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Capítulo 16 – Tercer Legado: Parte 2

 

Kiris, una ciudad portuaria ubicada en la zona sur-este del continente, muy cercana a la frontera entre el Santo Imperio Jovnor y el Reino Mereedico, donde un paisaje en blanco reinaba casi la totalidad de las lunas.

Desde la ascensión del Marques Edvenio Nil Varusi varios años antes, se inició una lenta pero constante militarización en la ciudad y en la actualidad podían contarse 200 soldados profesionales como guarnición de la ciudad y más de 600 guardias públicos.

Esta ciudad de más de 65 mil habitantes era una de las más grandes de todo el Santo Imperio. En ella no solo estaba ubicado el puerto más grande del país, sino que es el hogar de la Santa Academia, donde la nobleza estudiaba los artes, filosofía y combate contra criaturas malignas.

Así que sumando a los estudiantes como potencial de guerra tendrían alrededor de 900 guardias públicos.

La ciudad estaba ajetreada, era el quinto día de la semana, el día del Fuego en el calendario Jovnoriano. Es decir que los cargueros mercantes llegarían desde la capital por la tarde, debían estar preparados para descargarlos lo más rápido posible, recargarlos con la mercancía de la ciudad y hacerlos partir nuevamente. De ese intercambio se creaba una gran parte del ingreso para la ciudad, no solo de los grandes comerciantes, numerosos tenderos aprovechaban este día para hacer jugosas transacciones a incautos viajeros.

Cientos de jóvenes podían ser vistos moviéndose de aquí para allá, cargando cajas o guiando carros jalados por bueyes con grandes arneses, pero lo que más se podía ver, eran hombres y mujeres  semi-humanos.

Todos esclavos claro.

Como distintivo por ser un esclavo se les marcaba como ganado en algún lugar visible de su cuerpo, para que recuerden por toda su existencia que no tienen más que obedecer les colocaban unos gruesos grilletes en las piernas y muñecas.

 

De repente, interrumpiendo la ocupada mañana, comenzó a sonar la gran campana de la ciudad.

Este era un sistema primitivo pero eficiente para informar a la ciudad de eventos importantes. Por ejemplo: 1 campanada gruesa, seguida de 3 campanadas pequeñas, que llegaba un barco de naturaleza no-imperial.

3 campanadas gruesas seguidas de 1 campanada pequeña, Barco carguero imperial.

Y así, naturalmente los nativos de la ciudad, estaban muy familiarizados con ese sistema, pero a cualquier extranjero le podría parecer ineficiente e insuficiente. Este fue el mismo pensamiento que llevo al Señor Supremo de los Goblins, quien había descubierto la verdadera naturaleza de su propia raza y la libero de la maldición que solían llevar.

Nemesio, el Tercer Legado de la Confederación de Blood Rose.

Por eso las campanadas eran gruesas y continuas, estaban bajo ataque, pero lo que más asusto a los nobles locales que corrieron al castillo del señor, era que aun cuando no estaban siquiera a medio camino de este empezaron a sonar campanas que nunca desearían escuchar.

Todas pequeñas y agudas, es decir, la muralla ha caído.

Apurando su paso aún más, utilizando mana, e incluso robando caballos o monturas que encontraran en su camino se dirigieron frenéticos al castillo, cuando vieron una turba frente a ellos, paralizada por la vista que tenían.

Un rastro de cadáveres de los guardias de la ciudad, que se dirigía al castillo del Señor y allí, en lo alto de la torre del Señor, la Bandera del Marques, un noble de alto rango, que tenía en su haber 300 soldados de elite, que no se contaban como guardia de la ciudad ni soldados regulares, se estaba prendiendo fuego mientras era arrojada.

Dos figuras allí de pie en la torre colocaron una bandera muy peculiar, una serpiente enrollada en una espada.

Los nobles que detuvieron su frenética carrera cayeron de rodillas ante tal vista surreal.

Los pasos de cientos de hombres podían ser oídos. Cuando dirigieron su mirada hacia la raíz del mismo, lo único que vieron eran Hob-Goblin con cota de mallas y armadura de cuero, llevaban una alabarda y un pequeño escudo adherido a alguno de sus brazales.

Su formación era perfecta. En unos escasos momentos estaban completamente rodeados y a punta de lanza.

Veían a muchos otros entrar a las casas y sacar a cualquier persona que encontraban. Pronto  tomaron a aquellos que tenían algún rango de nobleza y a los que sin ser nobles tenían alguna relación con ellos y les guiaron a la plaza de la ciudad, donde se encontraron con otras decenas de prisioneros que estaban atados de pies y manos.

Frente a los Hob-Goblins había una criatura de gran tamaño era tan alto que debía agacharse para poder entrar a cualquiera de las casas.

Este ser se paró frente a los cientos de prisioneros y hablo en vos fuerte e imponente.

“Donde está el Maques?, donde esta Edvenio y por qué no se colocó en el frente para defender esta ciudad?”

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5 días antes.

(POV Nemesio)

“A decir verdad, cometieron un error al dejar tan pocas tropas aptas para combatir” su voz era potente y firme, como siempre la recodaba.

Mi primer amigo real, hace más de 600 años que nos conocimos, comencé sirviendo bajo su bandera y cuando fundo la Confederación me ofreció el puesto como Tercer Legado.

“Tienes razón Hero, esto no será ni siquiera un ejercicio para mí y mis tropas”

Su mirada, aunque estaba dirigida al que sería el campo de batalla estaba distando como siempre. En raras ocasiones le he visto realmente interesado en algo que no sean sus trabajos en la forja.

“Veo que en realidad no tienes ningún problema por aquí, así que es mi deber como tu mejor amigo arruinar tu fiesta”

Una ligera pero siniestra mueca apareció en su rostro. Odio cuando hace ese tipo de mirada.

“Un destacamento diplomático se acerca a nuestra capital por barco, así que deberás esperar unos días más antes de atacar, además necesitamos que el ataque sea un éxito y con el mínimo bajas civiles, si arrasas con cualquier soldado da igual”

Entiendo que es lo que quiere pero por que tenía que ser justo a mí. Hay otros 7 legados repartidos a lo largo de las 7 ciudades fronterizas que tiene el Reino con el Imperio.

“Espera, será un ataque masivo y coordinado?”

“Como era de esperarse del Tercer Legado, entiendo que esta fuera de tu zona de confort pero esto es muy importante para nuestro principal objetivo”

“Así que haremos lo mismo que hace 500 años contra el Primer Imperio”

Su mirada se alegró, lo entiendo, cada vez que tiene la oportunidad de destruir algún reino, su felicidad aumenta.

“Eso es correcto amigo mío, pero esta vez el objetivo no es arrasar, si no capturar, tomaras la ciudad y harás prisioneros a todos los nobles y sus guardias, necesitamos mano de obra en las minas del este»