Las Locuras de Excalibur

El Origen de un Imperio

  Descubrí la debilidad de mi oponente.

No es fuerte, a pesar de estar usando una armadura de cuerpo completo, su fuerza física es casi despreciable ¿o yo soy muy fuerte?
Su magia parece ineficaz si no se prepara, no le daré la oportunidad.
Fingí aflojar mi empuje y le di la apertura que deseaba, me empujó con fuerza y bajó su espada contra mí, logré ver como la magia de luz envolvía su espada y esta explotó en cuanto la espada bajó hasta el límite del ataque.
Sin embargo, esperaba eso, sabía que activaría su magia, eso le costó valiosos segundos que yo tomé para apuñalar por debajo del peto, para evitar su ataque, me había lanzado sobre ella y ambos caímos al suelo… ella murió de inmediato.

Derroté a la mujer. Me puse de pie.

-Si fueras hombre, te habría quitado la armadura… pero me conformaré con esa espada -Mirando su cadáver, le arrebaté la espada y su vaina.

Ese día, obtuve dos espadas, una de simple hierro y una espada mágica bendecida con el poder de la luz, no lo supe hasta mucho tiempo después, pero esa mujer era un monstruo jefe que protegía la puerta que había al otro lado del salón.
Aquel día, obtuve mi primer victoria real.

 

Pasé días explorando ese enorme castillo, mi cuerpo llegó al punto donde necesitaba comer, o moriría en el siguiente paso.
Así que comí, comí lo que me ofrecía el castillo… monstruos, traté de comer lo que parecía comestible.

Me vestí con armaduras de cuero y piel que vestían algunos ogros y onis que había en el castillo, encontré diversos artefactos mágicos que empecé a usar en mis combates, lentamente mi equipamiento fue mejorando hasta terminar viéndome como un caballero negro.

 

En mis últimos días dentro de ese castillo, luché con tres dragones al mismo tiempo. El escenario era el enorme jardín central del castillo.

Los tres monstruos me veían con frialdad. Avancé con mi espada de hierro en mi mano derecha y un escudo de torre en mi mano izquierda, se lo había arrancado a un oni de sus incinerados dedos después de bañarlo en aceite y prenderle fuego con un anillo mágico, era mi único escudo, pero en este momento no creo que me vaya a servir de mucho.

Los monstruos inclinaron sus cabezas hacia atrás, tuve un muy mal presentimiento… y se cumplió, cuando bajaron, abrieron sus bocas y tres torbellinos de fuego salieron disparados directo hacía mí.
Es tiempo de usar un objeto consumible.

Rápidamente tomé una barita de mi cinturón y la rompí, unos segundos antes de que el fuego barriera con la mitad del jardín, obviamente la mitad donde yo estaba parado como idiota.

La barita me teletransportó a un lugar seguro, a unos cien metros de donde estaba antes, dejándome en un costado del jardín, lejos del cono de fuego.

No desperdicié tiempo, de inmediato corrí hacia los dragones.

Sí, son más grandes que yo, probablemente más fuertes y probablemente mi espada no les haga ni un rasguño, probablemente mi escudo no sirva para bloquear sus garras o sus colmillos, pero ahí iba yo, corriendo sin detenerme, directo al enemigo, mi corazón latía con fuerza, a diferencia de mi duelo con la mujer caballero, esta vez no tenía miedo… estaba excitado con la adrenalina corriendo por todo mi sistema.

Con un gran grito levanté mi espada y salté justo a tiempo para esquivar la cola de uno de los dragones, sin embargo, otro Dragón envió su enorme garra contra mí, yo estaba en el aire y no pude evitar el golpe.

Me clavaron en el suelo, como un meteoro terminé escupiendo sangre.

De reojo vi cómo el tercer Dragón levantaba su garra para aplastarme.

Es hora de usar otro objeto.

Esta vez es una campana, la hice sonar y el golpe del Dragón explotó a cinco metros de donde estaba yo, sí, falló.
La campana de oro era un objeto de tesoro, podía crear una ilusión doble para hacer que un oponente falle el golpe.
Lamentablemente, aquí hay tres oponentes, solo engañé a uno, pero me dio tiempo suficiente para levantarme y esquivar el golpe de otro Dragón.

Debido a su tamaño, pude meterme entre sus patas y colas y esconderme detrás de ellos.

No duraría mucho, pero es mejor que nada.

Derramé un líquido amarillo sobre mi espada de hierro y esta de inmediato se envolvió en relámpagos, luego de eso, escalé por la cola del Dragón más grande y me subí a su espalda.

Otro Dragón me vio, rugió y lanzó un golpe de cola contra mí, pero… salté sobre el siguiente Dragón y el Dragón más grande recibió el impacto de la cola, el golpe fue tan fuerte que terminó en el suelo rugiendo de ira. Cuando se puse de pie, golpeó con su garra el hocico de su atacante.

El caos ocasionado me dio tiempo para escalar hasta la cabeza del Dragón que no sabía que hacer mientras veía a sus posibles hermanos luchar.
Una vez sobre sus ojos, clavé mi espada en medio de su cabeza, la magia eléctrica le permitió entrar entre las escamas.

-¡[Liberar]! -Con mi comando, la magia contenida en la espada explotó dentro del cráneo del Dragón matándolo de inmediato.

El enorme cuerpo se desplomó mientras que yo había salido volando dibujando un ridículo arco en el aire.
Para aguantar el impacto, puse mi escudo frente a mí.

Viendo a su hermano muerto, los otros dos dragones rugieron en agonía, giraron sus enormes cuerpos hacia mí.

Cuando me levanté, vi cómo el Dragón pequeño que había golpeado a su hermano más grande, se elevaba en el aire usando sus alas, las ráfagas de viento eran tan violentas que incluso me hicieron tambalearme, ¡y yo estaba a más de cien metros!

Busqué mi espada de hierro, pero en mi mano solo estaba un pedazo de su empuñadura, me despedí en el fondo de mi corazón mientras desenvainaba mi espada de luz, la espada que le arrebaté a la mujer caballero hace muchos días, me deshice del arruinado escudo y preparé mi postura.

Escritor y Editor: BryanSsc

(Shiku: Como es de costumbre, dejarlo en un punto interesante, esperen más, es culpa de Celty, ella me ordenó hacer esto, no me culpen~)

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