Origen
Shiku
En mitad del enorme desierto, se alza una única ciudadela irradiando un aire arcaico y digno. Sus muros prevalecen ante las furiosas tormentas de arena y los peligrosos monstruos que habitan en aquel océano dorado.
A su alrededor los vestigios de una civilización perdida, su nombre se perdió en las cenizas del tiempo, al igual que sus gentes. Pero eso no es importante para aquellos que buscan tesoros sin igual, los profanadores de restos históricos, bandidos sedientos de oro y poder, la ambición que trae a esas pobres almas al sueño eterno.
Sin embargo, no siempre son sabandijas las que pisan ese yacimiento, sino que también investigadores, seres sedientos de algo distinto a la mundana riqueza, si no la inmortal sabiduría que les dejé comprender el mundo y así tal vez menguar su insaciable sed.
Pero incluso tras el paso de los siglos, ni aquellos buscadores de tesoros que lograron obtener lo que buscaban en forma de polvoriento oro, ni quienes buscaron la riqueza de una historia perdida pudieron arrancar la fachada que eran esos edificios y penetrar al auténtico misterio de aquel lugar, el corazón de lo perdido.
Enterrado entre las sólidas paredes blindadas, las mortales trampas mágicas y las criaturas que vagan en los laberintos que son los pasadizos hasta la verdad de un mundo separado de toda realidad, volviéndose ficción, un sueño eterno que resulta efímero si tomamos en cuenta al soñador.
Pero…¿Cuál es el significado exacto de estas palabras quizá incompresibles?
Una vasta tierra, el verde cubre sus campos y la vida es llevada plácidamente, la guerra es algo innecesario y olvidado, la felicidad de todos los seres vivientes bajo la mano de un dios durmiente, sin injusticia ni tristeza, una utopía.
En aquel lugar de ensueño, donde conviven tantas razas como estrellas porta el firmamento, se encuentra un único ser solitario, con relevante presencia, pero a su vez irrelevante, siendo un sabio ignorante y existiendo sin existir en realidad, como si cargara con todos los errores que pudiese tener esa utopía, con tal de hacerla perfecta, su nombre, un misterio, no, tal vez nadie preguntó a ese monstruo como se llamaba, el miedo nubla el juicio y aquellos que viven embriagados en la belleza de una realidad irreal, no comprenden que ni los demonios nacen crueles, ni los ángeles puros, sino que, es el trato que reciben los que les hace ser lo que son.
Pues aquel monstruo, sin lamentarse acepta todo el odio, la tristeza y la soledad, esa pobre existencia, tan amable condenada a una carga eterna, pero comparado a su larga vida, esto solo era un peso fugaz.
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La tormenta de arena ruge cual dragón en frenesí, infinitamente más fiera que cualquier otra, pero incluso entre las afiladas corrientes de arena cortante, dos seres avanzan volando como si no tuvieran en cuenta el poder destructivo de este fenómeno.
Una de las figuras anda envuelta en ropas negras y es imposible distinguir su género o apariencia, pero dos bellas alas de un color blanco puro aletean en su espalda permitiéndole avanzar a buen ritmo a pesar de la tormenta. La otra persona, parece montar un especie de criatura, aunque debido al volumen de arena tampoco se puede reconocer del todo sus facciones, pero por su silueta cualquiera diría que es una chica joven de unos 17 años.
-Reika sama, ¿Crees que falta mucho? A Uxia le cuesta seguir avanzando con esta tormenta…- La armoniosa voz de la segunda persona, la que iba montando algo, suena pareciendo un especie de canto.
La figura vestida de negro gira ligeramente la cabeza para observarla y calmadamente le responde.
-Si, debería quedar un poco más…Como mucho, 3 minutos o así.
La chica al escuchar la respuesta se emocionó y le susurró algo a la criatura que montaba, luego tal como dijo la persona alada, enfrente de ellas apareció la majestuosa ciudadela, o así debería haber sido en el pasado, pero ahora solo el silencio y el polvo reinaba en sus calles, ¿qué hizo desaparecer a todos los habitantes de la ciudad? ¿Cómo un reino tan avanzado fue borrado en cuestión de un día o dos? Esas preguntas reinaban en los pensamientos de todos aquellos que buscaban el saber.
Cuando se iban acercando a la ciudadela, aquella persona que había sido llamada Reika-sama se paró por un segundo, la otra lo notó y le preguntó – ¿Qué sucede Reika-sama?
Quitándose las ropas que cubrían su cabeza, dejó a la vista un hermoso rostro, aunque tenía en esos ojos el brillo de alguien como mucha experiencia y conocimiento, por su aspecto físico podrías echarle unos 23 años, quizá alguno más, pero por supuesto, no era humana. No, era un ángel o eso me atrevería a decir cuando vi antes sus alas, presumo que por su aura había venido aquí en busca del misterio; mientras que la otra chica que se veía mucho más humana, debido a que sintonizaba con la naturaleza como si fueran uno y su relación amigable con la criatura, que hasta ahora no pude distinguir, pero ahora podía ver que era una robusta esfinge, por lo que por estos datos, podría ser algún tipo de mestizo entre humano y una especie del tipo Ninfa.
-Intenté ver a través usando magia, pero algo la paró, hay una barrera, pero incluso yo no puedo notarla…Es extraño.- Aunque era cierto que el hecho que incluso con sus increíbles habilidades mágicas no pudiese detectar la barrera hasta entrar en ella, significaba que quien la puso era alguien mucho más habilidoso o infinitamente más poderoso, pero el hecho de que alguien de esas características viviese o hubiera vivido en aquel recóndito lugar la hacía temblar de emoción.
La otra joven, no pudo evitar sorprenderse al escuchar esto, pero no fue la que más se preocupó, si no, la esfinge de nombre Uxía, que pareció ponerse en guardia, vigilando cada grano de arena con preocupación.
Una vez aterrizaron tras los muros de la ciudadela, pudieron ver algo distinto, no había arena aquí, las casas estaban en perfecto estado y las calles andaban abarrotadas de figuras, todas tenían la misma cara, la de un anciano, algunos sonreían, otros parecían extremadamente severos, pero incluso si podría decirse que estaba llena de vida, más bien, era el delirio de alguien, que en su añoranza por ver a esa persona dio lugar a miles de copias, pero al final, como el desierto, estaban vacíos, no eran más que marionetas. Eso, hacía más opresivo el sentimiento de soledad que inundaba el lugar.
Reika y la otra joven no pudieron evitar pestañear, pues aunque solo eran rumores, alguna veces cuando alguien entraba a la ciudadela, se encontraba con las calles de una bulliciosa ciudad muerta, fantasmas presentando la misma apariencia pero distinta emoción, solo que al final, todas esas convergían en una sola, soledad.
Aunque antes habían estado hablando, ahora el aura era tan angustiosa que no invitaba al habla, aunque no había daño físico, ni siquiera algo atacando, simplemente estar allí de pie era suficiente para causarte dolor en el alma.
Sus pasos eran el único sonido, rodeadas por la incontable horda de fantasmas, fue cuando entre esa multitud, solo uno, parecía estar vivo, su expresión era la de un padre orgulloso y sonriente, ese cambio, les hizo pensar que era lo que buscaban, por lo que apretaron sus pasos, para llegar a mí.
Yo por mi parte, les di la espalda y las guié, era tiempo, que cumpliera con mi regalo de cumpleaños, para mi hijo, le daría algo que nunca pudo ver, la realidad fuera de un sueño. Que le mostrase como el demonio bondadoso sólo busca algo a lo que poder aferrarse y llenar su vacío, como el Dios Durmiente que lo siente todo, solo quiere despertar y dejar de sentirlo.
Ambas jóvenes me seguían el paso, antes de que siquiera se dieran cuenta, no había más fantasmas con mi apariencia, solo un pasillo a oscuras que atravesaba la oscuridad hasta quien sabe donde, en ese momento me paré y las encaré.
-Bienvenidas señoritas, a la ciudadela de…vaya…no me acuerdo del nombre, se perdió con el tiempo ¿Eh? – Intenté que mi voz sonara lo más tranquila posible para no asustarlas, después de todo, no era algo bonito lo que acababan de ver.
La chica alada….¿Reika? Fue la primera en hablar -Gracias, soy Reika Von Rosenberg Leyrian y a riesgo de que sea muy directo, ¿podrías responder a unas preguntas? – Sus ojos centelleaban en cierto modo y su voz tenía un matiz de expectación, ¿Sería una investigadora? Si era así, no me extrañaría que tuviera esa expresión, era como la suya cuando le enseñaba mis viejos manuscritos, je para este viejo yo, es imposible no notar estas cosas.
Luego, la otra, la que montaba en Uxía, si sabía que no me equivoqué en el nombre, viéndola de cerca, no estaba mal del todo, una medio silfo, medio humana, una combinación extraña, interesante y como se espera de alguien mitad Silfo su voz era música para mis oídos -Oh, es una presencia muy apacible ¡Hola! Soy Galiza, ¿Qué eres?.
Recuerdo como hace millones de años, me paraba a escuchar a los silfos cantar en el viento y me dejaba llevar por su melodía, era una de las pocas cosas que calmaban a este exaltado yo, pero eso es el pasado, como yo, que solo soy un pequeño fragmento del Dios dormido.
Conservando mi calma respondí lentamente.
-Mi nombre…es…hace mucho que dejé de tener uno, se perdió, por así decirlo, en cuanto a las preguntas, siéntete libre de preguntarme, después de responder a la mía. Si el demonio se para delante tuyo, te deja ver el abismo que es su vacío y el dios dormido te ignora en su sueño eterno, ¿Quién ha pecado? ¿El demonio por estar vacío y desear aferrarse a algo o el Dios por no poder despertar?
No respondieron de inmediato, si no que ambas me miraron, sobretodo la pequeña mestiza. Pensaba que esta, igual no comprendió la pregunta por lo que me dispuse a simplificarla, pero sus labios se movieron y me dio una respuesta que me resultó bastante placentera.
(Gali) -¿No es un poco insulso preguntar quién pecó? Pero si aun necesitas mi respuesta, diré que fueron ambos los pecadores. Después de todo, si los seres vivos se quedan analizando sobre quién es más pecador o quien más inocente pierden mucho tiempo valioso… Y al final, ninguno está totalmente puro y ninguno es un completo pecador.
(Reika) -Un demonio que me muestra su vacío,en concreto se expone ante mi, y un Dios que me ignora dado que está en su sueño eterno. Si se lo piensa bien ninguno tendría la culpa- Su mirada fija penetra en lo más profundo, escudriñando por completo la información que acaba de extraer. Sus ojos filosos no te dejan respirar. -El demonio en su vacío me da a entender que busca aceptación, afecto. En sí, refleja en tal vacío su necesidad de amar y ser amado. Mientras que,el Dios me ignora por estar en su sueño eterno porque simplemente no puede despertar y por ende no puede relacionarse ni tener conocimiento alguno en cuanto a los acontecimientos del exterior.
En conclusión no pueden tener pecado alguno porque ninguno tiene conciencia de lo que está sucediendo con ellos.-
La respuesta de Reika…fue inesperada, su punto de vista era el contrario que el de Galiza, interesante. ¿Encontré por fin alguien a quien dejarle mi preocupación? ¿Podría ya, desaparecer completamente? Quizá, esa no era la respuesta que debía seguir, pero era lo único real para mí.
Era hora de que el demonio se llenase y el dios dormido viese por primera vez, el esplendor de un mundo donde la maldad convive junto a la bondad, tendrías que haberlo visto antes…Us…Shiku, fue el error de este maestro tuyo, no, espero, que aún me consideres tu padre, aún después de causarte aquel dolor.
*Suspiro*
No importaría, porque, al fin al cabo me olvidaste, ya no existo para ti, pero aun así, en tus sueños seguiré apareciendo, aunque no me veas, yo estaré allí, por siempre. Se me olvidó que no estaba sólo…
Deshago mi trance sentimental y miro a ambas jóvenes con una simple sonrisa, pero en ella estaba todo lo que quería decir.
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El anciano nos miró a Gali y a mí, pero su expresión era distinta, me atrevo a decir que contenía una belleza única, la sinceridad que transmitía esa simple pero cálida sonrisa. No pude evitar suspirar, pues su aura se había vuelto inestable, desaparecería. Mis preguntas serían ignoradas, pero ante aquellos sentimientos que mostraba no podía quejarme, era simple, su misión había acabado y era hora de partir, no se si lo podría volver a ver…
Pero antes de que siquiera pudiera despedirlo, preguntarle algo o lo que fuera, ya no estaba allí. Su presencia aun inundaba el corredor, pero no podía sentir que aún existiese, ¿era acaso los vestigios de alguien que deseaba buscar a alguien digno de su herencia? Si eso era cierto, ¿a donde llevaba este pasillo?
Mientras me hundía en mis pensamientos noté a Gali-tan mirarme con cierta confusión, por lo que la sonreí le dije que siguiéramos.
Nuestros pasos era lo único que se podía escuchar. Mientras avanzábamos, comparado al exterior de la ciudadela, este lugar parecía una obra de arte, perfectamente limpio y con un diseño digno de haber sido hecho por la mano de algún santo del arte, cada milímetro de las paredes o el techo, podrían hacer a cualquier galería de arte volverse loca por su cuidadosos detalles.
Pero lo más bello era como cada detalle se unía en gigantescos patrones, estoy segura que si no fuera por el aura del anciano cubriendo el lugar, posiblemente ya me habría perdido en la belleza del lugar, era una trampa, una muy simple, pero efectiva, si no fuera por el reconocimiento de ese viejo sería imposible cruzar este lugar.
– Reika-sama, comprendo que es un poco fastidioso tener a alguien preguntando todo el tiempo, pero, ¿ya llegamos?
Su mirada demostraba una incredulidad total ante lo que veia y juraria que podría leer entre lineas «Estamos perdidas, ¿verdad?» Mientras intercambiabamos miradas.
-Jeje…Gali-tan~ no debería quedar mucho…- La verdad es que, no sabía siquiera si este pasillo iba a acabar. Pero por alguna razón, mientras más tiempo pasaba andando por el, menos era la distancia recorrida. Esa extraña sensación, me confundía en cierto modo.
Quizá el mundo esperaba que sintiera esa sensación, porque, a lo lejos se acababa el corredor, pero en cuanto miré hacía atrás, parecía una broma, apenas habríamos avanzado unos 400 metros. Efectivamente, todo el tiempo que pasamos aquí fue una ilusión… Aún así parecía real.
– Esto en verdad es abrumador, pero por lo menos ya llegamos.
Gali también encontró aberrante la idea de espacio tiempo de este lugar, es una perfecta trampa para volver loco a alguien… Aunque ahora que lo veo Gali parece que fue afectada un poco, la escucho murmurar entre dientes algo de jugar con un diálogo que alguna vez vio en una película de un..¿burro que habla y ogros?
-Si, ya llegamos….- Aunque dije eso, no estaba completamente segura, pues una puerta incluso más exquisitamente tallada separaba lo que intuía que era el final de este viaje de nosotros.
Gali-tan no esperó ni un segundo y se movió como un rayo hacia la puerta, justo cuando sus manos tocaron su superficie, esta brilló, no, más exactamente brillaron las runas, la luz pasó hasta las paredes donde se extendió hasta cubrirlo todo y con ello un temblor comenzó a sacudir el lugar.
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La puerta comenzó a abrirse y un aura oscura comenzó a salir de la pequeña brecha que se había hecho al abrirse un poco el portón, unas garras agarraron ambas puertas y las forzaron a abrirse de golpe, la figura de un enorme monstruo era claramente visible.
Con 4 metros de altura, un cuerpo cubierto de escamas azabache, varios pelos como púas de obsidiana se filtraban entre la coraza escamada, sus ojos eran escarlatas con unas pupilas rasgadas, no había luz en ellas, solo la llama de un resentimiento, no, mejor dicho, de una tristeza incomparable, un anhelo. Eso era lo único que parecía evitar que la llama se extinguiese como su espíritu.
La criatura dio un paso al frente mientras sus cuernos se dejaban ver cubiertos de aquella aura maligna, su simple presencia te hacía sentir incómodo e incluso terror, pero por alguna razón, ni Reika ni Galiza sintieron eso.
-¿El demonio que busca aferrarse a algo eh?- Esas palabras escaparon de sus labios, sin vacilar ni un segundo se acercó al terrorífico demonio, no había nada que la protegiese de sus afiladas garras, pero no importaba, ella sabía que esta era la respuesta a la pregunta del anciano.
-Dime, ¿por qué estás tan afligido? Si tanto dese…- Antes de que pudiera seguir el rugido del demonio sonó, aunque su fiereza siguió aumentando, en ningún momento alzó sus zarpas ante Reika, ni la intentó herir, pero justo después de que el rugido acabase, una melodía comenzó a sonar, era apacible y relajante, como el murmullo del bosque cuando uno se pierde en él, esa clase de sonido que puede calmar los dolores y miedos de un corazón afligido.
Si la persona que tocó esta composición no fue otra que Galiza, como silfo, su canto era una de las cosas más hermosas, como druida podía entender a las bestias, pero lo más importante, el haber vivido ese vacío. Saber cómo se sentía el demonio no era importante, si no sabías comprender su dolor.
El aura de resentimiento se fue desvaneciendo y los ojos escarlatas fueron volviéndose violetas, las escamas se cayeron y los pelos como púas las siguieron, tras perder cientos de capas de escamas, solo quedaba una figura, sus ojos eran violetas y carecían de pupilas, simplemente eran como gotas de agua, su estatura era de 1’50, su cuerpo completamente liso y sin facciones como si estuviese hecho de algún tipo de líquido.
Y de misma forma que la criatura perdió su resentimiento, quedó vacía, sin nada más que un mecanismo para moverse, sin conciencia o instintos. Un autómata.
La pregunta del anciano era correcta, pero lo que buscaba el demonio no era algo que lo llenase, sino, algo que le perdonase, que borrase la culpa en su interior, quizá era un deseo egoísta, pero era su anhelo.
Sin mediar palabra, se dio la vuelta y avanzó adentrándose de nuevo en la obscuridad del enorme habitáculo, no lo pensaron demasiado y siguieron al «demonio». El silencio reinó en todo momento, solo una pequeña llama azulada que iluminaba el camino les apartaba de la negrura que velaba por guardar la estancia.
Tras lo que parecieron horas caminando, pudieron ver una segunda luz, su color era del mismo violeta que los ojos del «demonio» y su belleza era algo difícil de procesar, pero lo más impresionante era su procedencia, un enorme cristal de varios metros de alto y de ancho, con una forma irregular y en su corazón yacía el cuerpo de una persona, sus facciones eran irreconocibles, pero daba la sensación de que era alguien muy joven, sin embargo, no parecía que aún estuviese vivo.
-¿Esto es…?- Reika al ver la escena rompió el silencio, podía sentir que una leyenda estaba enterrada en aquel cristal, pero a la vez, también podía sentir lo increíblemente antiguo que era, mucho más que las ruinas, más que el propio desierto, era una edad, que solo podría llamarse ilimitada e incalculable.
Para Galiza no era muy distinto, tal vez no tuviese las mismas dudas o pensamientos que Reika, pero ya fuera por la belleza de la escena y a la vez lo triste que era, incluso si igual no estuviese vivo ya, ese ser, portaba un resentimiento igual que el del demonio, no, era infinitamente más espeso, un océano inacabable acumulado gota a gota por la eternidad.
Fue entonces cuando se dieron cuenta, que el demonio transformado tenía una apariencia vagamente similar a la de aquel ser sellado, se volvieron para mirarlo, pero ya no estaba allí, solo un vórtice verdoso, permanecía donde este había estado de pie.
Era claro que era un portal, la esencia espacial que desprendía era grandiosa y extremadamente refinada, una puerta a otra dimensión de la más alta calidad.
Por lo general ni Reika ni Galiza habrían entrando en un portal tan aleatorio como ese, sería entrar en las fauces del lobo, pero después de todo lo pasado, no sentían como si fuera una trampa, si no una cordial invitación para ver al Dios dormido.
Si había un demonio….También habría un Dios dormido, ¿no?
Ambas se adentraron en el vórtice y desaparecieron sin dejar rastro.
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Una luz nos deslumbró nada más salimos del portal, pero unos segundos después, ya podíamos ver el mundo a nuestro alrededor, un exuberante verde lleno de vida cubría el mundo hasta el horizonte como un mar de jade.
La vida era desprendida por cada milímetro de suelo, ya fuera por las criaturas como los humanos, las ciudades se conectaban con caminos pavimentados para el transporte, no existía el mal.
Los ancianos reían mientras jugaban con sus nietos, los padres trabajaban tranquilamente sin preocupaciones, como la falta de comida, para sus familias. Una auténtica utopía.
Ni ladrones ni bandidos, los caminos eran seguros e incluso los monstruos ayudaban a los cazadores perdidos, el racismo parecía algo inexistente. Daba igual que fueras, aquí te aceptarían.
A simple vista, era un mundo sencillo, felicidad pura, pero si miraban más profundamente, podías notar como todo era un acto, una función de teatro inacabada, aun así, mi curiosidad por este lugar sin duda había aumentado por unos cuantos niveles.
Sacudí mis alas y eché a volar, la brisa se sentía tan bien, luego de ascender unos pocos metros, miré a Gali, ella me observaba felizmente mientras también parecía disfrutar esta clase de ambiente.
Volví con ella, aunque me habría gustado disfrutar un poco más del lugar, aún quedaban cosas que había que hacer.
Seguimos un pequeño camino, parece que todo estaba preparado.
Al principio era una escalera que te dejaba ver las maravillosas vistas que tenía este mundo, pero luego era un sendero que atravesaba un pequeño valle cubierto de miles de tipos de flores, ¡realmente era sorprendente!
Incluso había especies que estaban extintas, si algunas personas que conozco vieran esto posiblemente se desmayarían por la sorpresa, bueno, no puedo negar que sentía cierta tentación a llevarme unas cuantas…
Nuestros pasos eran bastante calmados, no sentíamos ningún tipo de prisa y aunque no hablásemos entre nosotras, no era por nada más que por no estropear el bello ambiente que tenía este camino.
Después de, quien sabe cuanto, salimos de allí, ahora enfrente nuestro, había una pradera llena de caminos. Varios campesinos se movían de lado a lado, pero esto no era nada extraño, lo realmente impresionante era lo que podíamos ver al horizonte, una enorme ciudad, no parecía tener fin, su belleza era inigualable, pero incluso esto palidecía comparado a la visión de un pequeño planeta resquebrajado que flotaba encima, rodeado por miles de templos antiquísimos donde varios ancianos con poderosas auras descansaban en poses de meditación, Dragones gigantescos que daban vueltas como si se trataran de guardianes, pero, sin duda, volvía a sentir común, si se comparaba con aquel «planeta».
De sus grietas salían poderosos chorros de energía capaces de hacerme estremecer. Por donde pasaban, la vida crecía. Al observarlo un tiempo me di cuenta que llevaban un ritmo, no era un planeta…era un corazón, el corazón del mundo, esa era la única definición para describirlo.
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-¿Estas allí?- Una suave voz sonó.
-…- Solo el silencio la siguió.
-Bueno…entiendo que no quieras salir, se que aun te duele…pero tienes que entenderlo, no hay sentido en que siguiera existiendo, ¿verdad? Así que…dales una oportunidad, el mundo tras esta puerta es mucho mejor de lo que piensas, además, ¿nos son un par de lindas señoritas? No puedes quejarte…simplemente déjate llevar…- La misma voz que antes continuo hablando, cada palabra se hacía más débil, pero no titubeaba en absoluto.
-¡Eso es….eso no….no tiene sentido un mundo sin usted!- Esta vez hubo una respuesta, no era nada especial, si no contamos el dolor contenida en ella.
*Suspiro*
-¿Acaso eso importa? ¿Piensas vivir en este lugar por siempre? ¿En una habitación gigante mientras observas a tu sueño desarrollarse sin tu presencia? Sin saber que es la «realidad». Ya te lo dije, solo te cree porque necesitaba un sucesor, no me llames maestro, realmente no tienes esas calificaciones, si fueras a llamarme algo, que sea creador.- Esta vez era fría, no había suavidad en ella, la dureza y severidad estaba recalcada en cada palabra, pero solo aquel claro de corazón, podía entender de misma manera el sufrimiento desgarrador que transmitía, pero ¿Como aquella otra persona sumergida en su dolor podría entender esos sentimientos ocultos?
La puerta se abrió, no, mejor dicho, se rompió, había una especie de intención asesina fluyendo por el ambiente, aun así, la figura que había hablado antes se mantuvo firme.
Una garras azabache salieron disparadas a esa persona, pero solo cortaron el aire. Poco después la cabeza de un demonio se asomo, sus ojos estaban rojos en ira y tristeza.
Otro suspiro salió del hombre, no, ahora se podía ver con claridad, era un anciano, su cuerpo maltrecho por los años parecía irradiar un sentimiento de alivio.
-Costó mucho, mucho tiempo, pero al fin pudiste salir…incluso si tuve que volver tu respeto, tu cariño por mi…en un odio profundo, no me arrepiento. De todas formas, es hora de que todo desaparezca, aunque este solo sea tu subconsciente…aun quedan trazos de que existí…- Su voz estaba llena de reminiscencia, posiblemente, revivía las memorias de un pasado lejano.
Su ser desapareció y se encontraba enfrente del demonio, movió lentamente su brazo y con la mano le dio unas palmaditas en la cabeza.
Un segundo después ya no estaba, no había nada, ni habitación, ni anciano, ni demonio, solo una esfera violeta.
Pero los cambios no se dieron solo en aquel espacio, sino, que el corazón se paró y con ello el mundo.
Incluso Reika y Galiza, quedaron paralizadas, como estatuas, no eran conscientes de ello siquiera.
El mismo anciano apareció a su lado.
-Ustedes…también, permitanme llevarme lo que queda de mí…- Esta vez, solo las miró y sus ojos brillaron, poco después retiro su mirada al horizonte. -Me pregunto…si quizá en millones de años, todo podrá avanzar..-
Su figura desapareció y en algún lugar de aquel sueño, un monstruo que soportaba toda la imperfección del mundo también se desvaneció, dejando a la vista al mismo anciano que parecía ser el causante de todo.
Su aura había desaparecido, parecía un mortal normal, pero en sus ojos el brillo eterno permanecía ardiendo incansable. Como si su mirada pudiera atravesar el cosmos observó el planeta y a las jóvenes aun congeladas en el tiempo, luego dejo soltar un suspiro y los engranajes del tiempo volvieron a trabajar.
«¿Qué fue eso?»
Esa fue la pregunta que ambas se hicieron, sentían haber perdido algo, pero no podían entender el que, o el como. Por lo que sin perseguir demasiado el tema continuaron su camino.
En algún punto del camino habían llegado enfrente de unas enormes puertas, cubiertas de caracteres imposibles de entender, delante de ellas, un único hombre permanecía, sus ojos cerrados se abrieron lentamente, un brillo violeta salio de estos.
-Bienvenidas.- Su voz era tranquila y pura.
-Gra…-
Su mano se alzó parando la devolución de saludos, era innecesario, el sabia quienes eran y cual era su papel en este acto, por lo que simplemente se levantó dándoles la espalda y movió sus manos a la enorme puerta.
Una llave traslucida salió de la nada y fue absorbida por los símbolos, poco después no había puerta ninguna, simplemente desapareció.
El hombre las miró, en su mirada había esperanza, como si viera a los héroes que salvarían el mundo, luego con una reverencia y una indicación sobre que estaban permitidas de seguir, desapareció sin dejar rastro.
Esto no era nada sorprendente, desde que habían llegado a la ciudad, había sido todo una cadena de sorpresas y situaciones increíbles, por lo que sin demorarlo más, continuaron su marcha hasta el «corazón del mundo».
Otra vez las manijas del reloj que parecían rotas dieron vueltas sin cesar hasta que unas cuantas horas habían pasado, por supuesto, el tiempo, era relativo, para ellas dos, solo una horas más se había dado, mientras que el mundo experimentaba el final de un día y el principio de otro.
Y por fin habían llegado, justo encima de ellas se encontraba aquel planeta resquebrajado que palpitaba en un ritmo acelerado, que hasta que no llegaron a sus cercanías no pudieron notar.
-Reika-sama…el interior…algo en el interior esta aullando…No sabría explicarlo…pero es muy similar al sentimiento que emanaba el demonio anterior, allí…- Las palabras de Galiza hicieron que Reika se diera la vuelta y la mirase.
-Entonces…solo hay una cosa que se pueda hacer, ¿no?- Con esas palabras continuaron.
Al principio pensaban en simplemente volar, pero antes de que pudieran efectuar la acción una serie de rocas se apilo a forma de camino hacía el interior del planeta que parecía haberse roto aun más dejando así una enorme grieta por donde entraba aquel extraño camino flotante.
Solo necesitaron unos minutos para dar el primer paso al interior, el tiempo se distorsiono en ese momento, el aire se solidifico y explotó en miles de fragmentos como si se tratara de un espejo, de las grietas salia una poderosa fuerza de succión, pero esta no las pudo tragar.
He incluso así, continuaron andando.
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Ambas jóvenes alcanzaron el núcleo y pudieron ver el último demonio, el Dios dormido que despertó, lloró y aulló, no estaba vacío pues poseía emociones, pero de misma forma no las entendía.
Su apariencia no era aquella monstruosa criatura, no, era similar a la de un joven, de apenas 16 años, sus ojos violetas las observaban con un ligero optimismo, de sus ojos las lágrimas seguían fluyendo, mientras reía intentando deshacerse de aquella tristeza que le invadía sin que pudiera recordar la razón, en sus memorias un rostro aparecía de forma borrosa, pero sin importar cuanto anhelase verlo claramente, solo acabaría rompiéndose y perdiéndose en el olvido del que posiblemente nunca saldría.
Cada recuerdo se llevaba un pedazo de ese dolor, pero a la vez, traía otro nuevo, quizá fuera ese ciclo incomprensible lo que le hacía perderse en si mismo, que a pesar de parecer ver el mundo, no había un enfoque claro en ellos, al igual que ese ligero optimismo desaparecía a medida que sus recuerdos se borraban uno tras otro, dejando solo una perpetúa oscuridad en su cabeza.
Quizá, Galiza, sintió pena por él, tal vez, pensó que era como el demonio, solo deseaba que algo le mostrará otro mundo, por lo que volvió a dejar gozar al mundo de su melodía.
El joven se alzó de sus rodillas y dio un pequeño paso, en ningún momento cambió su expresión, pero parecía buscar aquel sonido, como si se tratará la cuerda que le sacaría del agujero en el que había sido lanzado.
Cada segundo que pasaba estaba más cerca de Galiza y eso realmente me hacía feliz, por fin volvería a nacer, quizá no fuese ya quien era, pero aun así, prefería verlo nacido de una metamorfosis pero existiendo realmente, que perdido en un sueño eterno, por eso, sin que nadie pudiera notarlo, le empuje.
Oh, creo que mejor dicho lo lancé….directo a Galiza, un joven como bola de cañón…bueno….ohm…no pasara mucho, ¿no?
Y justo cuando anda a un par de metros de Galiza….Reika salta, lo intercepta y…
-¡Aléjate de Gali-tan! –
*BOOM*
Golpe directo en la cabeza del pobre, no enserio, deberías controlarte, la mitad de su cuerpo esta hundida en el suelo, bueno…dejemosles las cosas al destino…sip, ¡¡me voy!!
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¿Qué? No entiendo nada, realmente, no entiendo, ¿qué sucedió?
¿Eh? ¿Por qué no puedo mover mi cuerpo? Espera un poco….un empujoncito y listo…Yaaahh…
Sacudo mi cabeza un poco para quitarme la piedra de encima y miro a donde estaba, ¿eh? realmente hay un agujero enorme…ohm…alguien debería tratar cosas así…¿no? Bueno….dejemoslo así…
Levantó la mirada y me encuentro a dos jovenes…Espera…¿Qué?
-¿Eh?-
-¡Tu! ¡Alejate de Gali-tan!- Dijo la joven que estaba mas adelantada…parece etto…¿emocionada? jum….aunque su puño…ohm…espera el agujero, la distancia….ya veo, ya veo, me golpearon ¡jum! ¡¡Las personas si que actúan raro cuando están emocionadas!!
-¿Ñah?- Giro mi cabeza a un lado en confusión mientras dejo escapar un ruidito.
Waw!!! ¡¡TIENE ALAS!! Me avalanzó hacía ella, bueno más exacto hacía sus alas, aunque algo me dice que esto acabará mal…
Sin que ella pudiera evitar mi inesperada acción consigo pegarme a una de sus alas, que ya de por si son más grandes que yo jum, bueno ¡¡¡¡¡El punto es que son suaves!!!!!
-Suelta mis alas- Realmente su tono era muy suave y amable, ¡pero no lo haré!
Ohm…igual se siente algo culpable por el buen golpe que me dio antes, por lo que solo las agita suavemente intentando quitarme sin hacerme daño, pero subestimas el amor de este yo por las cosas plumadas*
-SUELTA MIS ALAS- Ahora si parece que se emocionó más…pero aun así, no me moveré
(Plumada/o/as/os No esta mal escrita la palabra, es una expresión de Shikus)
Poco después de ver que no me soltaré comienza a agitar frenéticamente sus alas. La verdad, los primeros movimientos no fueron un problema, pero realmente, no tiene piedad, fui lanzando poco después por los aires, pero con un ágil movimiento me paré en el suelo sin problemas.
-Jum jum, eso fue peligroso después de todo-
Antes de que siquiera pudiera darme un respiro, un montón de espinas de acero comenzaron a salir de la nada y a enredarse a mi alrededor apretándose cada vez más, pronto solo había unos centímetros
-¡¡¡Para!!! Auch eso duele ¡¡¡Paralas Porfa!!!- Las espinas empezaban a rozar mi piel, pero por suerte se pararon justo en ese momento.
-¡NO te acerques a GALI ni a mis ALAS!- Realmente esta emocionada, waw, las personas sin duda son raras cuando se emocionan.
-P-pero…- Intento razonar jum
-Pero nada- Su respuesta fue directa jum….
-Etto…¿puedo preguntar algo?- La verdad, me gustaría saber quienes eran, después de todo siento algo rara en ellas.
La chica alada suspiró antes de responderme con un simple: «Adelante»
-¿Por qué no puedo sentir del todo vuestras existencias? Quiero decir…puedo ver la vida de todos, sus memorias, sus cuerpos, pero son distintas, ¿Por qué?-
-No somos de este mundo – Su voz volvía a ser suave como antes, jum, ya no estará emocionada…y en cuanta a la otra….ehehm….¿estará triste? Se ve callada…jum
-Espera…¿no de este mundo? ¿Qué quiere decir esto? ¿No son de este planeta?- Pienso en voz alta.
-No, no somos de esta dimensión y dime ahora, ¿quién eres y que hacías aquí?- No entiendo que quieren decir…
-¿Ñah…? ¿Quién soy…? Eso…es….Ux….¿Shiku? Si, ¡eso! ¡Soy Shiku!- Se me había olvidado mi nombre…ñah, sin duda, tengo mala memoria jum…
-Ya veo, supongo que no sabes que haces aquí, ¿verdad?-
-Nop, no entiendo la pregunta siquiera-
Suspiro antes de darse la vuelta junto con la otra chica y comenzar a caminar hacía el exterior.
¡Como si fuera a dejar escapar esas cosas plumosas! Con eso en mente comencé a seguirlas disimuladamente.
-Gali-tan, nos esta siguiendo, ¿verdad?-
-Sip, y es muy bueno acultando su presencia…- Eso es… hay algo raro en cómo dijo esa oración.
Tras haberlas seguido durante toda la bajada y un poco más sin ser detectado, se dio la vuelta la chica alada para mirarme, ¿esta sonriendo? ¿Se habrá molestado? Fufu~ normal que se moleste con las habilidades de ninja de este shiku, espera, ¿qué es un ninja? bueno ya le preguntaré a…¿a quién le iba a preguntar…? ¿Eh? ¿Por qué de repente me duele? Si no hay espinas ni nada….¿Por qué?
-¿Qué quieres?- La misma suave y amable voz de siempre, jum.
-Q-quiero…..ir con vosotras….quiero saber….¡Quiero entender!- No era mentira….esa especie de extraño sentimiento fluía por mi cuerpo, bueno, era nuevo, como si alguien lo inyectase en mí, pero bueno, se sentía bien dejarlo actuar.
-¿Quieres venir a Excalibur?-
-¿Excalibur? pregunté curvando mi cabeza con confusión.
-El lugar del que venimos.- Oh, ¡conque era eso!
-¡SI!-
*****
El resto de la historia es sabida por todos ustedes, el tiempo pasa y sigue su curso con infinita rectitud e inalterable o así lo parece…ah, me pregunto, si no hubiera hecho eso y dejará continuar al ciclo, ¿si quiera existiría la realidad? No, posiblemente, la ficción no es irreal, solo es un fragmento de algo mayor, incomprensible y que permanece parado e inamovible, el día que vuelva a funcionar todo…sera el fin de todo o tal vez, sería mejor decir que comenzaría lo que realmente podrías llamar realidad.
Mientras mi propio ser deja escapar esas extrañas palabras observo la compleja red de mundos, los sueños, no son mentiras….solo que no pueden apreciar lo que no conocen…
—extra Gali—
Se dice que la música es el idioma universal de los corazones, me alegro que de alguna manera el hablar con alguien te haya menguado esa soledad. Observo el pequeño instrumento que llevo en la mano, y escucho al oji san riendo…
Supongo que así esta bien, aunque un día de estos juro que lo encontraré y le haré jugar conmigo jujujuju.
Y hablando de jugar…
Observo como esos dos empiezan a hacer migas como si fueran muy buenos amigos…. «Ay si, miranos!! Ahora somos los mejores amigos y nos vamos saltando en una pata a Excaliburlandia lalalalala!!» No estoy celosa, claro que no… tal vez un poco.
De verdad, incluso se olvidaron de mi existencia… Espera…¿olvidar? ….UXIAAA!!!!
En algún lugar del mundo mundial, una esfinge malhumorada y con un montón de venas en la frente, hace un ritual de maldición a su dueña…
Escritor: Shiku (Gali ha ayudado mucho en su personaje)
Idea: Shiku
Editor: ?
(Este Viejo es similar al anciano, la imagen es de su respectivo autor, créditos a el)