La Sonrisa de Lázaro Capítulo 41: Susurro de los árboles derribados

La Sonrisa de Lázaro Capítulo 41: Susurro de los árboles derribados

Punto de vista de Saun

Teniendo tan buena cosecha últimamente, en su mayoría gracias a los cuervos, comencé a entrar más en el bosque, este se situaba en línea recta desde la ciudad sumergida, hacia el este.

El tamaño del bosque era desmesurado, según Lint, quien su misión es explorar los alrededores, este bosque abarca gran parte del norte y es de dónde venimos, hacia el sur.

Es una línea natural que divide el territorio de la reina sirena, justo al otro lado esta ese supuesto enemigo suyo.
Pero toda la zona central es bosque denso, repleto de bestias de toda clase.

Aunque lo que yo me pregunto, es porque ellos intentarían una guerra con la reina sirena, con tal zona roja entre ellos, si alguno de los dos intentase atravesar el bosque, seguramente perderían la mayoría, si no, la totalidad de las tropas.
Esa duda me estaba carcomiendo la cabeza. Cuando le pregunte a Irina, ella me dijo que ellos deberían tener una manera de acceder a través del bosque de manera segura, si no, entonces es una trampa de algún tipo.
De entre todos, Irina, es la que tiene la mente más avispada, sobre todo para las intrigas, es una de las razones principales para que nuestro señor Hel la mantenga a su lado en todo momento.

Dejando de perderme en mis pensamientos, vuelvo a centrarme en el entorno, mis cuervos están dando vueltas por el cielo, buscando objetivos, mientras sigo caminando sin hacer el menor ruido.

Las horas comenzaban a pasar, pero extrañamente, no había ninguna bestia cercana, fue entonces cuando un susurro me despertó.

El movimiento de las hojas junto con un ligero «crack», ese sonido no provenía de cerca, estaba relativamente lejos, pero ese sonido… solo puede ser una criatura grande.

Si mi suposición es correcta, alguna bestia había chocado con un árbol, derribándolo en el proceso.
Rápido, mande a mis cuervos a observar, mientras caminaba lento pero en absoluto silencio hacia esa posición.
Poco a poco, los árboles se volvían más altos y densos, encerrando el suelo y alejándolo de la luz, poco a poco, los sonidos de árboles siendo derribados se volvían más rítmicos, la criatura debe de estar peleando o quizás muy enfadada con la flora del lugar.

Los cuervos que mande, regresaron, pero uno trajo algo inesperado.

En el pico de este, se podía ver un trozo de piel, pero está habiendo sido curtida, el trabajo en ella no parecía muy bueno, aun había restos de sangre y cortes mal hechos, pero aun así era algo no tendría que estar en el bosque.
Sin acelerar, sigo caminando hacia la dirección de los sonidos, enrollando el trozo de tela, lo dejo en la parte interior de mi bioarmadura, donde ella sola formo un pequeño bolsillo donde depositarlo.
Una prueba, eso es lo que era y tenía que guardarlo.

Al cabo de un rato, los sonidos de los árboles cayendo eran fuertes, ya casi estaba.

De un salto, me agarré al árbol más cercano y me subí a su copa, aun oculto por las hojas y activando mi individualidad al máximo.

Solo entonces pude ver.

Decenas de monos marrones, con collares y cadenas.

Ellos usaban una especia de magia de tierra, para desenterrar las raíces de los árboles y tirarlos. Luego reajustaban la tierra para ser lisa.

Detrás de ellos, un grupo de entidades, con armas los miraban desdeñosamente, incluso alguno los golpeaba cuando estos caían al suelo.

Los agresores eran hombres pájaro y junto a ellos, otras especies.

Pude distinguir a algunos interesantes, había un grupo que parecían ser, serpientes con brazos, eran parecidos a una especie que vi en la sala del trono, otra interesante era una rata, esta era enorme, aun mas por ser bípeda, sus pies y garras eran bípedos, incluso tenia una serpiente por cola.

Entonces para mi sorpresa algo oscureció el claro que se estaba formando.

Una enorme manta, de un blanco lechoso, descendió de los cielos.

Esta manta tenía muchas marcas de un color dorado hermoso y se notaba que era un ser apacible, no podía notar ninguna mota de agresividad, tan mansa.

Sobre ella, una decena de figuras.

Se podía observar que la mayoría consistía en más monos marrones, los demás eran esos hombres pájaro, uno llevaba una especie de roca blanca tallada, de un gran tamaño, más o menos como mi cabeza.

Esos hombres pájaro no tardaron en sacar a los monos de la espalda de la manta, empujándolos con fuerza.
Nada más tocar suelo, fueron obligados a trabajar y así los árboles comenzaron a caer ligeramente más rápido.
Esto no era bueno, tenía que informar lo antes posible a mi señor.

Solo tras ver esto, salte al suelo y salí corriendo hacia la ciudad, esto no era bueno, nada bueno.

Raudo como si mi vida dependiese de eso, pero obedeciendo la regla de no volar, comencé mi carrera, había tiempo, si no se informase de esto de inmediato… no sé cuál podría ser el resultado, pero seguro que catastrófico.

Aún queda la duda, de que esto sea algo hecho por la reina, pero creo que no tiene nada que ver con ella, dentro de lo que cabe ella no tenía esclavos en su ciudad, pero no sé, dejare que mi señor juzgue.

Solo tras unas horas pude salir del bosque, aunque para mi sorpresa me encontré con una cara o mejor dicho, una máscara familiar golpeando y destrozando árboles en pleno ataque de ira.

Normalmente no la molestaría, pero en este caso necesitamos estar todos.

Me aclaro ligeramente la voz y la llamo.

– Lilith – Ella me miro y grito furiosa.

– Qué demonios quieres Saun, no ves que me estoy desahogando un poco o es que quieres ayudarme a hacerlo – Ni loco, eso es lo que estaba pensando pero no me atrevo a decirlo, por razones obvias.

De entre nosotros, la más poderosa seria Lilith, después Velona y Pelé, siendo iguales, después estaría yo y solo tras de mí, nuestro señor Hel. Gal está más centrado en aprender a proteger, para que nuestro señor no deba de dar su vida de nuevo por nosotros y Baltasar es un caso perdido cuando se pierde en la magia, aunque seguro que más tarde se podría volver realmente poderoso, Lint, Irina y Gea, son los más débiles, pero realmente útiles.

– Lilith tenemos problemas, he descubierto algo extraño en el bosque y si mi conjetura es correcta, quizás nuestro señor esté en peligro, aunque no directo, pero seguro que esta zona no será segura en absoluto – Al escucharme una inmensa roca es destrozada en pequeños fragmentos.

– ¿Que has visto Saun? – Cuando me lo preguntaba, parecía más calmada, pero podía notar en su voz su furia, aunque ahora no sabía si era por la molestia de antes o por la posibilidad de peligro hacia nuestro señor, como desearía poder leer las emociones como Lint.

No tarde en explicárselo y ella se volvió pensativa por un momento.

– Saun, tú ve a buscar a Irina, dile que llame a los demás, yo buscare a Lint, su zona de exploración de hoy, está justo detrás de la ciudad, en aguas profundas. Nada más termines de contárselo a Irina, corre con todos con Hel, no dejes ningún detalle sin contarle, esperemos que te equivoques en tu especulación, si no, es posible que tengamos la guerra más cerca de lo esperado – Tras esas palabras, ella corrió al acantilado, su velocidad era superior a la mía y al poco la perdí, mientras yo me dirigía a buscar a Irina.

Yo también espero equivocarme, no dejare que suceda otro sacrificio.