Cap. 27. La caída Parte 3
Luego varias horas, la comida en sus platos ya se había enfriado, ambos hombres se miraban con una sonrisa en sus ojos.
- Sobrina, por favor lee lo que tenemos hasta ahora, considero que estamos casi por concluir.
A su orden, la joven toco ligeramente su precioso cuello y hizo una ligera reverencia antes de comenzar a relatar.
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El tratado le garantizaba al reino de Meredia que aun si perdieran, la confederación no permitiría que fueran conquistados, además de la promesa de retrasar el conflicto todo lo posible mientras una delegación de instructores confederados creaba regimientos de milicias entrenadas a partir de las levas, una parte de todo el gasto militar del reino seria solventado por la confederación y la llanura que estaba entre el puente que lleva al territorio confederado y la ciudad de Tris del Reino, sería una zona neutral y desmilitarizada. A cambio la Confederación tomaría la iniciativa en las demandas de Posguerra.
Mientras que los beneficios inmediatos se los llevaba el Reino, a largo plazo el gran ganador seria la Confederación.
Ambos mandatarios habían acordado, sin que se registrara en el documento oficial, que las 3 ciudades aledañas al próximamente territorio neutral serian propiedad de la Confederación. Estas tres ciudades, Peshchera, Pyatyy y Prostoy, eran una ciudad minera, una ciudad con un gran puerto y una ciudad productora de grano respectivamente.
- Esta bien, rey Leonido, el trato es justo así que le otorgare el favor que me pida, adelante hable con libertad.
Al momento siguiente el rey Leonido junto sus dos manos en un fuerte apretón, como si estuviera rezando, y pronuncio las siguientes palabras.
- Quiero que me indique como lograr el máximo apoyo militar de la confederación, el tratado que hicimos es que ustedes retrasarían la guerra y que nos ayudarían con los fondos de guerra, a cambio de esas tres ciudades, pero con la proyección actual de fuerzas, no creo que podamos ganar, incluso con todo el apoyo que pude reunir usando mi influencia solo llegamos a la mitad de tropas que está enviando el Sacro Imperio y la peor parte es que la gran mayoría de ellos son levas, mientras que los enemigos son soldados entrenados.
Un silencio sepulcral se interpuso entre ambos, un gélido viento parecido intentar llenar la sala. Mientras que la joven continuaba a su lado sin pronunciar palabra, ambos hombres continuaron viéndose profundamente, intentando no perderse ningún movimiento del otro.
Hero, bajo la atenta mirada de Leonido, se levanto de su asiento, solo para caminar solemnemente a uno de los armarios que se encontraban en la amplia sala en la que se encontraban ambos mandatarios. Abrió una de las puertas del armario solo para revelar una serie de estante con numerosos documentos, algunos ya amarillentos, que procedió a revisar lenta y reflexivamente. Luego de unos minutos retorno a su antiguo lugar, no sin antes cerrar el armario y parecido estar en extremo frustrado. Hero coloco su mano en su mentón y parecido reflexionar durante unos segundos, cada uno de los cuales era una eternidad para Leonido, quien no se perdía ni uno solo de los movimientos faciales de Hero. Solo luego un eterno minutos Hero sonrió y llevo su mano a su pecho y saco, de uno de los compartimentos de su armadura, un pergamino de aspecto viejo, lo abrió y luego de verificar su contenido lo enrollo nuevamente y se dirigió al rey Leonido aun con el pergamino en su mano.
- ¿Al norte de Meredia están los reinos de los hombres bestia no es así?
Leonido asintió ante la pregunta.
- Efectivamente, decía mientras sacaba un mapa de su inventario y lo desenrollaba, el norte de Meredia limita con 3 reinos de los hombres bestia, el Reino Gowmlerd, el Reino Hiroa y el Reino Zanzaiber.
Hero coloco el pergamino en la mesa, al momento saco de su armadura una serie de objetos, un pequeño cuerno que parecía de elefante con inscripciones en plata, un hacha con una serie de dibujos que parecían brillar y un par de monedas incrustadas en un metal negro.
- Estos diferentes objetos le ayudaran a obtener la ayuda del Reino Hiroa, si no me equivoco su rey actualmente es el Velkan “Brazos de hueso” Razvan. En la frontera el mensajero que envié, sugiero que sea uno de sus hijos con algunos guardias, debe mostrar el “hacha del mensajero”, esta es un objeto muy importante en su cultura, aquellos que la posean son personas dignas de confianza y no serán atacados.
Decía mientras señalaba los objetos de los que hablaba respectivamente.
- Aun así, no será suficiente para poder tener una audiencia con el rey, durante el camino deberá llevar siempre visible el cuerno de elefante, este uno de los 4 cuernos del Gran Rey de las bestias, Yodan Tsu-tokage, antes de ascender como Señor de los Dragones. Este le garantizara que nadie se interpondrá en su camino hasta la capital y la sala de recepción, sin embargo, en caso de que aun así no quieran dejarle una audiencia con su rey por cualquier motivo, lo único que tiene que hacer es mostrar una de estas 2 monedas.
El rey hizo un gesto y acepto gustosamente los 3 objetos, dejando una de las monedas en la mesa, pensando que tal vez Hero, se equivoco al poner dos de esos valiosos ítems y aprovechando la situación, formulándola como si hablara al pasar, dijo.
- ¿Que esta moneda, y por qué nunca he visto este patrón de emblema antes?
El emblema eran un par de espada y hacha cruzadas que parecían resguardar un gran cáliz con un cráneo cornudo en él. Era elegante y al mismo tiempo grotesco, por su brillo y estado se podía pensar que era un ítem creado recientemente, pero Hero le confirmo al rey que este es un ítem de mas 500 años de historia y que por el momento no podía revelarle más, pero que demostrando esto a la persona indicada, podía recibir 1 favor, no importaba que escala. También aclaro con un tono grave que parecía penetrar el acero que una vez usada debía entregarse a la persona que le hizo ese favor, de lo contrario la calamidad era lo único que aguardaba.
Poco tiempo después de terminada la reunión, el hijo mayor del rey partió junto a Kirye y un grupo de guardias a Til-Zon, la gran ciudad puerto cercana a las costas de Meredia. Embarcarían un navío de paletas dobles, Clase Wyvern, y se dirigirían a la ciudad costera mas cercana a la capital de Hiroa, el reino de los hombres elefantes.