Punto de vista de Luneth
Desde hace un año sirvo a la reina sirena Gwent, nací como regalo de los dioses cuando ella descubrió la primera religión menor, la luna. Siendo así yo nací como una gran sacerdotisa de la luna.
La luna es el oráculo primitivo, la que todo lo ve y la señora de las mareas, siendo una gran elección para mi señora.
Gracias a mi condición de gran sacerdotisa de la luna, mi reina me mantuvo siempre a su lado, volviéndonos cada vez más cercanos, poco a poco y debido a que tenía el poder del oráculo de la luna, también acabe volviéndome su consejera.
Cada cierto tiempo conseguía una pequeña sensación sobre el futuro, esto podía ayudarme a guiar a mi señora Gwent, las sensaciones no eran en absoluto precisas y no siempre se activaba cuando lo necesitábamos, ganándome el odio de algunos de los nobles que adulaban y servían a mi reina, incluido al general Leva, la mano derecha de la reina y su anterior consejero.
Pero aun así la reina Gwent nunca me aparto de su lado, nos volvimos muy cercanas y con el tiempo pasamos a volvernos amigas, recuerdo una vez en la que nos escapamos para explorar el mar y volvimos a la nación en un caos durante una semana, esa vez mis premoniciones fueron especialmente útiles para evitar a las patrullas.
Estas premoniciones suelen ser solo unas palabras, como: Se acercan molestias, el norte esta oscuro, los caparazones fastidiosos. Cosas así, pero una guerra con una gran facción de los soñadores fue considerada una molestia, pero hace unas 3 semanas me llego una nueva premonición.
Tras escucharla me desmalle, no por el contenido si no por el significado.
«Bifurcación a la muerte», ese fue el contenido.
Tras despertar me vi en mi cama con una docena de guardias apostados, un par de sacerdotisas y la reina a mi lado, entre lágrimas le expliqué el resultado de mi premonición, la cara de la reina cambio de la sorpresa al miedo y después a la resolución.
Una vez pudimos escapar de un clase demonio que surco los mares cerca de nosotros, cuando fuimos a saquear un territorio soñador, la premonición. lo llamo: «encuentro peligroso».
En este caso nos íbamos a encontrar algo peor, mucho peor que un clase demonio.
Desde entonces la guardia se ha doblado, tenemos exploradores en el océano y nuestros aliados han prescindido de sus habituales saqueos y ataques de hostigación, para quedarse en la ciudad, para evitar provocar el pánico y las dudas en la población, además de alimentar a nuestros ciudadanos.
Aun así pasamos las semanas como era habitual, seguimos ocupados preparándonos para cualquier cosa que viniera, pero no volví a tener ninguna nueva premonición en este tiempo, volviéndome cada vez más nerviosa y así fue hasta esta mañana, cuando me llego una premonición, mientras comía con Gwent como hacíamos siempre, contándonos lo que pensábamos hacer durante el día o los cuchicheos de las sacerdotisas y las mujeres del servicio, maestras a la hora de aprender sobre cada movimiento que sucedía en la ciudad.
La respuesta de la premonición solo fue «Encrucijada»
Y en ese entonces un guardia entro corriendo, diciendo que un inmortal quería hacer una petición para unirse a la reina, según el guardia eran unos tipos raros, con unas ropas de magnifica calidad, además de que venían con Gong.
Todo parecía bastante bueno, conseguir un nuevo aliado era algo para celebrar, sabiendo que tienen buenos ropajes significa que tienen un alto nivel tecnológico o económico, en ambos casos decente, pero en este mundo no existen las coincidencias, la premonición, y estos recién llegados tienen algo que ver.
Siendo así, aceptamos la reunión y llamamos a todos los líderes, normalmente solo un pequeño grupo serían los presentes para este tipo de reuniones, pero era demasiado importante como para dejarlos de lado.
Al poco tiempo todos los líderes de la facción de Gwent entraron a la sala del trono, cada uno cerca de sus allegados, todos parecían preguntarse porque estaban reunidos, pero al poco la puerta comenzó a abrirse.
Lo primero en aparecer por ella fue el guardián de la muralla en la superficie Gong, no he hablado mucho con él, pero en resumen los Bulls oceánicos son amables musculosos, les encanta pelear, pero detestan las trampas y los pomposos, son realmente majos, me han defendido un par de veces de algún estúpido que quería propasarse, cuando salía por la zona del mercado.
Pude ver la curiosidad de los presentes, aunque como Gong era tan grande no podía ver desde mi posición, aunque Gwent tampoco podía, no hizo nada para remediarlo.
En cambio fue el General Leva quien le dio un gesto con los ojos, Gong pareció entenderlo y se puso a un lado y entonces no pude evitar gritar de terror.
Una de las habilidades de las ramas religiosas es ver el interior del alma de los seres, es como ver la realidad de los seres, es parecido a los que pueden leer el aura, o la sensibilidad magia, pero esta muestra la verdad mas escondida de la existencia de uno.
Mis sacerdotisas, que no podían verlo, podían sentirlo y fue suficiente para que se pusiesen a temblar, todos nos miraban y esos seres también.
Sus ropas blancas eran hermosas, sus cuernos resaltaban, pero lo más perturbador eran esas mascaras que no permitían ver que se escondía detrás, aunque esto no era lo peor, era lo que solo yo podía observar.
Sobre ellos, siendo la visión de su existencia, podía ver sombras repletas de humo, todas ellas atrapadas en jaulas hechas de cadenas, solo un par de ojos blancos se podían ver de su cuerpo.
Estas almas estaban atacando furiosamente sus jaulas sin ninguna compasión, pero sin éxito, daban una presión abrumadora, no podía parar de temblar…
Gwent me miro extrañada y posó su mano en mi hombro.
La miré y solo así pude dejar de temblar un poco.
Los demás seres de blanco comenzaron a mirar a los presentes, pero podía notar la mirada del que estaba en medio de todos, solo entonces pude darme cuenta de varias diferencias y una extraña anormalidad.
De entre las almas habían 3 que estaban haciendo cosas diferentes y podía decir que la presión recibida provenía en su mayoría de dos de ellos.
Uno de ellos, en el costado, en vez de golpear las cadenas, parecía extender una garra intentado tocar las runas e inscripciones en las paredes, nunca podía extender mucho su garra, pero parecía perdido en el interés hacia las inscripciones que protegían la sala.
El segundo estaba en frente a la izquierda, ella era una de las dos almas que daban casi toda la presión, su alma era aún más salvaje que ninguna otra, pero aun así parecía estar siempre golpeando el costado que daba al alma que más me asustaba.
El ser que no paraba de mirarme, el que estaba en el centro, su alma estaba tranquila, sin moverse en absoluto, como cuando una bestia se prepara para saltar sobre su presa, de él parecía exudar la mayor presión.
La sombra pareció notarme, esta era la primera vez que esto pasaba, yo debería poder verles pero no al contrario, esto no debería pasar.
La presión comenzó a tomar forma de boca y se dispuso a tragarme, pero entonces un grito resonó en la sala, era Leva.