James es una persona sumamente aburrida.
Su vida es simple y monótona como ninguna otra, despertar a la misma hora cada día, ordenar su cama y tomar una ducha rápida.
El agua siempre ha de estar a la misma temperatura, y casi nunca se tarda más de lo normal. Pues si se llega a demorar aún más no tendrá tiempo para salir a correr. Siempre recorrerá la misma ruta del día, pues correr más lo deja totalmente exhausto y correr menos le deja insatisfecho.
Al llegar a su hogar recupera el preciado líquido que su cuerpo sudó, y desayuna un banano. Algunas veces come algo distinto al banano, pero para él, este es el desayuno más balanceado para su ser.
Come lenta y tranquilamente para que su cuerpo puede descansar de la exigente actividad corporal, pues en cuanto termine se ha de volver a bañar para ir a trabajar.
Su trabajo no le exige usar un uniforme en concreto, pero él siempre vestirá igual para ir a trabajar, pues para él esta es la manera más cómoda de afrontar la labor que se le ha de presentar.
Trabaja todo el día hasta las cuatro de la tarde, toma el autobús a la monótona hora habitual solo para poderse sentar en el lugar en el que prefiere descansar.
James siempre se dedica a descansar en el trayecto de su trabajo a su hogar, algunas veces dormirá y otras simplemente se recostará y disfrutará de su tonada favorita mientras contempla al mundo pasar atreves de la pequeña ventanilla.
En cuanto llega a su hogar comienza a limpiar y preparar algo para cenar, es común que siempre prepare un trozo de res con “algo más” que usualmente sea lo primero que vea y que se le antoje a su paladar.
Después de cenar, elegirá uno de los muchos libros que le gusta coleccionar, y tranquilamente se sentará en su amado sofá.
Acompañado de un vaso de su adorado ron de cuatro años con dos cubos de hielo y un pequeño cuenco lleno de maní descascarado, encenderá la luz de la lámpara cuidadosamente fijada tras de él y comenzará a leer.
Algunas veces simplemente le gusta terminar el libro una vez lo ha de comenzar, otras veces le gusta leerlo con gran paz, por lo que puede llegar a tardar hasta una semana para poderlo completar.
Una vez se ha vaciado su vaso de ron y se ha terminado el cuenco de cacahuetes simples y tostados, cerrará su libro y se irá a dormir.
Esta es la vida de James, tan simple que ni siquiera necesite de una página para explicarla.
Has de estar pensado “pero que hombre tan infeliz es James” o algo como “¿Cómo puede vivir una vida así?” pero mi respuesta no te sorprenderá ni alarmará, pues para James está es la vida ideal.
La vida no siempre será una montaña rusa de emociones hilarantes y problemas despampanantes, es más, con el tiempo siempre terminará volviéndose aburrida y constante. ¿Es esto malo?
Por supuesto que no lo es, aquel que es capaz de disfrutar de una vida aburrida y constante es el más feliz. Pues para esa persona cada día es el más alegre y tranquilo que puede encontrar en su vida, no necesita preocuparse por vacacionar o buscar la ayuda de alguien más para su vida estabilizar. Lo único que debe de hacer para descansar y disfrutar de su día es seguir la misma rutina.
La rutina perfecta es aquella que otorga paz y felicidad, no hay necesidad de que esta sea alocada o poco convencional; si algo funciona no hay necesidad de cambiarlo. Tal vez puedas pensar en mejorarlo, pero lo mejor es asegurarse de no estropearlo al manipularlo, pues si se rompe no lo podrás reparar con facilidad.
La paz es estable, constante y amable. No hay necesidad de perturbarla solo para sentir un poco de adrenalina en la vida.
Esto no quiere decir que toda rutina ha de ser aburrida, simple y monótona. El sentido recae en buscar la mejor rutina, que te de paz y te permita descansar, el resto del mundo no te ha de importar.
Si eres capaz de descansar cada día de tu vida, y a la vez puedes disfrutar de esta paz y la conviertes es alegría; te habrás convertido en una de las pocas personas que ha conquistado la vida.
Pues, aunque James puede ser una persona aburrida, nadie puede cuestionar que disfruta de su vida.
Autor: Aldohnc