Las Locuras de Excalibur
El Origen de un Imperio
En el siguiente segundo, él saltó hacia mí, su salto lo elevó por unos ocho metros, y con su lanza apuntando hacia el suelo, cayó como un meteoro.
Me giré y corrí, por experiencia propia, sabía que ese sería un ataque explosivo.
En efecto lo fue, cuando la lanza se clavó en el suelo, justo donde estuve hace unos segundos, explotó en llamas. Pero yo estaba lo suficientemente lejos para evitarlo.
Me giré y agaché, el hombre no había perdido ni un segundo y se había lanzado contra mí con un salto hacia adelante, al agacharme, la lanza pasó sobre mí, la punta quedó muy lejos y el rayo de energía no llegó hasta mí, cómo deduje, el ataque mágico solo afectaba lo que estaba enfrente de él; tomando ventaja de eso, me levanté con un uppercut directo a su mandíbula, mis dedos se rompieron, pero el efecto analgésico de la planta me cubrió.
El hombre perdió varios dientes junto a su equilibrio.
Te devolveré la patada de antes.
Agarré su lanza, lo jalé hacia mí y luego conecté una patada justo en su estómago, la presión en mi pierna fue brutal, pero indolora.
Le arranqué la lanza de sus manos y lo envié a volar unos cuantos metros.
-Bien, con esto, se giran las tornas… -Sacudí mi pierna, parece que no se rompió, pero me cuesta sentir los dedos de mi pie- con la lanza en mis manos, caminé hacia el derribado hombre, que lentamente se ponía de pie.
La lanza pesaba una barbaridad, pero podía manejarla.
-Suéltala… -Gruñó el sujeto, luego, levantó sus manos y la lanza desapareció de las mías, apareciendo de nuevo en las suyas- te mataré… ¿oíste? Te mataré…
-… -Suspiré profundamente, no esperaba eso, estoy desarmado otra vez, inconscientemente busqué mi espada en el suelo, debía estar por aquí cerca.
El hombre saltó hacia mí otra vez, igual que antes, pero noté que esta vez no dejaría que me escabullera por debajo de la lanza.
En ese momento, vislumbré el brillo de mi espada de luz.
El ataque no fue una estocada como creí, y había esquivado hacia un lado, el maldito dragón había cambiado la dirección de su lanza y cortó circularmente en el último momento, la explosión consumió mi costado izquierdo y me lanzó volando.
Caí de cara al suelo, mi cuerpo no podía moverse, estaba entumecido, mi cabeza daba vueltas mientras trataba de organizar mis ideas.
-Ahora, quédate ahí y muere… -La voz del hombre parecía cada vez más débil.
-No… -Con un gran esfuerzo, me levanté del suelo, me sorprendí cuando vi mi espada debajo de mí, sonreí ante la gran fortuna que aún me sonreía- vaya… -Tomé mi espada y me giré para enfrentar una vez más a mi oponente- si he de morir, moriré luchando… -Traté de levantar mi brazo izquierdo, pero no pude, sentí algo goteando en mis costillas y la presión en esa área era muy grande, bajé un poco la mirada y vi que mi brazo casi había desaparecido, por el agujero de la armadura pude ver que las costillas de mi costado estaban expuestas y dos de ellas no estaban del todo- por lo visto… moriré antes de que me ataques… ¿qué harás?
-No dejaré que eso pase… -El hombre parecía debilitado, el agujero en su pecho probablemente era el causante, o tal vez mi patada lo hirió gravemente, lo que sea, estoy en el límite ahora, debo concentrarme, al menos así ganaré unos minutos más de vida.
El hombre, caminó lentamente hacia mí, levantó con esfuerzo su lanza, y con ira en su mirada, dio el ultimo salto hacia mí.
Esta vez, sería una estocada, no creo que tenga fuerza para hacer maniobras complicadas.
Probablemente ese ataque explosivo de antes fue su último intento para matarme, ahora estaba en su límite.
Avancé sin temor, con mi espada sobre mi hombro derecho, lentamente aumenté mi velocidad.
El hombre me atacó con todo lo que le quedaba de fuerza.
El odio podía sentirse en ese ataque, la sed de sangre era casi palpable.
Pero yo no me quedaba atrás, giré sobre mí mismo hacia la izquierda, la lanza pasó de largo y cuando su estocada terminó, yo estaba detrás de él, aun girando, levanté mi espada a la altura de su cuello y liberé su corte mágico, la fuerza centrífuga le dio poder a la espada y cortó de un tajo.
Su cabeza rodó por el suelo.
En ese momento, su cuerpo se volvió a convertir en aquel enorme dragón que estaba por encima de sus hermanas más pequeñas.
Dejé caer mi espada en el instante en que el efecto de la planta se acabó.
El dolor me atravesó como una lanza y las lágrimas y sangre ahogaron mis gritos.
Con la cabeza teñida de rojo por el dolor, lo único que quería era morder algo, si mordía algo, tal vez, tal vez el dolor se esfumaría, un poco… aunque sea un poco.
Mordí lo que estaba más cerca de mí.
El cadáver del enorme dragón.
Mordí y mordí, arranqué escamas y carne y las devoré, bebí su sangre, sin detenerme, sin pensar. Devoré hasta que no quedó nada, el ansia de comer no se detuvo, antes de darme cuenta estaba comiendo a las dos dragonas muertas por ahí.
Comí todo, las garras, los ojos, los corazones, los cuernos, las alas, todo, absolutamente todo, no quedó ni la más pequeña escama.
Luego… caí inconsciente. Si moría o no, ya no importaba, ya no podía hacer nada.
Al despertar, me sorprendí por haber recuperado mi brazo izquierdo, revisé mi cuerpo y todo estaba en su lugar, las costillas, la piel, la carne, mi estómago, todo estaba bien y en orden, si no fuera por el agujero en mi armadura, diría que todo fue una pesadilla o una ilusión.
No solo eso, en mi interior, en mi alma, podía sentir un poder sin límites, un poder tan abrumador que simplemente no podía compararse al hombre/dragón con quien luché a muerte hace unas horas.
Mi cuerpo no solo se había restaurado, se había convertido en algo muy similar al hombre/dragón, pero yo tenía mi cuerpo tal y como era, sin ningún cambio físico exterior.
Además, mi mente estaba llena de información nueva, hechizos y habilidades mágicas, para mí, ahora sería fácil crear un rayo de energía como el que ese dragón había disparado, o invocar armas que me pertenecieran, pensando en eso, levanté mi mano y en mi corazón llamé a aquella espada de luz que me había protegido durante todo el combate, y en ese instante, apareció ante mí, sin un solo rasguño, su durabilidad era legendaria.
Busqué mis grebas, guanteletes y yelmo, pero no encontré el yelmo, me puse lo que encontré y seguí mi camino, probablemente solo queda un jefe, debería ser el jefe final.
Crucé la puerta que estaba al otro lado del jardín.
Lo que me esperaba al otro lado, era el último monstruo del castillo.
-Vaya que eres grande -La puerta estaba conectada a unas enormes escaleras de caracol, al terminarlas, llegué al techo del castillo, el salón era tan grande que simplemente no parecía estar en el techo, sin duda había magia involucrada, pero eso no era lo impresionante, lo que me sorprendió fue el monstruo que había frente a mí, un Slime azul de más de veinte metros de diámetro.
El monstruo estaba en el suelo como si fuera agua, una vez entré en el salón, todo su cuerpo fue succionado hasta el centro formando una gran bola de gelatina azul.
-Bien, prepárate.
Con mis nuevos poderes, esta batalla no debería suponer ningún problema, pero, los Slimes poseen un cuerpo resistente, además, este es el jefe final, si es inferior a los dragones, me echaría a reír.
Justo mientras pensaba eso, el monstruo se retorció hacia su centro, formando un agujero en su cuerpo, luego, se empujó hacia adelante, en dirección a mí, sentí cómo el espacio se distorsionó, salté hacia un lado y que bien que lo hice, porque todo lo que estaba dentro de este “espacio distorsionado” desapareció.
No fue un ataque de energía, no hubo destrucción, impactos o daño colateral, simplemente desapareció, el suelo, el techo, la puerta y parte de las escaleras, todo lo que estaba frente a esa cosa, simplemente desapareció.
Me levanté lentamente y miré al Slime, hizo el mismo movimiento, esta vez, estaré preparado.
Escritor y Editor: BryanSsc