuestros amigos y familiares son torturados durante toda vuestra vida y os aseguro que durara muuuucho – Con todo dicho me fui, ya no hacía falta decir más.

 

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Autor~ Verith

Editor~ Max D. Warguen