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Regresábamos de la ceremonia, volando juntos por una noche fresca y llena de estrellas que refulgían con un blanco brillo. La brisa soplaba alrededor nuestro mientras los motores de la armadura de Aris ronroneaban con un calmado y narcótico sonido. Parece que a ella le terminó gustando más usar los motores que sus propias alas, dejándolas únicamente como las alas de un avión, rígidas y sólo para hacer cambios de dirección. Algo verdaderamente curioso tomando en cuenta que apenas comenzaba a conocerlas.

“Carius, ¿estás bien? No he sentido movimiento tuyo desde hace un tiempo.”

“Oh, no te preocupes, Aris, es que volar contigo es increíblemente tranquilo y reconfortante.”

“Suena a que tienes experiencia volando, la mayoría se ponen muy nerviosos cuando viajan por las alturas, y también lo digo porque ese avión tuyo era bueno para volar.”

“Así es, estoy muy acostumbrado a volar a mayores alturas, donde apenas hay aire respirable para un ser vivo, así que esto es nada.”

“Suena increíble eso, ¿crees que puedas llevarme un día a ese mismo lugar?”

“Claro, puedo arreglar tu armadura para que esta tenga más funciones, ya he estado pensando en funciones nuevas, como acuáticas y para salidas de la atmósfera, sería interesante ver cómo los dragones se pueden enfrentar a un ambiente sin nada de aire.”

“Espera… ¿sin nada de aire? ¿Es posible eso?”

“Por supuesto, de donde vengo habíamos llegado tan lejos como alcanzar algunas de las estrellas del cielo.”

“No lo puedo creer… pero viniendo de ti debe ser cierto, esta armadura es prueba de que conoces cosas que yo ni siquiera puedo imaginar, jamás esperé poder volar tan fácilmente por los aires, apenas necesito moverme, pero a la vez siento esa libertad de volar con mis propias alas, es simplemente fantástico.”

“Me alegro que lo disfrutes. Tu armadura tiene varias tecnologías que apenas creé cuando te conocí, de hecho, ese lanzallamas no sabía si explotaría incinerándote sólo a ti o también a toda la isla, me alegra que no pasara nada.”

“… ¿Hablas en serio? ¿Es decir que pude haber muerto en cualquier momento?”

Sólo me reí, era lindo verla preocuparse, aunque creo que me pasé un poco porque pude sentir un sentimiento de estremecimiento proviniendo de ella.

“Aris, hay algo que me lleva molestando desde hace un tiempo, he estado sintiendo emociones provenientes de ti, como si yo fuera tú, ¿sabes qué puede ser?”

“Si, lo sé y me alegra que también lo sientas y no sea sólo algo mío, ese sentimiento es por un vínculo, ese es un vínculo que compartimos todos los dragones con nuestro compañero, y este vínculo existe incluso cuando aún no nos conocemos, es como si el destino nos atara desde nuestro nacimiento con una persona.”

“Ya veo, conocía una leyenda similar, el hilo rojo del destino, pero no puedes sentir así de vívidas las cosas, pero me alegra también, significa que verdaderamente somos el uno para el otro, ¿no?”

“Sí, así es.”

Vaya, en mi vida creí poder llegar a tener una pareja, y ahora que la tenía parece que es mi verdadera y única pareja, eso me hace sentir bien, pero aún tengo mis dudas, será mejor no pensar demasiado en ello.

“Dime, Carius, ¿cómo es el reino de Amir?”

“Amir… bueno, la verdad es que ahora mismo es extremadamente pacífico, hasta hace tres años que yo llegué no tenían ni si quiera comida suficiente, por suerte la gente que estaba al mando de las distintas instancias del gobierno era muy hábiles, resulta que a los anteriores reyes sólo les importaban su vida e ignoraban a su pueblo, por eso estaban tan mal, pero con una política de la gente primero y ventas de todas las cosas de esa familia real mejoró todo. Eso junto a mi habilidad de crear y mucho conocimiento de una unidad de almacenamiento, pude hacer que el país lograra producir tal cantidad de alimentos que actualmente alimentamos 3 reinos más, nuestra infraestructura es enorme, tenemos caminos para carretas, rieles para nuestros trenes, aeropuertos para nuestros aviones y grandes puertos para nuestros barcos. Además, hemos tenido que aumentar nuestra fuerza militar, cosa que fue simple, ya que soy aficionado a las armas, pasamos de tener un par de reinos buscando atacarnos a tenerlos bajo control, así que ya no hay mucho de qué preocuparse.”

“Es interesante… así que yo no podré tener triunfos en el ejército, ¿eso está bien?”

“Yo espero que jamás tengas que ir a una guerra, mi plan es eliminar cualquier hostilidad con diplomacia, no quiero derramar sangre inútilmente.”

“Entonces… ¿dónde queda un dragón como yo? Nosotros sólo somos seres poderosos en el campo de batalla, todos los que hacen una unión con nosotros es para poder pelear grandes y sangrientas batallas, no para vivir en paz.”

“Jajajajaja, sabes, eso se dice de los humanos, somos seres hechos para la guerra, nuestro cerebro se desarrolló para crear estrategia, nuestros cuerpos se especializaron para luchar con nuestros iguales y nuestros instintos son de matar, no de huir, si ustedes no pueden encontrar otra cosa qué hacer siendo bestias de guerra, ¿qué nos espera a los humanos?”

“Creo… tienes razón, esperaré pacientemente a que pueda ver en lo que soy útil.”

Era cierto, los dragones son seres que pueden arrasar ciudades enteras sin problema alguno, y como casi todos los que lograban una unión con ellos eran poderosos guerreros era obvio cuál sería su utilidad. Yo era la excepción, pese a tener el poder de acabar con países de mano de mi ejército jamás quiero usarlo, sería mejor usarlo para poder prepararnos para lo que sea, y que los soldados se dediquen a cuidar a su gente, ya sea en guerras como en desastres naturales, y también en eliminar a los molestos monstruos que rondaban algunas partes del país.

Seguimos volando por esa bella noche estrellada hasta llegar a nuestro nuevo hogar, la capital del reino de Amir, Kález, el centro neurálgico de la iniciativa científica, donde están alojados los mejores científicos de este país, que trabajan tanto con magia como con ciencia, dando a luz enormes avances.

“Carius, ¿ese es tu reino?”

“Es la capital Kález, Aris, por favor dirígete al castillo, ahí podrás aterrizar en el helipuerto.”

“¿Heli-qué?”

“Busca un símbolo que parezca dos líneas paralelas con una en medio de ellas de forma perpendicular.”

Mientras descendíamos en el helipuerto del castillo se reunían varios guardias del castillo, que se podría decir que son mis conejillos de indias, ya que ellos prueban las nuevas armas y armaduras, la ventaja de eso es que si un enemigo que, por algún motivo, pudiera haber pasado por encima de los soldados del ejército, no podrá si quiera hacerles frente a los guardias.

En este momento portan una nueva armadura, mezcla de ciencia y magia, donde escudos mágicos adaptables surgen de miles de reflectores a lo largo de su estructura, permitiendo detener lo que sea que les disparen, escudos de luz coherente reflejan cualquier impacto físico, y por sí mismas las armaduras son casi indestructibles, ya que tienen una mezcla compuesta de mitril y titanio como coraza y barras de carbono compuesto para la estructura, todo junto a un sistema de aumento de fuerza y soporte vital les permiten luchar donde sea necesario y obtener una victoria.

“Mi señor, mi señora, bienvenidos de vuelta.”

“Gracias, Vaes, te presento a Aris, mi esposa. Aris, este es Vaes, él es el encargado de la seguridad del castillo y uno de mis guardias personales.”

“Mucho gusto, Vaes, soy Aris.”

“El gusto es mío, mi señora.”

“Aris, tengo una petición, ¿podrías tratar de controlar la armadura de Vaes?”

“Claro, espero no le moleste, señor Vaes.”

Y con eso dicho comenzó a mover la armadura de Vaes, una armadura especial diseñada para repeler cualquier magia conocida, así que, además de que la magia de Aris es algo muy diferente a lo que conocemos, también es posible que los soldados sean afectados.

“Señora… es un poco incómodo que mi cuerpo se mueva sin que lo pida, ¿podría parar?”

“Es suficiente, Aris, ya tengo los datos que necesito, gracias, disculpa Vaes.”

“Está bien, Carius, y lo siento, Vaes.”

“No hay por qué disculparse, mis señores, es un gusto poder ayudarles.”

“Bueno, Aris, entremos. Vaes, ¿podrías vernos en una hora en la sala de conferencias? Necesito hablar de varias cosas con todos.”

“Como desee, mi señor.”

Llevé a Aris por el castillo, no es muy grande, pero es posible perderse si no se tiene una noción de a dónde ir. Llegando a la sala principal nos encontramos con Miri, la sacerdotisa y Marie, la sirvienta jefa.

“Car, viniste al fin, y esta debe ser tu esposa, ¿cierto?”

“Miri, deberías ser más respetuosa con su majestad, él es el regente de este país, ¿recuerdas?”

“Como sea, no es como que con él deba ser formal o algo así, después de todo es mi queridito, ¿no?”

Y para variar, Miri estaba de empalagosa sólo para molestar a Marie y ahora a Aris.

“Miri, por el amor de Dios, ¿puedes quitárteme de encima? Estoy demasiado cansado como para tu rutina diaria de molestarme, además, ahora estoy casado.”

“Auh, no seas así, Car, solo quiero pasar tiempo contigo.”

“Miri, ¿sabes que si no fueras una gran sacerdotisa y mi maestra de magia te habría arrojado a un pozo y luego lo sellaría?”

Eso lo dije con cansancio, pero mi cara lo hizo ver como si fuera en serio y enojo, así que Miri se fue un poco pálida.

“Ehm, Cai, por favor, no seas así con ella, no se ve que sea mala persona.”

“No lo es, Aris, pero aun así es demasiado molesto tener que soportarla todos los días desde que estoy aquí, si pareció que estaba enojado lo siento, sólo es que estoy algo agotado.”

“Podría sugerir enviar a Miri a reeducación en una mina o en algún punto lejano del castillo.”

“Bueno, ya es un avance que no pidas que la liquide o la use como sustituto de las ratas de laboratorio, Marie.”

“No es como que no quiera, no puedo ser tan cruel frente a su alteza Aris. Miri, saluda apropiadamente”

“Agh, como sea, Marie. Buenas noches su alteza Aris, es un placer que pueda estar con nosotros de ahora en adelante.”

“Muchas gracias a las dos, espero podamos llevarnos bien entre todos.”

“Marie, por favor diles a todos que nos veamos en el salón de conferencias en 45 minutos, hay varios temas muy importantes que debo tratar ya.”

“Su majestad Carius, me alegro que regresara, hay mucho trabajo qué hacer.”

“Y ahí está Cirius… Cirius ella es Aris, mi esposa.”

“Mucho gusto, su majestad, espero por fin podamos tener un heredero lo más pronto posible, además de que por fin podrán parar las solicitudes de matrimonio.”

“¿Eres popular entre las mujeres, Carius?”

“Sólo entre las interesadas y molestas, espero las despachen con una amenaza de muerte, Cirius.”

“No podemos, hay que ser educados.”

“Bueno, como sea, en 45 minutos ve a la sala de conferencias, hay muchos temas qué tratar, sobre todo un nuevo tipo de guerra, así que por favor te espero ahí.”

“Prepararé todo para una reunión de alta seguridad. Con su permiso.”

“Gracias, Cirius, bueno, Ari, es hora de que vayamos, pero antes si quieres vamos por algo de comer, al menos yo tengo algo de hambre.”

“Está bien, Cai, te sigo.”

Y bien, así comienzan los dolores de cabeza, estoy seguro que me darán más de un par de golpes dentro de unos minutos…