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Cap 17 Combate Contra un Dragón.

Sin pensar demasiado en la situación entre al gremio y rápidamente busque a Mia, ella debe andar por aquí en este momento.

-¡Por aquí Kyle!-

Como es habitual ella me encontró primero.

-Vengo por…-

-La misión de emergencia, te estaba esperando, bien este es el papel que garantiza tu participación, no pierdas más tiempo y ve a equiparte bien, recuerda que el dragón puede volar.-

-Si tenía algo más o menos en mente, pero espero que todo salga bien.-

-Yo me quedare a esperarte.-

-Ni hablar… tu evacuaras como todos.-

-P-pero tu…-

-Estaré bien, llevare a Chester conmigo.-

-¿Chester?-

-El caballo.-

-Ah… “ESE” Chester.-

Chester en poco tiempo se hizo famoso por patear aventureros molestos, cuando alguno de ellos por curiosidad o ebriedad lo molestaba, los pateaba sin piedad alguna y a veces los orinaba cuando estaban en el suelo casi inconscientes. Realmente tenía una mala actitud…

-Cuídate Mia.-

-Tú también, no hagas una locura y vuelve con vida.-

-¡No prometo nada!- grito mientras me alejo sacudiendo la mano en despedida.

Corro hacia la “casa de lanzas” donde aún estaba el viejo de mal aspecto.

-Oh chico… ¿aun sigues aquí?-

-Sí y necesito lanzas… unas cuantas lanzas desechables.-

-¿Participaras?-

-Lo derribare.-

-Entiendo, aguarda un poco embalare un par de paquetes para ti.-

-Gracias, lo pagare viejo.-

-Tráeme un par de escamas de dragón en su lugar.-

-Dalo por hecho.-

En cuestión de 10 minutos apareció con dos fardos de lanzas tal vez en total habrá unas 60 de ellas amarradas con algunos trozos de cuero, aunque los cabos son rústicos estos están fielmente rectos pero por contraste la hoja deja mucho que desear, en todo caso mientras tenga una punta perforante cumplirá su objetivo.

-¡Me voy yendo!-

-Suerte chico.-

Salí corriendo de la tienda, sinceramente me sentía un ladrón pero no hay mucho que pueda hacer ya que el tiempo apremia. Si fuera a tardar demasiado y por alguna casualidad el dragón se desviara hacia aquí ese error se traduciría en pérdida de vidas humanas.

-¡Chester!-

*(Relinchar) (Relinchar)* Rápidamente se dio media vuelta y se acomodó para que pudiera cargar en él lo necesario, por fortuna la montura de Chester tiene unos ojales donde pueden atarse diversas cosas en este caso las lanzas.

Ate los fardos de lanzas y me dirigí a la puerta norte donde estaba indicado el lugar de la reunión. Nadie estaba alrededor mientras me acercaba a destino, las personas con prontitud despoblaron la ciudad. No sé si es por el miedo a la criatura o si es porque esta es una situación habitual y tienen practica evacuando.

Al llegar solo una persona más está esperando montada en un caballo. Aunque viste una túnica el par de circunferencias frente a ella delata espléndidamente que es una mujer.

-¿Solo estás tú?-

-Si yo también he aplicado a la solicitud de emergencia.-

Su túnica cubrirá su rostro y la mayoría del cuerpo dejando expuestos ligeramente las manos, montada a caballo aguardaba al resto de los miembros para la subyugación del dragón, también esta maga cubría su rostro con la gran capucha que portaba el manto sobre sus hombros su rostro no me era divisible.

-¿Eres maga verdad?-

-Sí, y tu ¿un guerrero?-

-Más o menos… eso es lo menos correcto.-

-Curioso, puedo sentir una enorme cantidad de mana de ti..-

-Discutamos sobre eso después ¿por dónde viene el dragón?-

-Todo recto por el norte, hasta ahora estuvo dando vueltas cerca de la pradera de pastoreo, probablemente atacando al ganado o a algún animal o monstruo que encuentre.-

-Bien, esperemos un poco más a ver si alguien más viene o no.-

-Nadie más vendrá, no están tan locos para intentar ahuyentar a un dragón.-

-¿Tú por qué viniste?-

-Bueno… me gustaría obtener un poco de sangre de dragón.-

-Ya veo, vamos es momento de ir a por el.-

Prefiero evitar preguntar el destino de esa sangre si se consigue, la creencia de muchos fue plasmada en varios tomos mágicos diciendo que la sangre de dragón es uno de los mejores catalizadores para venenos y maldiciones, claro espero que este no sea el caso, de lo contrario sería aún peor que el dragón mismo.

Mientras algunos guardias nos abrieron la puerta antes de marcharse y ambos partimos al norte a todo galope y las puertas se cerraron estruendosamente por detrás de nosotros, como fuere, ya no podíamos volver como si nada hubiera ocurrido.

-No te he preguntado tu nombre.- le dije a la chica maga.

-Soy Rosaline… ¿tú te llamas?-

-Kyle, mucho gusto Rosy.-

-¡¿Rosy?!-

-Si… ¿no suena bien? Aunque no te conozco pareces buena persona, demos lo mejor de nosotros ahora.-

-S-si…-

En la distancia una figura podía apreciarse en el cielo, volando en círculos como si buscara algo, las enormes alas del dragón se podían dilucidar espléndidamente, su color amarillo mostraba su compatibilidad elemental, era un Dragón de Tierra.

-¡Es muy grande!- dijo Rosy.

El enorme monstruo superaba fácilmente los 20 metros de longitud, y proporcionalmente sus alas eran de casi el doble del tamaño para sustentar tal cuerpo en el aire.

-¡Mejor aún! Vamos.-

Seguimos avanzando hasta atravesar una fila de árboles hasta donde podíamos ver claramente al dragón a unos cientos de metros arriba en el aire, sus escamas reflejaban el sol del atardecer como metal ligeramente pulido creando ligeros destellos en amarillo y dorado.

-¡Chester! ¡galopa estable, disparare las lanzas sobre ti!-

-*(Relinchar) (Relinchar)*-

De inmediato el galopar de Chester fue suave pero de ninguna forma perdió velocidad, me pare sobre la montura y tome una lanza. Aun con la estabilidad de Chester el disparar una lanza a cientos de metros sobre el aire es difícil, lo es más si se apunta a una criatura móvil como un dragón.

-¡¿Qué se supone que haces?! ¡¿crees que le darás desde aquí?!-

-Bueno depende en gran medida del viento pero creo que puedo darle.-

Apuntando finamente me enfoco en la cola del dragón, si lo desequilibro perderá velocidad y así será más fácil acertar a las alas seccionándolas y derribándolo por completo, un Dragon en tierra aun es peligroso pero no tanto como uno que aun pueda volar.

*BOTOOOMMM!* exploto el aire al arrojar la lanza y esta voló recta hacia donde el dragón debería estar, apuntar a donde va a estar es lo primordial, el fallo puede ocurrir pero no será por mucho.

Girando en espiral la lanza avanzo hasta el dragón rasgando parte del musculo de la cola, al no estar cargada con mana, la lanza fue imperceptible para el dragón de tierra aunque también causo menos daño.

Estelas de sangre caían desde el cielo arrastradas por el viento, un corte considerable desestabilizo a la criatura que se ladeaba de una dirección a otra para recuperar el balance, un fuerte gemido salió de las fauces de la criatura muy probablemente por el dolor y el enojo.

-¡¿Qué demonios?!-

-Bien, no fue un golpe directo, hay mucho viento ahí arriba.-

-¿Quién eres?-

-Me llamo Kyle.- repetí con una sonrisa.

Al parecer enfurecí realmente mucho al dragón porque viene directamente hacia nosotros tan velozmente como puede, algunos pocos de sangre aún siguen cayendo de su rasgada cola aprovechando esto tomó otra lanza y la arrojo mientras el dragón responde con un aliento petrificante.

La explosión de viento hizo que esta vez Chester perdiera un poco el equilibrio y el lanzamiento se desvió un poco de su trayectoria original, pero a diferencia de la primera lanza esta exploto en vuelo esparciendo metralla las cuales perforaron agujeros en la membrana del ala del dragón, aunque no eran tan grandes como para que la bestia cayera de los cielos, se dio media vuelta para evadir las lanzas al comprender el peligro de cargar de frente.

-¿Tienes algún conjuro para desviarlo? magia de rayo, fuego o lo que sea solo has que se retrase un instante.-

-Lo tengo, déjamelo a mí.- dijo Rosy inflando su ya muy abundante pecho.

Sacando un bastón de ¾ de su estatura de quien sabe dónde provino y con una inmensa gema azul violáceo en la punta comenzó a castear magia mientras apuntaba la enorme gema al lagarto en el aire.

Hada de los cielos, Reina de las tormentas… Escucha mi pedido y has de tu justicia divina mi poder, traed la tempestad a mis enemigos ¡Implosión!”

Una gran esfera de aire altamente comprimido aparece delante de la ruta de  vuelo del dragón, demasiado rápido como para que pueda evitarlo esta implosiona succionándolo en el proceso causando que este reciba un grave daño aplastante y descienda en picada haciendo espirales.

-¡OH MAGNIFICO!-

-Gracias.-

Poco antes de acercarse mucho al suelo el dragón se nivela y remonta vuelo, hacer caer a esa fortaleza voladora no será fácil.

Como si poco le hubiera ocurrido viene aún más furioso hacia nosotros y escupe su aliento, afortunadamente los caballos son más veloces de lo normal por lo que el aliento paso justo por detrás de nosotros haciendo que todo en cuanto tocara se convirtiera en piedra, era un aliento petrificante del dragón de tierra.

-Eso estuvo cerca.-

-Y que lo digas… necesito tu magia, no te enojes por favor.-

-¿Eh?-

-¡Chester! a toda velocidad  tras el lagarto grande.-

*(Relinchar) (Relinchar)*

A mi pedido Chester dio un giro 360 y fue tras el dragón, como si la velocidad anterior hubiera sido una broma el aceleró a 3 veces la velocidad máxima de un caballo de guerra y se estabilizo para que pueda disparar las lanzas.

-¡VEN MALDITO LAGARTO!-

Arroje las lanzas tan fuerte y rápido como pude llenándolas de mana para hacerlas municiones antiaéreas y estas cumplían su función, cada que una explotaba dañaba considerablemente las alas del dragón, pero para aclarar, el dragón de tierra tiene la defensa más alta entre las especies por lo que algo de esta magnitud apenas si le causaba muy ligeros daños, le daba más razones para estar furioso en su lugar.

-¡IMPLOSION!-

Arroje la magia que acababa de ver pero en cantidad, alrededor de 6 esferas aparecieron a lo largo del camino del dragón, estas eran 2 veces más grandes que la que Rosy había conjurado y a diferencia de las que fueron casteadas estas se reacomodaban según la trayectoria del dragón, haciendo una especie de espiral en el aire interceptando a la criatura.

Una tras otra implosionaron y dañaron gravemente al dragón, podía verse como la sangre se filtraba de las escamas y ahora su vuelo era más errático, claramente está confundido y si sigue perdiendo sangre entrara en un estado anémico y perderá toda capacidad.

Sin perder el tiempo Rosy conjuro una especie de magia de hielo, muchas lanzas fueron disparadas en sucesión como una ametralladora golpeando al ahora lento dragón de tierra haciendo que finalmente caiga a tierra.

El golpe y levantamiento de los cimientos que ocurrió por la fuerza de la caída causó que la tierra se levante cerca de 10 metros por el aire antes de dispersarse.

-¡Chester! ¡es hora!-

Enfilando el curso directamente a la parte visible del dragón, su rostro estaba de frente a nosotros y se veía muy claramente aturdido, sacudiendo su cabeza de un lado a otro para despejarse pero para cuando me vio ya era claramente muy tarde.

Cuando me vio ya había cargado una bola de acero con un potente hechizo de Rayo consumiendo 16 veces la cantidad normal que utilizaba para disparar las bolas de acero. Esta pulsante munición destructiva cargaba consigo el peso de la inminente ruina, no estoy seguro pero con tanta energía sobre este simple pedazo de acero cualquier cosa podría pasar.

-¡MUERE!- grite y arroje la bola de acero con cada gota de fuerza que mi cuerpo tenía.

Esta voló recto dejando un haz de luz como si estuviera disparando un láser hacia el dragón y al impactar solo se escuchó un ruido húmedo seguido de algunos crujidos. La bola de acero sobre acelerada que había roto varias barreras del sonido viajó cerca de los 70.000 km/h atravesando limpiamente al dragón y siguiendo su trayectoria impune y sin afectar su trayectoria se perdió finalmente en el horizonte.

En el aire ionizado, algunas chispas de estática volaban por doquier, el dragón antes imponente estaba quieto con su pecho perforado y un gran agujero de salida por la parte posterior, el cañón gauss era más potente de lo imaginado, es una habilidad aterradora. Como si las cuerdas que sostenían al dragón se cortaran este cayó al suelo desprovisto de casi toda vida y antes de respirar su último aliento tomó sus agonizantes segundos restantes solo para decirme algo que movió todas mis bases.

Por otro lado, de no haber comprado la lanza de Eli, no hubiera aprendido esta habilidad, por lo que estoy muy contento por ello en el fondo.

*humano… debes saber… todos los dragones… una vez fuimos hombres igual que tu*…

Luego de decir esas palabras la luz abandonó sus ojos y finalmente su vida acabó. Tomándome completamente por desprovisto dijo algo que era imposible ¿los dragones eran humanos? ¿en qué forma? ¿Por qué fue que termino así? No comprendí exactamente qué es lo que había querido decir con “fuimos hombres igual que tu” pero algo era seguro, esto era parte de algo más grande que sin duda aún no se ha descubierto.

Poco después Rosy llegó cabalgando, su caballo jadeaba y ella estaba considerablemente sudada ya que la ropa se le pegaba al cuerpo.

-¿Qué sucedió aquí?-

-Gane…-

-¿Por qué te ves tan mal? ¡has asesinado a un dragón!-

-No es por eso… él dijo algo espeluznante.-

-¡¿Hablo?!-

-Dijo “Humano, todos los dragones fuimos una vez hombres al igual que tu”

-¿Quién eres Kyle?-

-Realmente no soy nadie importante… vengo de una aldea en el feudo de Eldar, mis padres son granjeros y yo me volví aventurero, apenas tengo rango C.-

-¡¿Rango C?! ¡Imposible! ¡ningún rango C podría hacer algo como esto! No estoy segura pero creo que ni un rango S podría hacer algo como esto solo.-

-Lo cortaré en trozos y lo meteré en distintas bolsas dimensionales, una vez en la ciudad podemos repartirnos el botín.-

-Solo quiero la sangre, puedes quedarte con el resto.-

-¿Estás segura?-

-Si… la mayor parte del trabajo lo hiciste tú, incluyendo esa extraña magia que perforo al dragón.-

-De acuerdo…-

Luego de pasar un par de horas cortando y embalando la carne del dragón, tomando recaudo  sangre de dragón en frascos de cristal, separando escamas y partes del cuerpo enteras fue dividida en 6 bolsas dimensionales proporcionadas por el gremio antes de que partiera.

La vuelta a la ciudad fue silenciosa, pero no era un como silencio de viaje, era un incómodo silencio de sospecha, Rosy me observaba a cada rato inspeccionándome. Me hizo sentir realmente mal, como si estuvieran mirando algo totalmente inhumano.

Como sea… la amenaza del dragón se acabó.