Punto de vista de Luneth
La asombrosa marea de enemigos corría desenfrenada, pero se detuvo, quietos.
Todos tenían la vista perdida, a excepción de algunos que decidieron esconderse detrás de sus compañeros y aquellos esclavos los cuales aún avanzaban con los ojos cerrados.
Sabíamos que si corrían así, significaba que eran aliados y deberíamos dejarles pasar, pero nadie les hizo caso, no podíamos, pues lo que estábamos viendo no tenía nombre, nos quedamos de piedra e incluso algunos soldados les sucedió lo mismo que a nuestros enemigos, estaban mirando detrás mía, hacia él.
Aunque sabía que el poder del señor Hel era grande, nunca me imaginé el terror de verlo en persona, miles de hombres y mujeres, todos, muy lentamente, estaban fragmentándose, como si fuesen estatuas antiguas o porcelana, tras esto, sus fragmentos caían al suelo y se desmigajarían en polvo.
Ninguno gritaba, ni sufría, incluso muchos sonreían como si fuese un placer enorme, ellos estaban plácidamente allí, ya no parecían estar en una batalla, si no, escuchando una magnifica melodía o contemplando arte, estáticos.
Los sonidos de cadenas comenzaron a resonar detrás nuestra, aunque tenía curiosidad, sabía que si lo hacía moriría, la curiosidad se estaba volviendo un pecado mortal en este campo de batalla, solo puedo rezar para que la profecía de mi diosa no termine en el camino de su ira, no tendríamos oportunidad.
Extrañamente, gritos y quejidos de dolor comenzaron a resonar por el campo de batalla, pero era una voz conocida y de ninguno de los soldados, solo de escucharlos mi pecho comenzó a doler y ahora entendía porque no querían que usase esta habilidad.
Poco a poco los gritos de dolor de Hel se volvieron tan fuertes que resonaban por todo el lugar, cuantos más fragmentos se desprendían, cuantos más soldados enemigos se derrumbaban, más dolor era transmitido por gritos, realmente quería ir y pedirle que se detuviera, pero entendía que si el no diese lo máximo, no tendríamos una mañana.
Entre llantos solo pude susurrar – Lo… siento… –
Mi susurro de alguna manera fue escuchado por mi alrededor y mis llantos percibidos.
Gwent me agarro la mano y asintió, ella miro a Leva con cuidado de no tocar la mirada con la del señor Hel.
Leva parecía temblar, lo mismo para los generales que tenían algún contacto con el inmortal, él estaba sufriendo por nosotros y mientras estábamos aquí quietos.
- Déjame invitarte a una copa y permíteme disculparme contigo, por ahora solo puedo pedirte que aguantes, no vamos a desaprovechar tu sufrimiento – Leva levanto su tridente.
Gwent también lo hizo y grito.
- Arqueros, demostrémosles que también podemos defender nuestro hogar – Con su orden todos los soldados con armas a distancia y dentro del rango comenzaron a disparar, lo mismo hice yo, endurecí mi corazón y junto a mis sacerdotisas cantamos nuestra teúrgia.
- Mi diosa Luna, tú que puedes ver el destino, guía nuestras flechas para que ninguna erre y siempre alcance su destino – La luz blanca y pura de la luna envolvió nuestros arcos y aun estando en el fondo de la formación defensiva, nuestras flechas volaron y alcanzaron al objetivo, nuestras flechas, gracias a nuestra habilidad como sacerdotisa, tenían una probabilidad de acierto del 100% pero eso no aseguraba la muerte de ninguno de nuestros enemigos, solo que no fallaríamos.
Desde el inicio del combate solo habían pasado unos 7 minutos, pero el número de enemigos había sido reducido a 5000, si seguía así, esta batalla terminaría pronto, pero, cuando los esclavos llegaron a nuestra segunda línea, todo el silencio de su lado del campo de batalla fue ahogado en gritos de dolor y furia.
Todos ellos habían recobrado el sentido y los gritos del señor Hel se detuvieron en su mayoría, solo se podían escuchar su fuerte respiración.
Punto de vista de Hel
[La máscara del remordimiento ha sido retirada]
[La maldición del abismo hacia el usuario ha sido activada]
[No puede controlar su habilidad sanguínea]
[Aura de ruina es activado]
[Aura de ruina]
Provoca el estado alterado: encanto (menor), transmitir dolor y ruina (menor).
Estos efectos solo están activos mientras te están mirando.
Esta habilidad es la característica principal del ???, de los ???, esta habilidad es única y solamente usada en aquellos que recibían un trato favorable, permitiendo el descanso eterno incluso para aquellos inmortales, usando el atributo único (ruina) el cual desmorona cualquier existencia o ley, el proceso de sufrir ruina es extremadamente doloroso, ya que permite al afectado recibir el dolor de ser desmenuzado, fragmento a fragmento, inclusive el alma, esto sin tener la capacidad de reducir el dolor o desmayarse, por esta razón el ???, absorbía el dolor y lo sufría el, este dolor puede ser compartido por todos los miembros de ???, pero cada uno solo puede reducir un 2% del sufrimiento total.
En el momento en que mi mascara fue retirada y por ende me miraron, sobre todo por el encanto (menor), fue su perdición, simplemente no tenían las estadísticas para evitarlo y con ello una oleada de dolor absurda comenzó a ser transmitida a mí.
Comenzó con un fuerte dolor de cuerpo completo, pero poco a poco, cuantos más enemigos eran paralizados por mirarme y el efecto de la ruina comenzaba a afectarles, más y más de su sufrimiento era transmitido, de poder aguantarlo a duras penas, a que mis gritos eran fácilmente audibles.
En ese instante, las cadenas de mis compañeros comenzaron a enlazarse una con otras y al final convergieron en las mías.
- Permítenos acompañarte mi señor – Extrañamente, sus voces fueron transmitidas a mi mente, pero poco a poco me estaba perdiendo a mí mismo, ellos pudieron ahorrarme cierta cantidad de dolor, pero aunque me quitaron mucha carga, el sufrimiento solo hacía que aumentara, no podía controlar mis llantos y berridos, mi voz se estaba volviendo afónica, pero si no aguantaba, esta ciudad caería, no sabía porque me importaba tanto este lugar, simplemente llevare aquí unas semanas, no entendía porque aguantaba tanto dolor, quería rendirme, dejar de sufrir, pero a la vez no.
Cuanto más aguantaba, más me perdía en mis pensamientos, en la locura, la sangre estaba saliendo por todos los orificios de mi cara y mis piernas hacía tiempo que habían cedido, pero aun así no volvía colocarme la máscara, no lo iba a hacer, pero de pronto algo sucedió.
Lilith apareció a mi costado y la coloco sobre mí.
- Ellos no merecen más de tu sangre, ahora déjales luchar – En el momento en el que mi mascara fue colocada, todo el dolor se detuvo de repente y mi cuerpo cayo por completo, ya no podía sacar fuerzas ni para respirar correctamente, yacía acurrucado por Lilith y simplemente me quede allí.
Mi mente, mi alma, mi cuerpo, todos imploraron por no volver a retirarme la máscara.
Por dejar de luchar.
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Autor~ Verith
Editor~ Max d. Wargen