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Cap 17 La Reina.

La nave era inmensa por donde se la viera, una completa fachada irrisoria dirigida a la necesidad de mostrar poder.

El casco de madera reforzado internamente con láminas delgadas de un metal similar al acero, probablemente lo convertía en lo más parecido a un acorazado. Destinado a desviar las flechas y mantener la flotabilidad aun en caso del que el casco de madera se rompa, este tipo de construcción está destinada a engañar al enemigo, este navío aun sin sus velas puede avanzar siempre que cuente con suficientes tripulantes para los remos.

-Señor Finn, detrás de esa puerta se encontrara con la Reina de Suwarda y su guardia real. Por favor si lleva algún arma, déjela aquí con nosotros. Prometemos en nombre de Su Real Majestad que mantendremos sus pertenencias en completa seguridad y serán devueltas una vez que la reunión termine.-

Observando al muy elocuente soldado, me di cuenta que su trato preferencial no era dirigido a un enemigo ni a un aliado, se dirigía como si tratase con un comerciante. Su forma tan meditada de explicarse y dar a entender el punto, me hace pensar que probablemente esta Reina busque el poder que poseo, aunque no sepa cuál es exactamente, ella apunta a las armas de fuego.

Deje mi cuchillo táctico y mi Glock 22, pero no deje las granadas de mano ni las granadas flash, en el peor de los casos podrían salvarme la vida.

Incluso dentro del inmenso navío había unas puertas excesivamente decoradas.

¿Este mundo tiene un extraño fetiche hacia las puertas? Me pregunto…

Al ingresar un pequeño recorrido de no más de 10 metros hacia una pared de madera, los pilares alrededor sostenían el techo de la cubierta superior, el castillo de esta nave o su “equivalente” estaba en la popa de la segunda cubierta, entre paredes reforzadas como si fuera una cebolla con varias capas.

Con total seguridad el casco de madera y la primera coraza están detrás de estas paredes de acero templado.

Si tuviera en cuenta la flotabilidad y la resistencia, aun con algunas granadas es probable que esta monstruosidad siguiera flotando, la única salvación seria disparar alrededor de 10 cohetes antitanque al casco de esta nave y rogar que sea suficiente para inhabilitarla.

-Bienvenido, Soy Mihanan, Reina y Gobernante de todas las tierras dentro de Suwarda. ¿Conoce usted mi país?-

-Gracias por… recibirme forzosamente en su magnífica nave. Soy Finn Walker y lamento tener que decirle que soy ignorante de la mayoría de los países.-

-¿Es así? Es una pena realmente, aunque nuestro país es pequeño nuestra capacidad de hacer la guerra es inmensa.-

-Puedo verlo con claridad.-

Si todas sus embarcaciones cuentan con este tipo de doble blindaje entre madera y metal es probable que sus navíos sean los más resistentes aunque su movilidad… probablemente deje mucho que desear.

Mientras observaba curiosamente a la bella Reina con su cornamenta curva similar a la de una cabra, ella solo sonreía tal vez considerando las acciones a tomar, podrían intentar tomar lo que desee a la fuerza y tal vez con ello tome la ventaja brevemente, pero con la tecnología actual es imposible de replicar el armamento y munición que poseo.

-Seré franca con usted, ya que creo que entiende por qué estoy aquí.-

-Mis armas ¿No es así?-

-Está en lo correcto, deseo sus armas y sus naves para mi flota. ¿Cuál es su precio?-

-Es una pena que piense así… no están a la venta.-

-Oh vamos… si quiere oro solo diga la cantidad que desee, puedo hacerle el hombre más rico del mundo.-

-No me interesa, el oro no me mantendría vivo. El punto es que si fuera por oro, tal vez podría incluso comprar su país entero si quisiera.-

-¡T-Tú maldito lengua floja!- agrego uno de sus guardias.

La Reina solo levanto su mano para que este mantenga el silencio de inmediato.

Al oírme decir eso sus ojos se fijaron en mi inquisitivamente, buscando algo.

Con seguridad que ese algo que busca es mi debilidad.

-¿Qué tal mujeres? Nuestras mujeres son las más bellas…-

-No serviría, probablemente sería aún más problemático tenerlas cerca. Si ese fuera mi deseo una esclava me sería más útil en ello y causaría menos problemas.-

-¿Qué me impide simplemente ir a tomar esas armas?-

-Ciertamente poco lo hace, aunque con esta cantidad… no sería suficiente.-

Para acceder al almacén tiene que desembarcar en la bahía o no conseguiría la capacidad para cargar sus naves con lo que necesita, en ese caso está en jaque ya que hay dos torres con un par de minigun de 7.62 conectadas a baterías solares y contenedores de 10 mil rondas. Sus naves serian solo picadillo ante las balas anti-blindaje incendiarias.

Si decidiera tomar una ruta más larga no cuenta con los carruajes y caballos para transportar la cantidad, aun con pocas personas podría tomar un método de guerra de guerrillas y minar sus recursos hasta que abandonen o sean completamente eliminados, si no los atacamos nosotros tal vez los monstruos y no podrían descansar lo suficiente, por lo tanto el desgaste seria su peor enemigo, al igual que la falta de alimentación y agua potable.

 

-¡Jajajaja! Eres un hombre interesante… ¿Qué puedo ofrecerte para que estés de mi lado?-

-No hay nada en tu poder que puedas ofrecerme, ya que yo no estoy en venta, ni mis naves. Pero eso no significa que “nada este en venta”.

Podrías simplemente tomarlo todo, tomarías ventaja de la guerra tal vez… por algunos días, no más allá de eso. No puedes replicar lo que poseo.-

-Subestima a mi país, somos muy eficientes en cuanto a investigación mágica.-

-Justamente por eso estoy seguro que no pueden hacer nada al respecto.-

-Entiendo… bueno, no realmente, pero me hago a la idea de que su genio está más allá de lo que cualquiera en mi país posee incluso yo misma y con esto estoy totalmente segura ahora mismo.- dijo mientras se levantaba y se acercaba a mí.

-¿Segura de qué?- le pregunte mientras lentamente acercaba mis manos a las anillas de la granada flash.

Antes de responder se arrodillo en el suelo y con los dos brazos frente a su estómago cruzados en forma de equis bajo levemente la cabeza ante mí.

-¿¡¡QUE ESTA HACIENDO SU MAJESTAD?!!- gritaron los guardias reales mientras palidecían en su lugar.

-Usted es realmente quien creo este arma ¿no es así?- dijo mientras colocaba el Revolver .38 Special en el suelo y volvía a su posición.

-Ya veo… llego hasta usted en tan poco tiempo, me sorprende.-

-Aquí y ahora en nombre de todo mi Reino yo Mihanan Eridia Lustia Suwarda dispongo a todo mi país a sus pies, me rindo ante su poderío y le entrego el poder total sobre mi nación y aquellos que viven en ella, con una sola condición.-

-Ese es un nombre muy complicado eh… bien ¿Cuál es su condición?-

-Cásese conmigo. ¡Estoy dispuesta a darlo todo por usted Mi Dios! ¡Dejaría todo solo por una pizca de su conocimiento!- grito mientras su pesada respiración se tergiversaba en una sonrisa realmente depravada.

-Eh… ¿Cómo dijo?-

Luego de una irremediable larga charla se decidió que desembarquen solo los más importantes que viajaban junto a ella, que serían en realidad la Reina y tres de sus más grandes generales.

La propuesta de matrimonio fue espléndidamente rechazada por mí y se dejó el asunto para más adelante aun a costa de las grandes lagunas de llanto de la Reina, aunque llegamos a un acuerdo de mutua cooperación  (Léase como un trato sumamente provechoso para mí y con grandes desventajas para ellos) sin problemas. Abriendo de esta forma la posibilidad de comerciar entre “naciones aliadas” más o menos.

La parte molesta… es que no puedo evitar que esta base se convierta en más que una simple base.

Los guardias reales por poco se orinaban en sus botas luego del susto más grande de su vida, en donde su propia Reina trataba de entregar a todo su país por una ferviente admiración sin sentido. Bueno no tan sinsentido.

Mientras las naves se acercaban a la bahía me di cuenta que no había ningún remero, ni tripulante a cargo de la manipulación de los remos, eran golems o al menos parte de ellos, un sistema mágico encadenado a grandes brazos de metal y alimentados mediante un circulo mágico que extra mana de grandes núcleos de demonios componía el sistema de propulsión a remos de las tres naves, al parecer la mayoría de las armas y equipos de la nave eran total o parcialmente autónomas.

Al parecer Miha (como reduje su nombre por comodidad.) es una de las mentes más brillantes dentro del mundo de la investigación mágica, por lo tanto tanto las balistas como las ballestas dentro de la nave son autónomas, son golems auto propulsados por núcleos mágicos diseñados como una plataforma de montaje y cargador en donde la función golem es aplicada a la carga de las armas y el movimiento de los remos, comandado por voz. Luego de emitirse una orden los golems son autónomos.

Los encargados de las armas apuntan y recargan a discreción y los remeros tienen pre programados los estilos de navegación y maniobras necesarias para todos los casos, el nivel de inteligencia de los golems varía entre las distintas calidades de núcleos. Lo cual es sorprendente a su manera.

Luego de anclar las enormes galeotas a profundidad dentro de la bahía se procedió a desembarcar en botes auxiliares, aunque el grueso de la tripulación se quedaría a bordo los cuatro visitantes que se componen de la Reina y sus tres Generales descenderían a pasar el día y partir mañana temprano.

Esta noche es un festival de bienvenida.

Grandes troncos dispuestos en una pila cuadrada con espacios entre ellos y en medio una cantidad considerable de pasto seco y ramas pequeñas comprendían el gran fogón al cual ahora admiramos durante esta noche despejada.

Las largas mesas rodean esta llenas de alimento y bebidas, las raciones MRE también tienen su turno junto a la carne y los frutos así como los peces capturados.

En un principio los generales estaban muy a la guardia ya que nos recibió Esfir junto a el equipo de seguridad en una excelente pasarela militar, de la misma forma que practicaron formaciones ahora las aprovechan para mostrar el armamento del que disponemos.

Aprovechando algunos morteros disparamos al cielo munición iluminante que brillan en blanco rojo y amarillo como si fueran fuegos artificiales, causando que todos en el lugar sonrían de admiración ante las “estrellas” brillantes aunque solo duren unos minutos.

Las verduras que fueron traídas en su mayoría se consumieron de inmediato y aquellas que fueron encontradas en la isla se utilizaron para comenzar la siembra de las mismas, la tierra era realmente adecuada en la llanura detrás del gran almacén.

-Maestro… entonces ¿Qué sucedió?-

-¿A qué te refieres Esfir?-

-Esa mujer… lo mira como un predador que encontró a su presa.-

-B-bueno… es un poco complicado.-

-¿Ella puede ser un enemigo?-

-No lo creo realmente… después de todo, creo que piensa que soy dios.-

-¿Eh?- dijo mientras su mente se paraba en seco y sus ojos se expandían más de lo necesario en una mueca de infinita incapacidad de comprender la situación.

-Sí, exactamente esa misma reacción tuve hoy al escucharla.-

Momentos después y finalmente tranquila Esfir entendió que me negué a su propuesta de matrimonio pero no a una cooperación, aunque Miha quería que este lugar fuera reconocido fundamentalmente como un país independiente con total apoyo de su estado vasallo (la nación de Miha) en temas económicos y militares a lo cual claramente me negué, no quiero ser un Rey o algo similar, suena problemático.

-Entiendo maestro… p-pero ¿No me abandonara?-

-¿De que estas hablando?-

-Usted se casara con la Reina… tomara residencia en Suwarda y nos dejara aquí… ¿No es así?-

-Claro que no es así, me niego a dejar este lugar, es cómodo y estratégicamente defendible, con más personas fácilmente podríamos controlar el mar entero… bueno, el mar de este lado del mundo.-

Aunque lograr tal hazaña solo se lograría con 1 o 2 millones de personas probablemente…

-Entonces ¿No se ira?-

-No lo hare, soy el único que puede manejar este lugar y hacer que valga la pena vivir aquí.-

-¡¡R-recordé que hay algo que debo hacer!!- dijo mientras huyo despavoridamente.

-¿Qué se habrá olvidado? Oh qué más da, espero que no sea grave.-

En el lado opuesto Miha tomo asiento mientras sonreía hermosamente y me observaba sin quitarme su vista de mí, incomodo, la mire de nuevo solo para ver sus acuosos ojos llenos de la determinación de hacer algo que no corresponde segundos antes de abalanzarse.

-FIIINNNN~ Querido~  *HIC* ¿P- porque tienes ese roshtro? Oh… no te ves naaaadaaa bien *HIC* tal vez un GRAAAANNN BEEEEESHOOOO lo re…*HIC* suelva.- dijo mientras me abrasaba con una fuerza totalmente sobrehumana y refregaba su cornamenta contra mi pecho, lo que dolía enormemente.

-¡Duele! ¡DUEEELEEEE! ¡¡QUIIITAAATEEEE!!- grite mientras la empujaba con todas mis fuerzas aun sin poder quitarla.

Al instante su guardia Real tomo la tarea de arrestarla y llevarla a descansar luego de disculparse.

-Ella… no le cae bien en lo absoluto beber.-

-No lo hace realmente, es muy débil a las bebidas.-

Su especie aunque de aspecto humano realmente era una cruza entre semi-humanos y demonios capaz de vivir por varios cientos de años a miles de ellos dependiendo la cruza de especies, particularmente Miha solo tiene 200 y tantos años lo que se considera alrededor de los 20 años humanos más o menos, no todos los demonios son malvados así como no todos los ángeles son benévolos, la equidad en este mundo es tan dispar como que las razas en el mismo mundo pueden ser polos completamente opuestos. Al punto de que no sería alocado ver a un ángel “Rey demonio” y a un Demonio “Héroe” representando a sus respectivos bandos. Es ciertamente perturbador no poder confiar en lo que debería ser regular por defecto.

Bueno, el mundo mágico y fantasioso no tiene nada de lógico, aunque me lo repito siempre, no puedo simplemente no aplicar la lógica que conozco. No aun.

La información que obtuve durante esta noche ciertamente explica la locura irracional de los dioses creadores de tal aberrante mundo, aunque es el único mundo para ellos, este es el segundo para mí.

Si me viera envuelto en todos sus problemas seria arrastrado a la sed de problemas que esos dioses desprenden y por lo tanto a situaciones irremediablemente peligrosas. Es necesario tener un suelo a parte del mundo, un lugar seguro de ellos, un lugar capaz de hacer frente a todo lo que aparezca.

Es necesario crecer con prontitud.

La noche termino tranquilamente mientras el fuego consumía la madera, muchos siguieron festejando hasta el amanecer, muchos otros solo fueron a dormir temprano.

Miha y sus guardias fueron ubicados en una vivienda desocupada que equiparon rápidamente, el tamaño promedio era de una cocina y dos o tres habitaciones por casa, lo que llevo a algunas molestias nada graves.

Cuando llegue a mi habitación me recosté sobre mi cama y tan pronto como cerré los ojos mi puerta fue golpeada.

Para que suceda en este momento… algo habrá ocurrido.

Al abrir la puerta Esfir estaba con su ropa de dormir frente a mí, su rostro con rastros de preocupación o miedo me enfrentaba al mismo tiempo que nuestros ojos se encontraron.

-M-maestro yo… ¡Quiero dormir esta noche con usted!-

-Pasa…- respondí.

Entro y tomo asiento en la cama mientras yo me senté en una silla que tome cerca del escritorio y ubique frente a Esfir.

-¿Qué sucede contigo Esfir?-

-Y-yo… estoy asustada.-

-¿Por qué motivo?-

-Tengo miedo de que me abandone.-

-Entiendo, no sé cómo hacerte sentir más segura, lo siento realmente. Pero te dije la verdad antes, no pienso abandonarte ni a ti ni a nadie aquí.

Realmente pienso en este lugar como mi hogar, pienso que todos estaremos seguros aquí y no quiero dejar que mi lugar seguro se derrumbe por algún capricho.-

-Esa mujer es muy hermosa… eso me hace sentir muy insegura.-

-No voy a negar que es hermosa, lo es. Pero eso no implica nada, aun si sucediera algo entre ella y yo eso no cambiaría el hecho de que no me iría de este lugar, lo más probable es que termine por quedarse aquí irremediablemente, aunque hare lo posible para que no termine de esa forma.-

-M-maestro yo…-

-Tranquila- dije mientras la abrase suavemente. –No puedo convencerte y no sé qué hacer realmente, no soy un buen maestro. Lo único que puedo hacer es decirte la verdad y esperar a que me creas, el tiempo va a mostrarte si lo que dije es o no real, si hoy deseas quedarte aquí conmigo no me opondré a ello.-

-Gracias.-

-Ahora, es momento de descansar.-

-Si…-

Sin mediar mucho más solo descansamos, aunque se aferró fuertemente a mi brazo no fue muy difícil dormir, normalmente una situación de este tipo me pondría ligeramente nervioso, pero estoy cada vez más seguro de que mi humanidad poco a poco me está abandonando.

Cada día… soy menos humano.

Por la mañana esta “delegación” levanto su estancia y luego de acordar que dentro de tres semanas a un mes volvería una embarcación con un embajador de su país, al cual poder acudir en caso de necesitar algo al igual que para comerciar los diversos bienes entre naciones. Claro que junto a ello vendrán ayudantes, lo que me preocupa es que con el nuevo comercio existan algunos espías del imperio.

Estamos en la época en la que la mayoría de los comerciantes tienen alguna afiliación y el dinero manda, lo más seguro seria contar con transportes comerciales propios. Eso haría que la seguridad aumente enormemente.

Saludando mientras abordaba el bote Miha sacudía su mano mientras gritaba “¡¡Fiiiinnnn te amo!!” y se sonrojaba estúpidamente.

A lo cual solo podía responder agitando mi mano en respuesta mientras ignoraba estupendamente el resto.

Las frías y punitivas miradas de los que están a mi alrededor me atravesaban como a un condenado a muerte que paso la mayor parte de su vida en prisión por sus crímenes y ahora llego al momento de su muerte.

A mi lado Esfir solo sonríe satisfecha mientras toma mi brazo y camina junto a mí, decidí que es momento de mejorar este lugar como sea.

Debo aferrarme a ella para no perderme a mí mismo, llegara el momento en que no sepa que soy.

Pensé con total certeza mientras observaba los hermosos ojos llenos de afecto de Esfir observándome desde mi lado. Su cálida presencia cubría lo que poco a poco deshabitaba en mi alma, aunque esta estaba ahí, lo que la componía originalmente probablemente ya no.