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Capítulo 23: El día en el que se decidió su Caída parte 2

 

Yo nunca había sentido miedo, desde el día mismo que en que abrí mis ojos no recuerdo nunca haber sentido miedo, sufrí, compadecí, ame y odie, pero nunca temí…

Como segundo hijo de la excelentísima casa Nelriant, una de las casas Fundadoras del Sacro Imperio Jovnor, había tenido todo cuanto podía desear.

A veces no hacía falta ni siquiera pedirlo, ya que mis criados habían adquirido la habilidad de sentir mis deseos.

Mas aun, como descendiente directo de la rama principal de la Casa Nelriant, mi apellido Delri, me valió para adquirir todo tipo objetos que consumía como un maniaco y me volvieron uno de los 12 Caballeros de la Luz, los defensores del Templo de Relseus. Solo a los más fuertes de todos los rincones del Imperio se les permitía estar de guardias en este templo, mientras que estos 12 eran escogidos y cultivados desde su niñez para servir a este propósito.

Hace solo unos momentos estaba alegremente charlando con Meridia Murni, de la Casa Mots, una joven dama en la misma situación que yo…

Si…

Fue hace solo unos segundos, antes de que una sombra apareciera detrás de ella y repentinamente le aplastara la cabeza.

¿Eso no era ninguna broma sabes? Ella había adquirido la Clase Gran Caballero, su nivel era 78 su STR era de más de 400 y HP rondaba los 8000 puntos, una muerte instantánea era prácticamente imposible.

Alcance a gritar con fuerza…

“Ataque enemigo!!!!”

Mientras levantaba mi escudo y esperaba refuerzos, esto no es ninguna broma, un rival capaz de aniquilar a la tercera más fuerte es alguien a…

Quien…

No…

….

..

.

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Una sala de blanco puro con varias docenas de ancianos de barba y cabello blanco estaba en ronda viendo una proyección proveniente del cadáver destrozado de uno de los doce caballeros de la luz, el anteriormente ubicado en el cuarto puesto.

La mayoría de los ancianos hablaba en voz baja, con una pisca de temor persistente en sus tonos… el anciano mayor había leído una transcripción de los pensamientos y sentimientos de dicho caballero mientras que ellos habían visto toda la secuencia desde la perspectiva del caballero.

Esta era la quinta vez que lo hicieron… ya que de los 12 restos de caballeros solo 6 estaban en un estado suficientemente bueno como para escarbar en sus memorias a través de sus almas, el resto era ahora una especie de amalgama de cuerpos y piezas de equipos que calificaba como el retorcido sueño de un psicópata más que la idea de restos humanos.

Incluso aunque el caballero que estaban examinando en este momento se consideraba en buen estado, su cabeza estaba mirando al lado opuesto al natural mientras que uno de sus brazos estaba incrustado, con espada y todo, en el corazón del número uno, el único al que no habían examinado aun por respeto a su familia.

 

“Venerable anciano!!”

Se oyó un grito en la distancia y las grandes puertas doble se abrieron con un gran estruendo.

En ese momento un par de ancianos recurvados, con ojos cansados y casi sin cabello entraron, justo detrás de ellos un hombre de mediana edad alto y delgado con cabello castaño y numerosas canas, un hombre joven en armadura ligera, que sacando ese punto era la copia exacta del guardia muerto.

“Que ha pasado aquí?, porque mi nieto esta en este estado, quien era el encargado de seguridad, ¿por qué no han buscado al culpable?”

El anciano con más cabello interrogo al Venerable anciano, el encargado de la investigación del hecho, con voz temblorosa y a punto de quebrarse. El resto por otra parte tenía una amarga mirada, como si les hubiesen hecho tragar un fuerte acido.

El Venerable anciano actuaba como si estuviera frente a un temible demonio y no frente a un débil octogenario. Con manos temblorosas les ofreció asiento en una habitación contigua a la gran sala donde se revisaban los cuerpos.

La pequeña sala, siguiendo las costumbres de su nación, era de color predominante celeste, con una decoración ligeramente ostentosa, con decoraciones en oro y marfil, de temática animal, una reciente moda en la capital junto con finas alfombras de piel de mamut de la escarcha y unos hermosos sillones en circular alrededor de una pequeña mesa de te, completamente hecha de madera con una la particularidad de que la superficie superior era de mármol.

Cuando todos entraron, el Venerable Anciano tardo 2 segundos, en hacer un gesto a los aprendices más cercanos.

Mientras el Venerable Anciano se sentaba, hizo un rápido reconocimiento de quienes estaban allí.

El anciano hablador, era el décimo tío del actual emperador santo, estaba notablemente agitado, comprensible puesto que era su nieto directo a quien habían asesinado.

El anciano junto a él era el quinto tío del actual emperador santo, calmado y taciturno como siempre, pero esta vez sentía un aura peligrosa de su cuerpo.

El hombre de mediana edad estaba notablemente más tranquilo que los ancianos, como si nada de esto fuera su asunto. Por otro lado, era quien más le asustaba, alguien que es capaz de mantener tal calma frente al cadáver de su propio hijo no era alguien normal.

El último, el joven en armadura ligera reglamentaria del ejercito santo, el hermano gemelo del guardia de la luz asesinado, al contrario que su hermano, su cuerpo era relativamente débil y su reserva de mana limitada, por tanto, no se lo fomento en la misma medida que su hermano más débil.

No estaba preocupado del joven puesto que le conocía bien, fue su profesor de artes mágicas sagradas en la Academia Real hace solo 3 años.

Tranquilamente se sentó y acepto la catarata de preguntas que hizo el viejo hablador, contestando cortésmente y lo más conciso posible.

Cuando los hombres en ese cuarto se sintieron satisfechos de preguntar, el Venerable Anciano les invito a ver la proyección del alma de su pariente y estos aceptaron con una mezcla de rabia y deseo.

Ya habían retornado al gran salón cuando vieron a unas jóvenes novicias tomar delicadamente el cuerpo de su pariente y colocarlo en la mesa central, donde sería el nuevo examinado.