¿!Tú de nuevo!?
El sol estaba en lo alto y nubes blancas cubrían el cielo azul de la ciudad. El bullicio urbano se escuchaba en todos lados, la gente venía de distintas direcciones en la acera, entre los edificios estaban los usuales callejones, en ellos podías encontrar distintos espacios y corredores, usualmente vacíos, donde solo pequeños animales domésticos y otros roedores vivían y buscaban comida.
- ¡Qué hambre tengo…!
En uno de esos callejones solitarios, un gato negro vagaba en busca de un poco de comida que pudiera encontrar entre las sobras y la basura. Un pequeño gato de pelaje negro como el carbón, pero sucio y mal aseado que demostraba que había crecido y vivido en la calle, con un cuerpo delgado casi desnutrido, caminaba a la salida del callejón con la cabeza tambaleando.
- ¿Hace cuántos días fue mi última comida?
Como cualquier otro animal callejero, el gato negro buscaba algo que comer, aunque fuera una miseria. Desde que tiene memoria ha vivido en la calle, peleando por sobrevivir. Hurgaba en la basura, comía los insectos que podía capturar y a veces un pequeño roedor si tenía suerte, pero la vida de un callejero era dura.
- ¡Lárgate de aquí!
- ¡Meow!
Los humanos odiaban que hurgara en su basura y le gritaban, a veces lo golpeaban con algo o incluso le lanzaban agua de un balde. Él, sin oportunidad de buscar comida tenía que huir, y ese no era su único problema, perros callejeros, gatos territoriales, la misma ciudad y el mal clima, él tenía que lidiar con todo eso con tal de sobrevivir.
- Espero encontrar algo de comida por aquí…
Caminando suavemente a la salida del callejón, se encontró con una acera transitada por gente común. La gente que pasaba a veces lo volteaba a ver de reojo para luego ignorarlo como ya era usual. Intentando caminar a través de la multitud fue directo a la calle con la intención de cruzarla para llegar al parque que se encontraba al otro lado.
Evitando los grandes autos que venían de ambas direcciones, llegó a salvo al otro lado y se adentró en el parque en busca de comida. Revisaba los basureros, cazaba los insectos que podía, pero sin suerte, no podía conseguir comida..
- Qué cansado estoy…
El sol era abrasador para un gato negro, y aún peor para uno que llevaba días sin comer. Caminando casi tambaleándose en el parque, intentó acercarse a algún humano para probar apelar por algo de comida.
- Meow…
- Mira mama, un gatito
- No lo toques cariño, es callejero, no sabes dónde habrá estado
Nadie se molestaba en acercarse o ayudarlo por ser callejero. Intento varias veces lo mismo con distintas personas, a veces se frotaba contra sus piernas, pero ellos lo hacían a un lado o lo pateaban en algunas ocasiones.
El gato empezó a caminar, débilmente, hasta la fuente que se encontraba en medio de la plaza del parque en busca de un poco de agua, pero sus pequeños pasos eran tambaleantes, y entonces, cayó de costado a poco de llegar a la fuente. Respirando pesadamente en suelo directo bajo el sol, sin nadie que lo ayude, y solo viendo de reojo como la gente lo pasaba de largo.
- Yo solo… quiero un poco de comida…
- ¿Oh? Un pequeño animal desgraciado, que vista tan lamentable… pero utilizable.
De la nada, la sombra de alguien apareció frente a él diciendo cosas sin sentido. Estaba de pie sin más y podía distinguir una sonrisa que daba mala espina, entonces empezó a estirar su mano en dirección a él. Sentía peligro, esta persona no era como las demás, había algo extraño y peligroso en él. Intentó ponerse de pie y escapar, pero su cuerpo no se movía, estaba muy débil.
Pero sus intentos fueron en vano, podía sentir como su torso era sujetado por la mano de ese tipo y presionado contra el suelo. A su vez empezó a sentir cómo algo se extendía por su cuerpo desde donde estaba posada la mano de esa siniestra persona.
- ¡Meow! ¡Meow! ¡Meow!
El felino empezó a maullar de dolor y con movimientos débiles intentaba zafarse de las manos que lo lastimaban, pero era inútil, su cuerpo hambriento apenas tenía fuerza y cada movimiento lo agotaba más. Solo podía gritar de dolor con el deseo que llegara a parar.
- ¡Oye! ¿Qué crees que le haces a ese gato?
- ¿Y a ti por qué de pronto te importa?
Pudo llegar a escuchar la voz de otra persona gritando, pero lentamente su visión se ponía borrosa y su conciencia se desvanecía poco a poco mientras era cubierto por un manto negro.
- .. solo quiero descansar…
Y así todo se volvió negro.
♦ ♦ ♦ ♦
Corriendo con sus mochilas en mano, pasando a través de la gente por la acera, Makoto y Ryoko seguían a Zephyr que estaba volando delante de ellas sobre las personas. Hace unos minutos Zephyr interrumpió el buen día que tenía Makoto con una alerta de enemigo, al escucharlo ella estaba reacia a hacerle caso y prefirió seguir caminando como si nada pasara, pero Ryoko la tomó del brazo y la vio severamente. Al final Makoto tuvo que ceder ante su dura mirada y ambas empezaron a correr detrás de Zephyr que las dirigía.
- Ryoko-chan, no deberías venir, puede que, no, ¡es peligroso!
- ¡No me quedaré quieta viendo cómo corres para ponerte en peligro!
Al ver el rostro serio de su mejor amiga Makoto no tuvo otra opción que dejar que la acompañara, pero diciendo en su cabeza que la protegería y a cualquiera que se encuentre en peligro a donde van.
- ¡Zephyr-chan! ¿Cuánto falta?
- No lo sé, pero deberíamos estar-
De la nada se escuchó un gran estruendo a lo lejos, Makoto y Ryoko junto a los demás transeúntes pudieron ver una gran nube de polvo levantándose más adelante de la calle donde estaban.
- Supongo que ya no debo responder
- ¡Eso está cerca de la plaza de la fuente del parque!
- ¡Démonos prisa!
Los tres apresuraron el paso en dirección al parque mientras pasaban a través de la gente que miraban pasmados a lo lejos.
Después de un correr un rato, solo faltaban un par de calles para llegar al parque, y mientras más se acercaban podían notar gente corriendo en dirección contraria asustados y otros nerviosos.
- ¡Oye Makoto-chan! ¿no se supone que deberías transformarte cuando no te vean?
- Si ¿por qué?
- Porque yo veo mucha gente aquí, por eso
- Oh, es cierto
Después de que le recalcaran lo obvio Makoto se detuvo y empezó a buscar algún lugar que le permitiera transformarse sin ser vista, pero debido a la multitud era difícil.
- Zephyr-chan.
- ¡No necesitas decirlo, espérenme!
Como si hubiera leído la mente de su compañera, Zephyr sobrevoló la multitud en busca de un espacio vacío donde Makoto pueda ocultarse. Mientras ambas esperaban, Ryoko pudo notar que la mano de Makoto temblaba y notó que tenía una expresión tensa en el rostro.
- Makoto-chan ¿estás bien?
- ¿Eh? Claro que si Ryoko-chan.
Tal vez se percató por la mirada preocupada de Ryoko, pero Makoto cambio a su usual expresión despreocupada con total naturalidad mientras respondía con una sonrisa.
- ¿Segura?
- No te preocupes, ¡soy una Magical Girl ahora! Estaré bien Ryoko-chan.
- …
Makoto parecía muy segura de sí misma, pero Ryoko tenía la corazonada de que no estaba del todo bien, ella entendía el tipo de persona que es Makoto, es por eso que sabía que solo actuaba normal para no preocuparla. Mientras pensaba esto Zephyr volvió volando a toda velocidad.
- Encontré un callejón vacío un poco más adelante
- ¡Eso estará bien, vamos!
Guiados por Zephyr, ambas corrieron un par de calles casi llegando al parque. Mientras más se acercaban podían escuchar estruendos que venían de más adelante. Zephyr dio un giro y se adentró a un callejón seguido por las chicas. Después de pasar por el estrecho pasillo llegaron a un pequeño espacio entre los edificios.
- Makoto, transfórmate.
- ¡Si!
Makoto sacó de su bolsillo el cristal redondo y lo sostuvo con ambas manos frente a ella.
- Cristal que refleja la luz, dame la magia para para alejar a la oscuridad que atormenta a los corazones hundidos en las sombras
Respondiendo a las palabras de su dueña, el cristal empezó a emitir un brillo blanco puro que se hacía cada vez más intenso.
- Dame la magia para reflejar luz en mi corazón ¡resplandece!
Y con esas últimas palabras, Makoto alzó el cristal con su mano y este desprendió un gran resplandor el cual cubrió por completo su cuerpo. La luz en un parpadeo se transformó en cristal para seguido, al igual que una burbuja, desaparecer en polvo plateado y mostrar a la guerrera de la luz ¡Crystal Diamond!
- Woah…
Ryoko dejó salir una voz de asombro involuntariamente al ver tal espectáculo. Una cola de caballo color rosada, un sombrero abombado parecido a una boina con un hermoso adorno de plata con forma de plumas a un costado.
Un hermoso traje con un estilo invernal relucía su brillante color rosa acompañado de los bordes blanco puro seguido por un cinturón simple de color blanco con una hebilla dorada con forma de corazón; tenía las mangas largas hasta la muñeca donde las mangas eran esponjosas como el algodón, con unos bellos guantes color blanco con un pequeño listón rosado en la muñeca.
Su falda era un hermoso lienzo rosado con un borde esponjoso blanco como la nieve, aunque estaba por encima de la rodilla se podía notar el borde rosado de un short de licra. Usaba unas bellas medias blancas poco más arriba de las rodillas y unas botas sin tacón rosadas con blanco con cintas.
- Es… increíble.
- ¿Verdad?
Mientras Ryoko seguía impresionada por lo que tenía enfrente, Zephyr se posó en su hombro con un aire orgulloso, como si fuera un padre viendo a su hija, probablemente si Makoto no estuviera ocupada Zephyr ahora mismo estaría pálido y temblando de miedo.
Diamond abrió los ojos y sostuvo su bastón rosado con ambos manos y tomó un gran respiro.
- ¡Bien!
Con una mirada mostró lo decidida que estaba de salir del callejón y dirigirse a donde se encontraba su enemigo y pelear con él. Preparada para ir volteo un momento a ver.
- Zephyr-chan, cuida de Ryoko-chan por favor
- ¡Déjamelo a mí!
Zephyr levantó su ala en señal de entendido mientras seguía sobre el hombro de Ryoko. Al ver que su amiga estaría segura, Diamond les dio la espalda y se dirigió a la salida del callejón, no sin antes tomar otro gran respiro para calmarse.
- Diamond…
Ryoko no podía quitarse la angustia que sentía, a pesar de ver cómo Diamond estaba decidida, y por voluntad propia, de salir a pelear, ella sabía que el simple hecho de dar un paso al frente le daba miedo. Pero Diamond había decidido hacer esto así que tenía que respetar su decisión por muy dura que fuera. Pero, eso no significa que no podía seguirla.
- ¿¡Ryoko!? ¿¡qué crees que haces!?
- ¡No voy a quedarme simplemente aquí a esperar!
Con una expresión decidida, Ryoko también se encaminó a la salida del callejón a pesar de la voz desconcertada de Zephyr que se sorprendió por sus acciones.
- Diamond me va a matar…
Lamentando su triste, y muy posible futuro, Zephyr siguió volando por detrás a Ryoko fuera del callejón.
♦ ♦ ♦ ♦
Más adelante la calle se había despejado y solo un cerco hecho con patrullas de policía se encontraba al final. Unos cuantos oficiales uniformados estaban de pie ahí montando guardia.
- No me puedo creer que algo como un monstruo este atacando el parque.
- Créelo o no. A mí también me parece ridículo, pero las grabaciones no son falsas y las numerosas llamadas de lo mismo tampoco.
Dos oficiales charlaban con un tono pesado mientras veían la columna de polvo que se levantó hacía rato. Reportes de que un monstruo estaba atacando el parque los inundó y al final les ordenaron cerrar las calles y procurar que nadie pasara, pero…
- Escuche que hay civiles todavía adelante, y algunos heridos.
- Sí, yo igual… es frustrante.
- …
Ambos compartían la opinión del otro, incluso sus compañeros que montaban guardia con ellos se sentían igual. Compañeros que se encontraban dentro y cerca del parque al comienzo del incidente habían reportado bajas y civiles atrapados. Todos como oficiales estaban frustrados de solo estar parados sin hacer nada.
- ¡¡Roooaaahhhh!!
- ¡!
Todos instintivamente dieron un paso atrás al escuchar un fuerte rugido que venía de más adelante. A pesar de escucharse lejos no pudieron evitar llenarse de temor, pero aún mas de frustración de saber que algo capaz de lanzar un rugido como ese está destruyendo la ciudad y atacado a más personas.
- ¿Eh? ¡Oye niña! ¡Detente!
Todos voltearon a sus espaldas al escuchar el grito de su compañero. Efectivamente como lo dijo, alguien se acercaba corriendo en su dirección, por su tamaño y complexión a simple vista era obvio que era una niña y traía puesto un llamativo traje rosa. Al notar que no tenía intención de obedecer y cruzar el bloqueo todos se apresuraron a detenerla.
- ¡Deténganla!
- ¿¡Qué crees que haces niña!?
- ¡Es peligroso!
Ella no dejaba de correr a pesar de que oficiales de policía estaban esperándola en el bloqueo para someterla, y justo cuando estaba a punto de ser alcanzada por ellos, dio un gran salto que la elevó a casi 2 metros de altura o más pasando por encima de los oficiales que quedaron boquiabiertos. La niña de rosa pasó por encima de sus cabezas y aterrizo encima del capó de una de las patrullas del bloqueo y con otro salto llegó al otro lado.
- ¡Lo siento…!
Y siguió su carrera no sin antes disculparse con los oficiales que dejó atrás pasmados.
- ¿Qué acaba… de suceder?
- Una niña voló sobre nosotros y cruzó el bloqueo disculpándose…
- …
Todos se quedaron en silencio mientras veían la figura de la chica haciéndose más pequeña mientras se alejaba.
♦ ♦ ♦ ♦
La gran nube de polvo se disipaba dejando una clara vista del parque donde ocurría el incidente, cerca de la zona de la fuente. Las calles estaban vacías, aunque había autos, pero, algunos habían sido volcados, otros aplastados de forma anormal, incluso había unos estrellados en los edificios, pero lo peor, eran los cuerpos de personas alrededor, cada uno en el suelo inmóvil y con esas extrañas marcas de color negro de las cuales salía un extraño humo del mismo color.
A unos metros de la fuente había un auto volteado de lado, y del costado de las ruedas, un grupo de personas estaban ocultándose mientras temblaban. Sus rostros estaban llenos de miedo, una mujer se tapaba la boca con su mano para no gritar mientras una anciana en yukata respiraba pesadamente mientras su rostro brillaba por el sudor al igual que el resto. Todos estaban llenos de miedo mientras se ocultaban.
- ¿Por qué está pasando esto?
- Dios mío, no quiero, no quiero morir…
- Silencio o nos encontrará esa cosa
Mientras cada uno dejaba salir su miedo en murmullos, uno, que estaba igual de aterrado que el resto, intentó callarlos para lo que sea que estuviera afuera no los encontrara.
- ¿Eso se supone que es ocultarse?
- ¡¿?!
Una voz burlona se escuchó del lado opuesto del auto a la cual todos reaccionaron con temor..
- ¿Nunca jugaron al gato y al ratón de niños? Qué triste de verdad.
Aunque no podían verlo, en su voz se podía notar que disfrutaba lo que hacía, el verlos correr por sus vidas y esconderse era un simple y divertido juego para él.
- Por favor… por favor… déjanos en paz
- Nosotros… no hicimos nada malo…
- ¿Y a mí que me cuentas? Será mejor que los ratones empiecen a correr
Ignorando las suplicas de sus víctimas, el tipo misterioso empezó a hablar de manera burlona como si fuera un buen chiste. Al mismo tiempo, algo golpeó la parte superior del auto agitándolo y generando un estruendo.
Las personas que estaban pegadas a él, voltearon a ver hacia arriba de sus cabezas, solo para ver una gran pata de pelaje negro de animal con filosas garras color azabache, y un segundo sonido se escuchó, pero esta vez a un costado del auto, pero esta vez era el ruido de una gran pisada. Cuando voltearon a ver por reflejo, vieron una segunda pata negra de filosas garras.
Sus rostros se pusieron azules y su respiración aún mas pesada, incluso una mujer joven que estaba ahí empezó a llorar mientras sus piernas temblaban al igual que el resto.
- Si los ratones no empiezan a correr~ el gato los atrapará~
El chico misterioso canto con voz burlona al mismo tiempo que la cabeza del dueño de esas grandes garras se asomaba por encima del auto mostrando unos ojos morados brillantes y unos filosos colmillos.
- ¡Y sé los comerá!
Al ver al monstruo responsable de esta pesadilla, las personas no tuvieron tiempo de pensar y salieron corriendo con la esperanza de que no fueran alcanzados por esa bestia mientras que la risa del chico misterioso se podía escuchar a sus espaldas.
La bestia al verlos correr despavoridos se apresuró en alcanzarlos mientras hacía a un lado el auto con sus patas. Su cuerpo estaba cubierto por un pelaje negro como el carbón, con rayas de tigre color morado hasta la cola, sus patas carecían de rayas y eran totalmente negras, y poseía en ellas unas garras negro azabache. Tenía grandes colmillos y sus ojos brillaban de un color morado.
- ¡Por favor! ¡Basta! ¡Haaa!
La mujer que estaba llorando hace poco fue alcanzada primero. Su blusa color verde fue rasgada y grandes marcas de garras de color negro yacían en su espalda de las cuales salía levemente un extraño humo negro al igual que los demás.
- Dios mío…
- ¡Qué horrible…!
Todos vieron cómo el cuerpo de la mujer caía al suelo sin señales de moverse. Uno de los hombres y la anciana en la yukata dejaron salir sus voces al contemplar tan horrible escena. Pero sin importarle en lo más mínimo el cuerpo de aquella mujer, el tigre negro empezó a caminar lentamente dejándola de lado mientras veía con sus grandes ojos a los demás. Al sentir su mirada y verlo acercarse los otros perdieron su fuerza para seguir corriendo.
- Imposible… yo… moriré
Uno incluso perdió la fuerza en las piernas y ahora estaba en el suelo con un rostro de desesperación. El hombre que estaba al lado de la anciana intento cubrirle con su cuerpo para protegerla a pesar de que estaba temblando como gelatina.
- Parece que este es el fin de los ratones, es una lástima.
La voz decepcionada del chico misterioso se escuchó de nuevo, al mismo tiempo que el tigre negro se preparaba para saltar y terminar con las personas que ya no podían moverse.
- Hazlo bestia.
Y a la orden del chico, el tigre negro se dispuso a abalanzarse a sus presas las cuales simplemente cerraron los ojos rezando por un milagro.
- ¡¡Detenteeeee!!
- ¡¿?!
Un gran grito se escuchó en el parque, lo que llamó la atención de todos, incluso detuvo al tigre negro el cual apenas había dado un paso. Al voltear al origen se encontraron con una chica vestida de rosa en la salida a la calle principal que tomaba el aliento después de tanto correr. Todos los presentes estaban confusos ante su llegada, pero entonces el tigre negro retrocedió unos pasos y se le quedó viendo con una extraña cautela.
- ¡Aléjate de ellos en este instante!
Después de tomar un respiro, la chica de rosa, Diamond, le dio una seria mirada al tigre negro y le apuntó con su bastón mientras le gritaba. Ante sus acciones el tigre negro dio un salto apartándose de las personas, pero en cambio, miró directamente con hostilidad a Diamond, la cual se puso nerviosa desapareciendo su aura de seriedad de hace unos momentos, pero intentó recomponerse volviendo a su expresión seria.
Sin prestarle atención a eso, uno de los hombres que estaba ahí parece haber reaccionado y le gritó a Diamond.
- ¡O, oye! ¿¡Qué crees que estás haciendo niña!? ¡Escapa de prisa!
Diamond se sorprendió un poco ante tal declaración del hombre, pero entonces mostró una sonrisa confiada y empezó a hablar.
- No se preocupen, yo no soy una chica ordinaria.
Usando una voz confianzuda, Diamond se dirigió al hombre y a las demás personas a su lado al mismo tiempo que les daba un pequeño guiño con su ojo izquierdo. Ante estas acciones, el hombre no quedó más que confundido al igual que los demás, fue entonces que Diamond empezó a mover su cuerpo para lo que parece hacer una serie de poses.
- ¡Soy la guardiana de la luz y la amistad, la Magical Girl de Cristal, Diamond!
Empezando con poner su mano izquierda en su pecho mostrándose orgullosa, para después colocar su bastón en su hombro derecho al mismo tiempo que guiñaba su ojo izquierdo de manera juguetona, terminó dando una pequeña vuelta sobre sí misma para terminar alzando su bastón apuntando al cielo y su brazo izquierdo extendido en diagonal al suelo.
- ¿Diamond…? ¡Déjate de tonterías! Este no es tiempo de…
- Así que apareciste mocosa.
- ¡!
Una voz conocida se escuchó de detrás del tigre negro. El hombre que estaba hablando con Diamond volteó con nada más que terror en su rostro, mientras Diamond, que reconocía la voz, sentía un escalofrió en la espalda. Colocándose de pie a lado del tigre negro, un chico de cabellera verde hizo acto de presencia, vestido con una camisa blanca abotonada y una camisa roja de manga larga debajo de ella. Era el mismo que ataco el templo hace dos días.
- ¡Tú, tú eres el sujeto de esa noche! ¡Así que debes ser el responsable de esto!
- ¿Ah? ¿y eso qué? Esperaba no tener que volverte a ver, pero algo me decía que vendrías a molestar de nuevo…
El chico sonaba realmente molesto mientras parecía hablar consigo mismo. Diamond todavía estaba un poco asustada por lo de la otra vez, pero tenía que mantenerse firme sí quería salvar a las demás personas y a la persona que fue convertida en ese monstruo.
- ¡De-de todas formas! ¡Detente en este instante! Atacaste a toda esta gente inocente y destruiste este hermoso parque… incluso volviste a convertir a otra pobre víctima en un monstruo.
Diamond alzo la voz una vez más mostrando su descontento por sus acciones, el chico de cabellera verde al escucharla no les dio la más mínima importancia a sus palabras y solo le dio una sonrisa burlona mientras hablaba como si la situación actual fuera una simple broma.
- ¿Destruir el parque? ¿Yo? Más bien solo… Lo remódele un poco. ¿Acaso no se ve mejor así?
Había marcas de garras y huellas en el suelo, y cuerpos de personas inconscientes por todos lados, e incluso autos golpeado y estrellados, y esta persona lo miraba como si de un buen juego se tratara.
- ¿Y este chico?
Posando su mano en el lomo del tigre negro a su lado empezó a hablar de una forma tan feliz que parecía grotesca.
- No es una persona.
- ¿Eh?
- Es solo un lamentable gato callejero que encontré en este lugar.
Diamond cambió su seria expresión a una llena de desconcierto. Al darle otro vistazo al tigre negro frente a ella, llegó a su mente la escena de esa noche cuando ese asalariado era convertido en un monstruo, los gritos de dolor del pobre hombre aún se mantenían en su cabeza, y, pensar que le hizo lo mismo a un pobre gato, Diamond no podía imaginarlo y solo sentía una punzada en su pecho junto a un sentimiento de ira.
- ¿¡Cómo puedes ser tan cruel!?
- ¿Cruel yo? ¿Y qué me dices de ellos?
Respondiendo a la voz enojada de Diamond, el chico verde mostró una falsa cara de incredulidad para después apuntar su dedo al grupo de personas aterrorizadas mientras sonreía. Diamond no podía entender el significado de palabras mientras veía a esas personas, que no importa como las vieras, ellas eran las víctimas, pero entonces el chico verde volvió a hablar con su tono arrogante.
- Cuando lo encontré, este pequeño estaba tirado en el suelo bajo el sol esforzándose por respirar, si no fuera por mi gran amabilidad hubiera muerto
- Eso…
- En cambio, los tipos de ahí ni siquiera lo voltearon a ver y solo lo pasaban de largo mientras se moría.
- …
Diamond no pudo responder inmediatamente a sus palabras, mientras las personas la miraban con un rostro desesperado que pedía que no los abandonara, aunque hasta hace unos minutos no la tomaban en serio, ella era su única luz de esperanza de salir de esta pesadilla. Al verlos Diamond enfrió su cabeza y los volteo a ver.
- ¡Ustedes!
- ¿¡Si, si!?
- Váyanse de aquí ¡de prisa!
- Pero tú…
- ¡Ahora!
Debido a lo intensa que era su voz, el grupo no pensó más y se fueron a toda prisa, viendo hacia atrás un poco esperando que el tigre negro no los siguiera. Viendo cómo se iban, Diamond se quedó sola con el chico verde y el tigre negro.
- ¿Qué crees que haces?
Un escalofrío volvió a recorrer su espalda al momento de escuchar esa voz. Volvió a voltear a ver al chico verde instintivamente dio un paso hacia atrás, pero intentando mantenerse firme como hasta ahora. Al verlo, notó que él ya no tenía su burlona sonrisa que había tenido hasta ahora, en cambio, su expresión era fría como si no deseara reflejar nada, pero, sus ojos color rojo la miraban con una extraña intensidad, pero pronto se relajó y comenzó a hablar.
- ¿No me escuchaste? Esa gente de ahí no vale la pena salvar, nadie la verdad… y aun así tú…
- ¿Crees que soy estúpida?
- ¿Eh?
Su actitud relajada fue interrumpida por una dura voz que tuvo un pequeño momento de incredulidad y le presto más atención a la niña que tenía enfrente.
- ¿Crees que me voy a tragar ese cuento tuyo de buen samaritano salvando a un gato en un árbol? No soy una estúpida.
Diamond hablaba con una voz enojada mientras intentaba fulminar con una dura mirada al chico frente a ella. Ante esta actitud el chico verde sintió una extraña incomodidad, como si la chica ante él hubiera tenido un extraño giro en su personalidad.
- ¡Tú solo viste a alguien sufriendo y te aprovechaste de su dolor! ¡Lo mismo sucedió la última noche! Viste a ese hombre en un momento de dolor y fragilidad y decidiste transformarlo también en monstruo.
- ¡Ja! Esa basura, el olor a alcohol emanaba de él y no era más que un avaro egoísta sin respeto, ¿Y todavía quieres defenderlo?
- Incluso si eso es verdad, ¡Él es dueño de su propia vida, no tú!
- …
El volumen de Diamond subió de nuevo haciendo que el chico verde se irritara más, pero más que nada, sus palabras le hacían enfadar por alguna extraña razón.
- ¡Todos decidimos qué hacer con nuestras vidas y cómo vivirlas! ¡Tú lo único que haces es hacerlos sufrir todavía aún más tratándolos como simples objetos! ¡Simplemente quieres hacerlos más miserables para tu disfrute!
- Mocosa, tú…
- ¿¡Si tanto quieres arruinarle la vida a alguien por qué no echas a perder tu propia vida!?
- ¡!
Esas últimas palabras fueron como choque para él, e imágenes grises empezaron a aparecer en su cabeza rápidamente, al mismo tiempo Diamond en su cabeza estaba gritando internamente con fuerza por la tontería que acaba de cometer justo ahora. Esta persona ya era muy peligrosa desde antes y ahora, debido a su pequeño ataque de ira fue y le dijo demasiadas cosas que probablemente lo hicieron enfurecer mucho más.
Empezó a sostener su bastón enfrente de ella para lanzar un Crystal Nest en caso de que mande al tigre negro a atacarla.
- Enserio…
- ¡¿?!
- ¿Nunca sabes cuándo callarte verdad?
De inmediato Diamond dio un gran salto hacia atrás sin saber la razón de sus acciones, pero dejó una gran distancia entre los dos. El solo escuchar la voz de esa persona, hizo que se llenara de un extraño miedo enseguida, y, cuando este alzó la mirada una vez más, Diamond se congeló. Su expresión mostraba un cero absoluto, pero sus ojos no dejaban de apuntarle con ferocidad, el mundo alrededor de los dos se empezó a tornar gris y sentía una extraña fuerza jalándola hacia el suelo, sus brazos, hombros y piernas temblaban sin parar como si estuviera en medio de una tormenta helada.
- En verdad… tienes una gran habilidad para irritar a la gente
- Ha… ha…
Cada palabra que salía en su boca era como agujas que se clavaban en todo el cuerpo de Diamond. Ella intentaba hablar, pero las palabras no podían salir y solo la dejaba con una lamentable voz.
- Es verdad… nunca te dije mi nombre, lo olvidé.
Cada palabra solo alimentaba el miedo de Diamond, y mientras este hablaba, levantaba su brazo izquierdo mientras lo extendía hacia un lado, fue entonces que los ojos de Diamond se hundieron en el terror. De su mano unas extrañas sombras con un brillo morado oscuro empezaron a salir rápidamente mientras estas la envolvían, y rápidamente estas cambiaron de apariencia a una bestia metálica, no, eran unos guanteletes de acero negro azabache, con unas fauces filosas que podrían abrirse en cualquier momento y devorar a quien tuviera enfrente, mientras era visto por esas temibles luces rojas en el dorso que se asemejaban a ojos.
- Haa… haa…
Sudor frío no dejaba de caer por su espalda y su visión era cada vez era más borrosa y tambaleante, su campo de visión se volvía más estrecho y hacia parecer que estaba en un interminable túnel con él .
Corre, huye, cúbrete, ¿Qué sucede? Escóndete, ¿Qué está haciendo? Defiéndete, ¿Qué hago? Ayúdenme ¿Por qué? Quiero ir a casa, ¿Alguien? ¿Estaré bien? Auxilio, Huye ¿Por favor? Escóndete.
Su cabeza estaba envuelta en un terrible caos que apenas la dejaban pensar claro. De su boca no salían palabras, sus brazos y piernas no respondían y solo temblaban de terror, y por más que quisiera no podía apartar sus ojos del monstruo con apariencia humana delante de ella.
- Mi nombre es Cerbero.
La respiración de Diamond se cortó de inmediato, el mundo gris a su alrededor se envolvió en un tétrico silencio. Sus caóticos pensamientos se convirtieron en terribles susurros en su cabeza.
- Pero saberlo en este punto es inútil.
- ¿Eh?
La pobre voz de Diamond que logró salir, fue para mostrar su sorpresa e incertidumbre. El chico verde, Cerbero, había desaparecido en un parpadeo. Diamond aún sin poder moverse debido a esta extraña e infernal presión que sentía, pero de pronto como un choque eléctrico, tenía la necesidad de mirar hacia arriba, y como si su cuerpo reaccionara a ese choque, ella levanto la mirada y lo que encontró, fue la figura de Cerbero apuntando su guantelete a ella.
Moriré
Todos sus pensamientos hasta ahora se juntaron en uno solo. Esas últimas palabras que dijo cobraron sentido y su cerebro llegó a una terrible conclusión. Ella, de algún modo, sabía que, si no se movía ahora y era golpeada por esa bestia de acero negro, su vida llegaría a su fin. Ella ni siquiera tenía fuerza para cerrar los ojos y simplemente se quedó inmóvil ahí, viendo cómo se acercaba el guantelete en cámara lenta.
- ¡¡Muévete Diamond!!
Una voz llegó a los oídos de la pobre chica. Esa voz fue como una flecha de luz que viajó a través del mundo gris devolviéndole el color, y atravesó el pecho de Diamond con una increíble fuerza, llenándola de una paz y tranquilidad increíble haciéndola regresar a sus sentidos.
Gracias a esa voz, el cuerpo de Diamond respondía de nuevo y lo primero que hizo fue concentrar toda la fuerza posible en sus piernas para inmediatamente dar un salto hacia atrás para esquivar a Cerbero.
Logró saltar, pero muy tarde, ya estaba en el rango de ataque de su guantelete, Diamond intentó levantar su bastón para crear un Crystal Nest, pero entre el espacio que había dejado entre ellos, 3 haces de luces se cruzaron creando una estrella de 6 puntas.
- ¿¡Qué!?
El guantelete golpeó una estrella de espadas de un brillo lapislázuli, las cuales repelieron el ataque para después desaparecer. Mientras, Makoto que se hacía para atrás, sintió como otras 3 espadas llegaron volando desde atrás suyo. Estas después de pasar de largo a Diamond empezaron a girar juntas en forma de espiral en dirección a Cerbero.
- ¡Maldito!
Cerbero sacó su otro guantelete y junto a el otro se protegió del taladro lapislázuli que venía. El acero chocó y chispas volaban mientras Cerbero era empujado hacia atrás hasta que no pudo y fue lanzado hacia atrás para chocar con el tigre negro.
Diamond que veía tal escena estaba estupefacta, fue entonces que una figura encapuchada cayó frente a ella del cielo. Era más alta que ella y podía notar un brillo azul claro del frente. Era el guerrero enmascarado Sapphire.
- ¡Sapphire!
- █, █, █, █
Ignorando a Diamond a su espalda, Sapphire empezó a hablar rápidamente, pero de su boca solo salieron extrañas palabras apenas audibles. Fue entonces que su cuerpo empezó a brillar levemente y con velocidad se agachó y puso su mano izquierda sobre el suelo y al mismo tiempo un extraño circulo de luz azul oscuro apareció debajo de los pies de Cerbero y su tigre negro.
Pero no era un círculo de luz, era una extraña circunferencia conformada por extraños trazos y símbolos.
- ¡Mierda!
- Black Garden
La voz furiosa de Cerbero se escuchó, pero fue opacada para tranquila voz de Sapphire. Como respondiendo a su invocador, la luz del círculo se intensificó y lo que parecían ser rejas negras cubiertas por enredaderas salieron del suelo en direcciones diagonales encerrando a sus presas.
Diamond estaba totalmente asombrada ante tal despliegue. Nunca nada había visto algo así, se preguntaba si era algún tipo de magia, que, tratándose de Sapphire probablemente lo sea.
- ¡Eso… eso fue asombroso! ¿fue alguna clase de magia o…?
- ¡¡Despabila idiota!!
- ¡¿?!
La voz ansiosa de Diamond fue totalmente interrumpida por una intensa voz de parte de Sapphire, el cual ahora estaba viendo a Diamond. A pesar de usar mascara, ella podía sentir una mirada enojada detrás
- ¿Cuánto tiempo tienes pensado estar en el suelo?
- ¿Eh?
Fue cuando se dio cuenta, desde hace rato que estaba viendo hacia arriba a Sapphire. Al voltear se dio cuenta que estaba sentada en el suelo, no sabía cómo llegó ahí en primer lugar.
- Puedo darme cuenta que fue eso de hace momento con solo mirarte.
- ¿Eh? Hace un momento…¡!
Por las palabras de Sapphire, recordó la aterradora experiencia que acababa de vivir. No entendía que había pasado o el por qué su cuerpo se sentía de esa forma.
- ¿Qué… qué fue eso?
Buscando respuestas en su único aliado y salvador, con una pequeña voz tambaleante, Diamond que seguía en el suelo volteó a mirar a Sapphire en busca de respuestas. Sapphire se quedó en silencio unos segundos antes de hablar.
- Eso fue sed de sangre.
- ¿Sed de sangre…?
Diamond conocía el termino, como una otaku que lee mangas y novelas, el termino sed de sangre era muy común, pero eso solo la hizo poner más nerviosa debido al significado de eso.
- Eso significa que él…
- Intentó tomar tu vida.
Ella lo sabía, pero el escucharlo de la boca de alguien la hizo temblar un poco.
- Y a partir de ahora, es algo que sentirás muy a menudo
- …
- ¿Lo sabes verdad?
Si, ella lo sabía. Esta no sería la única pelea que tuviera, en el futuro habrá más, y probablemente se volverán cada vez más difíciles, y, su vida estaría en peligro por participar en ella, lo sabía muy bien.
- Vamos, levántate.
- Yo…
La voz de Sapphire es escuchaba calmada como el océano e inspiraba tranquilidad a Diamond, pero a pesar de sus amables palabras, él se mantenía de pie en su lugar, no le estiraba su mano o daba señales de que la ayudaría.
- Has tomado la decisión de pelear ¿cierto? Entonces demuestra esa convicción y ponte de pie, y pelea.
Sus palabras llegaban a su corazón con una facilidad como si el tuviera la llave para entrar. Inspiradas por sus palabras, Diamond intentó levantarse por su cuenta, aunque tambaleando un poco y con dificultad.
- Yo…
Sapphire seguía de pie viendo cómo se esforzaba por sí sola, aunque no lo mostraba, él quería ayudarla, pero ella debía demostrarle si de verdad tiene la resolución para pelear.
- Yo, puedo levantarme, y…
Ella estaba de pie firme frente a él, su voz, aunque cansada, ya no tenía la fragilidad que mostraba hace unos momentos. Entonces ella empezó a dar un par de pasos por delante y se colocó a su lado.
- También puedo pelear, incluso si no quiero hacerlo… estoy decidida a darlo todo.
- Entonces prepárate, para ahora y el futuro.
- Si
Ahora el miedo de su rostro se había ido, aunque todavía sudaba, estaba firmemente de pie lista para avanzar por su cuenta. Fue entonces que la magia de Sapphire fue destruida, y Cerbero y su tigre negro fueron liberados.
- Si…
Diciendo para sí misma en voz baja, Diamond mira de nuevo Cerbero, sin olvidar el miedo que sintió hace unos minutos, decidió guardarlo en lo profundo de su corazón para no olvidarlo y prepararse para pelear.
(Jack: Yo, soy el autor, y vengo a decirles a las pocas personas que todavía siguen esta novela, que en verdad, en verdad lo siento mucho por el retraso. No tengo excusa, fui irresponsable y me vicie en videojuegos demasiado en verdad. Me disculpó mucho, el jefe Lalo me ha puesto la regla de tener solo 2 meses para subir cada capítulo, tomando en cuenta lo largo que estos son. Si todavía tienen ganas de seguirme, esten pacientes, y sobre todo, muchas gracias por leer esta obra, me despido)