A- A+ Ahora puede cambiar de capítulo pulsando dos veces las teclas de navegación izquierda y derecha, espero lo disfruten.

Si mi suposición es correcta, donde vivimos no puede ser tan simple, sobre todo los cristales de purita, estamos seguros de que dentro de ellos hay magia pura, es más ellos mismos son magia pura cristalizadas, esto no es algo que sucedería porque sí.

 

Aquí abajo tiene que haber algún misterio y tengo intención de averiguarlo.

 

En ese momento Baltasar se paró a mi lado, esperando a que despertase de mis pensamientos y reflexiones. Con un asentimiento el nado delante mía y se arrodillo.

 

– Mi señor me gustaría pedirle una cosa, pero es algo costoso – Una pregunta extraña a mi parecer, no tenemos nada como dinero, así que no tenemos un presupuesto que gastar, cazamos o recolectamos nuestra comida diaria, la cual en una semana nos ha dado 2 puntos de experiencia, algo triste, tampoco tenemos bienes de valor, así que… ¿cuál sería ese alto costo?

 

– Dime Baltasar, que es lo que es lo que necesitas – Podía ver que estaba muy nervioso e incluso pálido, pero al escuchar su contestación lo entendí todo y peor para él, Lilith estaba como siempre detrás mía.

 

Con un movimiento rápido, el brazo izquierdo de Baltasar acabo apuntando donde antes no podrías imaginar que apuntaría y su cabeza fue estampada contra la pared de roca.

 

Con el gruñido de dolor de Baltasar y el golpe contra la pared rocosa, Demora, como los demás dentro de la caverna, excluyendo a Saun, que aún estaba vigilando la aldea de hombres tortuga, salieron.

 

Lilith no se contuvo en absoluto y dándole un segundo golpe en la cabeza contra la pared les contó a todos lo que me había pedido.

 

Su precio costoso fue pedirme que apostase mi vida.

 

Al escucharlo, todo el mundo entro en ira, como podían apostar la vida de a quien servían, no entendían como Baltasar podía ser tan estúpido, tan necio, como para pedir eso.

 

Pero lo que les sorprendió más fue mi contestación.

 

– Que así sea Baltasar, que necesitas – Rápidos como el viento intentaron que cambiase de opinión, pero ellos no habían visto lo que yo.

 

[ Aviso del sistema, acaba de encontrar una oportunidad única para obtener el abismo]

 

[Haga su elección]

 

  1. A) Aceptar la solicitud B) Renegar la solicitud

 

Somos débiles, demasiado débiles, tanto que no podemos hablar siquiera con un pueblo pescador, que pasaría si un jugador centrado en la guerra apareciese, nos quitaría nuestro pequeño hogar y todos morirían, por suerte aún no he colocado la piedra de vida y tenemos la opción de ser nómadas, pero no tengo ganas de volverme uno.

 

Era obvio que aceptaría el riesgo.

 

Con mi aceptación, Baltasar extendió su brazo derecho y abrió su mano fuertemente apretada, en ella se podía ver un cristal azul oscuro, este parecía pulido y era tan pequeño como un dedo pulgar.

 

Gal, se sorprendió al verlo, él lo había reconocido

 

Entonces él dijo lo que tenía que hacer.

 

– Este cristal estaba oculto debajo de un grupo de cristales, Gal me lo entrego por su rara apariencia, en contraste con los cristales lilas. Cuando lo vi supe que era especial, así que me centré en estudiarlo, dejando a los demás cristales para el futuro, gracias a mi individualidad pude comprender dos cosas.

 

El mana que contiene es más suave que los cristales lilas y más concentrado, además de cómo utilizarlo.

 

Él sonrió, con su pérfida expresión.

 

– Hay que tragárselo –

 

Ahora pude comprender por qué el alto precio, ya ha habido casos en LAZ, de jugadores muriendo o teniendo efectos negativos tras comer lo que no debía y claro es algo obvio, que uno no tiene que comer cualquier cosa con mana concentrado, a no ser que seas un monstruo y menos algo que tiene más mana concentrado que los cristales de purita, que son literalmente mana tan concentrado como para cristalizarse.

 

Pero ya había aceptado y no tenía intención de echarme para atrás, si pudiese obtener el abismo, por lo menos seriamos capaces de defendernos.

 

O de no temer a cualquiera.

Sin que nadie tuviese más tiempo para objetar me lo trague y con ello un dolor terrible inundo mi cerebro y mis ojos.

 

[As consumido una semilla de vena dragón, as obtenido sensibilidad mágica (divina) por 3 días]

 

[Has obtenido 4 puntos de sabiduría]

 

[Has sido el primer jugador/reencarnado que ha usado un objeto divino, obtienes una elección de clase divina una vez terminada la misión: Llegada al abismo]

 

Pude ver como los conocimientos se transmitían a mi cabeza, todas esas ideas e inspiraciones.

 

Pero cuando abrí los ojos lo entendí, ahora si podía ver.

 

Las luces emitidas por los cristales y no solo eso, nuestra cueva parecía una raíz y miles de ellas estaban en este enorme agujero, todas corriendo hacia abajo, ahora podía ver la totalidad de la inmensa cueva submarina, esas raíces eran del mismo color que los cristales, era simplemente hermoso, tan y tan hermoso, pero la belleza se volvió efímera.

 

Cuando seguí con la vista estas raíces acabe por mirar hacia abajo y eso me aterro.

 

No mucho más hondo de nuestra posición había cientos de miles de colmillos apuntándonos y con ellos decenas de ojos mirándonos, con un hambre voraz, eran bestias, todas ellas mínimo clase demonio, casi me desmayo del susto.

 

Para nuestra suerte había evitado que Lint y Caronte exploraran el fondo oscuro.

 

Ahora gracias a la sensibilidad divina podía verlos.

 

Pero también vi algo extraño, todas las raíces acababan en un punto y todas las bestias habían dejado un agujero libre, donde no se acercaban, parecía que temían ese lugar.

 

En ese momento una epifanía me golpeo, era la puerta al abismo.

 

Sin prisas me aleje de mis camaradas dándoles una orden.

 

– No me sigáis, ¡bajo ningún concepto! – Sin detenerme en mirarlos ni contestar sus preguntas y objeciones, comencé a nadar en línea recta, hasta estar directamente encima de la puerta.

Tenía miedo, mucho, mucho miedo, podría decir que esta sería la experiencia más aterradora que viviría o espero que así sea.

Con el corazón en el cuello comencé a correr hacia abajo, era arriesgado, pero tampoco soy tan estúpido como para bajar lentamente, además el miedo no me dejaba bajar de la quinta marcha.

 

Cuando las bestias vieron lo que hacía se me lanzaron todas, mi corazón dejo de latir, pero no podía frenar, no quería frenar.

 

Y cuando su aliento ya me estaba bañando, millones de cadenas negras salieron de la piel de todas las bestias, atándolas al suelo, sus colmillos estaban a solo unos centímetros de mí, incluso pude apreciar que ninguno de ellos tenía lengua, algo que agradecí.

 

Mas que una misión imposible, parecía una prueba de valor, si me hubiese asustado y movido ligeramente hacia cualquier costado ahora mismo estaría muerto, además como dato extra, un objeto divino es casi imposible de obtener, cualquiera que viniese aquí sin él lo harían a ciegas, en otras palabras, estarían muertos si no tienen la capacidad de luchar contra docenas de bestias de clase demonio.

 

Algo más calmado, concentro mi atención al punto brillante, al final de la cueva.

Ahora que estaba más cerca pude notar que la cueva tenía forma de embudo, siendo lo que diría que es la puerta el punto más bajo.

 

Al poco ya estaba a unas docenas de metros y en ese entonces lo pude notar, el aura de terror que sentimos cuando me dieron a Demora, era el aura del abismo.

 

Ya casi había llegado.

 

Casi, pero desde la puerta, una cadena salió disparada.

 

Podía notar el frío en mi pecho, la cadena me había atravesado el corazón.