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Desde el inicio del universo han existidos dos fuerzas primordiales, dos entidades más antiguas e igual de eternas a los dioses que moldearon el mundo. La Luz, que iluminaba el universo y lo proveía de vida, y la Oscuridad, aquella que cubría todo y desolaba lo que tocara. Ambos eran polos opuestos, pero dos caras de la misma moneda, necesitándose el uno al otro y odiándose mutuamente, siempre teniendo enfrentamientos a través de los eones; a veces la luz atacaba, otras veces era la oscuridad, la balanza de la victoria nunca se inclinaba a favor de uno o de otro, aunque incluso hubo ocasiones en las que juntaron sus fuerzas por un objetivo en común.

Debido a la naturaleza de estos dos seres, el mundo siempre se veía afectado indirectamente de alguna manera por sus batallas, pero en esta ocasión, sus habitantes se verán involucrados por este nuevo e inesperado conflicto.

  • En verdad… pensar que termino así…

Bajo el cielo nocturno, la ciudad de Tokio brillaba como siempre, llena de bullicio y vitalidad. Las personas caminaban de un lado a otro por la acera, los autos iban y venían por sus calles, y la orquesta urbana de todos los días compuesta por sus habitantes se podía escuchar.

En uno de sus muchos edificios, sobre la azotea de uno de estos, la brisa soplaba y se apreciaba una bella vista de la jungla de concreto iluminada por sus luces, en esa azotea disfrutando del viento y del paisaje a su alrededor, una silueta se alcanzaba a vislumbrar en el borde de la azotea con sus manos sobre el barandal.

  • Bueno, supongo que yo también soy culpable de mis propias acciones, y debo asumir las consecuencias.

Viendo el dorso de su mano, no, la forma que ahora tiene su cuerpo. Aquella que antes era conocida como una de las fuerzas primordiales del universo, ahora no era nada más que un humano como cualquier otro.

  • En verdad… haces cosas realmente estúpidas e innecesarias…

Esta persona, que antes era conocida como la existencia de la Luz misma, miro al vacío, recordando los sucesos de hace 14 años. Hace 14 años, la Oscuridad ataco por sorpresa a la Luz de nuevo, otra pelea sin un claro ganador se libró, pero la Luz no pudo predecir lo que su contraparte había planeado. La Oscuridad, usando todo su poder, le arrebato a la Luz su fuerza, dejándola débil e indefensa. La Oscuridad se proclamaba vencedora después de tantos siglos; pero la Luz, furiosa y en un acto desesperado, usando lo último que quedaba de su poder le arrebató la fuerza a la Oscuridad de la misma forma que él hizo. Las fuerzas de ambas partes se condensaron en 2 esferas, una brillante y resplandeciente como una estrella blanca y otra oscura y negra como el abismo. Ambos seres pelearon con el poder que les quedaba intentando recuperar sus respectivas fuerzas, pero durante la batalla, las esferas empezaron a resonar una con la otra haciendo que ambos seres se detuvieran a observar este imposible suceso. Las dos esferas se vieron atraídas entre sí, y se fusionaron en una sola dando nacimiento a un nuevo e inimaginable poder.

La luz y la oscuridad estaban estupefactos ante tal evento, una fuerza nacida de la unión de sus poderes había nacido. Con el poder de ambos pero mucho más poderoso. Ambos seres pensaron lo mismo, no podían dejar que el otro lo tomara para sí mismo, cada uno intentando evitar que el otro lo alcanzara primero, los dos intentaron tomar el nuevo poder, pero este los rechazo y los empujo lejos habiéndose sentido amenazado, y volando desapareció del alcance de las dos entidades que se encontraban ahora débiles.

  • Y aquí estoy, sin poder, con un cuerpo humano y viviendo como uno, pero el lado bueno es que tengo un buen salario.

Dejando salir una pequeña broma sobre su actual vida, la persona antes conocida como Luz volvió su vista a la bulliciosa ciudad.

  • Pero parece que al fin todos los engranajes del destino han empezado a moverse.

La fuerza de ambos se escondió en algún lugar hace 14 años, y la única pista que tenían los dos seres es que se encontraba al lado de una vida humana. La Oscuridad se escondió entre las sombras del mundo, reuniendo a sus guerreros para que buscaran su poder. Mientras tanto, la Luz hizo lo mismo a su manera, y algunas deidades decidieron ayudarla prestándole parte de su poder, creando así los amuletos que portarían sus guerreras, encomendándole a 3 pequeñas criaturas un amuleto, el protegerlo y buscar a aquella persona que se convertirán en su dueña dando el nacimiento de las jóvenes estrellas que se transformaran en las guerreras que le harán frente a la oscuridad.

Y tal parece, que el momento en que esta batalla empiece está a punto de suceder, y el mundo y sus habitantes serán sacudidos.

 

  • ¿Y tú estás listo para seguir esta historia?

♦ ♦ ♦ ♦

 

La vida de una persona es como una semilla, es plantada y poco a poco nace el pequeño retoño de un árbol, junto a la dueña de esa vida, una pequeña niña que no conoce nada más que el pequeño retoño y la verde planicie alrededor de la colina donde estaba, junto a ella, dos personas iguales a ella pero mucho más grandes. Juntos, cuidaban del pequeño retoño que crecía lentamente y se volvía un delgado tronco de árbol con varias ramas, mientras las otras dos personas más grandes le enseñaban a la pequeña como tenía que cuidar su árbol, que era lo bueno y lo malo, como tenía que hacer las cosas y que no tenía que hacer, para la pequeña estas personas eran lo más importante para ella junto a su pequeño árbol.

La pequeña niña cuidaba de su pequeño árbol con esfuerzo como esas personas le habían enseñado, a veces miraba el bello paisaje que la rodeaba, un hermoso cielo azul, aunque este a veces se cubría de nubes grises, para ella era un lindo cielo, una verde planicie donde podía jugar y alrededor de la planicie donde vivía se había formado un pequeño pero denso bosque. Ella tenía curiosidad sobre lo que había en él, pero siempre que quería ir las dos personas que la cuidaban, sus padres, la detenían siempre y decían que no podía alejarse. La pequeña siempre se quedaba con la curiosidad y la intriga de lo que había ahí, pero ella creía en las palabras de sus padres y volvía a cuidar de su árbol.

Todo a su alrededor era brillante y hermoso, pero con el paso de los años, su árbol crecía y el bosque a su alrededor se volvía cada vez más grande, ¿Por qué será? Se preguntaba la niña. También notaba que a diferencia de ella y sus alrededores, sus padres parecían oscurecidos, se veían grises, cuando estaban con ella siempre sonreían, pero cuando estaban solos no lo hacían, con el paso del tiempo parecían distanciarse cada vez más del otro. Ella intentaba juntarlos jugando con ellos, platicando y haciendo otras actividades, ambos parecían felices con ella, pero cuando se alejaba, volvían a distanciarse y la sombra sobre ellos no parecía desaparecer, y parecía volverse cada vez más oscura.

Un día, la pequeña niña, que ahora debería tener la edad de alguien de primaria, pintaba en una hoja a sus padres junto a ella bajo el árbol que había crecido aún más en este tiempo. Cuando termino, estaba muy emocionada por mostrárselo a sus padres y fue corriendo a donde estaba, así tal vez ellos volverían a llevarse bien, ¡estaba muy emocionada!

  • ¡Ya basta!
  • ¡Estoy harta!

Pero cuando llego a la sala de su casa, ellos se estaban gritando mutuamente y parecían muy enfadados, tanto que la asustaron por un momento.

  • ¡Lo único que haces es traer problemas a esta maldita casa!
  • ¡Tú solo eres un alcohólico de mierda!

Ellos lanzaban palabras que ella no podía entender y no parecían que se detendría. Ella quería calmarlos, intentando mostrarles su dibujo les hablo:

  • No, no se peleen, pelear es malo, miren lo que-
  • ¡No te metas!
  • ¡Lárgate!

Ambos le gritaron como nunca lo habían hecho antes y en sus rostros tenían unas horribles expresiones que la asustaron. Ella no tuvo otra opción que irse ya que sus padres se lo habían dicho. Espero en el pasillo esperando a que se calmaran, decían muchas cosas del otro, cosas que ella no podía entender.

  • ¡Solo eres una maldita sanguijuela!
  • ¡Lárgate a tu estúpido bar!

Después de esas palabras su padre salió de la sala y se dirigía a la entrada de la casa con pasos fuertes y una oscura aura a su alrededor y pareciera que tenía la intención de salir, pero ella todavía no le enseñaba su dibujo

  • Espera, papá, mira lo que-
  • ¡Déjame en paz!

Sin voltearla a ver, levanto su voz contra ella y una vez cambiado sus zapatos, salió de la casa azotando la puerta. La pequeña estaba triste porque no pude alegrar a su padre, así que intento ir a ver a su madre, pero cuando volvió a la sala, ella estaba sentada en una silla del comedor llorando sobre la mesa. La niña no sabía porque lloraba, pensó que si le mostraba el dibujo que hizo de su familia la alegraría, así que se acercó a ella.

  • ¿Mami? ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?
  • Cállate…
  • No estés tristes, mira, hice este dibujo de nosotros
  • ¡Dije que te calles!

Intentando mostrarle el dibujo que hizo, su madre grito con fuerza y agarro el dibujo violentamente y lo tiro al suelo. La pequeña estaba asustada, y triste, su madre la veía con una ira que hizo que retrocediera un poco asustada

  • ¡Estoy viviendo de una manera miserable ahora y tu…!
  • ¿Mami?
  • ¡Si tu…!

Las siguientes palabras que dijo su madre la destrozaron, es como si todos sus recuerdos hasta ahora no se alinearan con las palabras que le dijo

  • ¡Solo lárgate!

Las lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas y sus labios se volvieron temblorosos, estaba llorando, y ni su madre ni su padre querían verla. Corrió con llanto en sus ojos y salió por la puerta de la casa al mundo exterior que no conocía, y su madre que la escucho salir, no se movió ni un centímetro.

El cielo era gris y caía una lluvia sin señales de detenerse, y una pequeña niña caminaba bajo ella mientras las lágrimas bajaban hasta su pequeña barbilla. No sabía dónde estaba o cuanto había caminado, estaba mojada, con frío y sola. Hasta que giró en una esquina donde se encontró a otra niña llorando. Estaba en el suelo sentada en posición fetal bajo la lluvia recargada en la pared. La pequeña se preguntaba quién era y porque estaba ahí sola, igual que ella. No parecía haberla notado o no quería hacerlo, podría pasar de largo, pero no quería dejarla ahí sola.

  • ¿Estás bien?

La niña en el suelo no le respondió.

  • ¿Por qué estás aquí?
  • Todos me odian…
  • ¿Eh?

Le había respondido, pero no entendía lo que decía, no sabía porque dijo tal cosa.

  • Yo no te odio
  • Pero también lo harás
  • ¿Por qué?
  • Mis amigos me odian, así que tú también me odiaras

La lluvia había dejado de caer en alguno momento, y la pequeña se sentó al lado de la niña que seguía sin mostrar su rostro. Ella le contó la razón de porqué estaba ahí sola llorando, cuando la pequeña escuchó su historia también empezó a llorar sorprendiendo a la otra niña. Ella no quería dejarla sola, quería ayudarla, aunque sus padres no la querían cerca, si pudiera ayudar aunque sea un poco a esta niña, ella estaría realmente feliz. Con esos sentimientos se levantó y se paró frente a la niña.

  • ¡Yo creo que eres asombrosa!
  • ¿Eh?
  • ¡Así que…! ¿Te gustaría ser mi amiga?

Y con esas palabras la pequeña le extendió la mano a la niña que ahora había levantado la vista sorprendida, y aunque un poco inseguro, la tomó con la suya, y probablemente dando inicio al destino que les espera juntas en el futuro.

♦ ♦ ♦ ♦

En una hermosa planicie verde donde el bosque que la rodeaba se había vuelto más grande y extenso, había una colina en el medio donde se encontraba un bello árbol de cerezo crecido. Tenía un tronco saludable y en sus ramas crecían y florecían brillantes hojas. Debajo de él había una joven solitaria regando sus raíces alegremente con una regadera. Al terminar puso la regadera a un lado de las raíces, las cuales por alguna razón parecían ligeramente cubiertas por sombras pero para la joven esto era algo normal y las dejo ser. Comprobando que su uniforme escolar estuviera impecable, tomo su mochila que estaba al lado del árbol.

  • ¡Buenos días!
  • Oh, buenos días

Una animada voz salió detrás del árbol y una joven chica de su misma edad y con el mismo uniforme se asomó desde detrás del árbol, aunque sorprendió un poco a la joven dueña, esta se alegró al verla y la saludó de vuelta.

  • ¿Vamos juntas a la escuela?
  • No hay necesidad de preguntarlo ¡Claro!

Y una a lado de la otra, juntas se pusieron en marcha hacia un nuevo día.