Quinto día de la Tercera Luna, Año 300513 después del Rubí
[Espero que no sea como lo he pensado, por que de ser así padre podría desatar su furia contra los Me´Ysilwood]
([] Este signo será utilizado para pensamientos o murmullo)
Murmuraba mientras veía a la pequeña a su lado.
“Hermana menor…”
Al instante ella dio vuelta su rostro haciendo un puchero.
“Esto me está molestando, porque no me llamas por mi nombre, no es como si fuéramos del Nor-este de la isla… al menos yo no”
Un poco aturdido, el joven comenzó a sentir felicidad, después de todo era su hermana menor, quería tener una buena relación con ella.
“Entonces Kirye, también deberías llamarme por mi nombre”
“Um, de acuerdo Dorian”
Exclamaba mientras asentía dos veces pareciendo una pequeña ave, luego su vista volvió a su montura.
“Herma… aaa… Dorian?”
“Que sucede Kirye?”
“Me podrías decir que son estas cosas que montamos?”
Sorpresa era lo que podía verse en la cara de Dorian, estas monturas eran de lo más comunes en toda la Confederación.
“Podría ser que no hay de estos une la capital de los elfos de las nieves, Ysilwood?”
“Um, solo hay ciervos y la verdad son aburridos”
Mientras se imaginaba como seria la capital de la Confederación, asintió con firmeza. Justamente sería muy aburrido, además de inútil, ¿Ciervo-monturas? Realmente…
“A que te recuerdan estos muchachos”
Dijo con curiosidad mientras esperaba una respuesta que ya sabía de su hermana.
“A dragones”
“Precisamente, pero no son dragones, son una especie que desciende de ellos. Son Dracos”
Mientras una mirada confusa cruzaba por sus ojos la pequeña Kirye inclino ligeramente la cabeza mientras fruncía el ceño.
“Descienden de dragones, pero no son dragones… Qué?”
Soltó una ligera risa, al principio tampoco pudo entender bien que eran los Dracos, después de todo el vivía en la “Montaña de siete elementos” junto a su madre en medio de la naturaleza. Eso fue antes de que llegara su padre y derrotara a su madre, la hija del “Emperador Dragón del Despertar”, aquella que tenía el título de “Emperatriz de la Calamidad”, sin ni siquiera usar su magia-rúnica o su martillo de guerra. Luego de que la derrota, ocurrió… eso.
Varios años más tarde cuando ya tenía 6 años de su nacimiento, llego una vez más el, su padre. El hombre de armadura Carmesí, con pelo carmesí… le gusta mucho el carmesí… carmesí… carmesí…
Para una vez más derrotar a su madre a puño limpio y llevarlos a vivir a la Confederacion.
En estos días pasaba algunas semanas al año con su madre, quien se convirtió en “Guardiana de los Cielos”, a pedido/Orden de su padre.
“Debes saber que el tío Slayer, es una gran alquimista verdad?”
“Tío Slayer, el padre de primo Maido?, si lo sabía, el creo casi la totalidad de formulas medicinales que utilizamos”
Mientras asentía, Dorian dijo con respeto en su rostro
“Correcto, pero con bases alquímicas y la profunda comprensión que tiene de las runas, Vida, Agua y Muerte, es capaz de manipular hasta cierto punto como se desarrollara una criatura, con esto y algo de ayuda de padre, el creó varias de las razas de bestias que utilizamos en la Confederación”
Cada vez que hacia una pausa para respirar, veía como la joven lo miraba con ojos brillantes y asentía como si fuese una pequeña ave. Si no conociera los antecedentes de esta hermana suya y el entrenamiento al que fue sometida, no se podría imaginar que fuera algo más que una joven común de un pueblo X.
“Entonces no entiendo por usaría a los dragones como base para una montura común”
“Una duda razonable, a la cual hay tres motivos”
Declaro mientras levantaba tres dedos de su mano derecha, la cual era una mano de humano normal, agarrando uno de ellos con la garra de dragón que tenía en la mano izquierda.
“Si ves a un jinete que cabalga a la batalla en un caballo, tal vez de algo de miedo, en especial si este usa armadura pesada, pero si ves aun jinete en armadura pesada, que monta un pequeño dragón también en armadura pesada, hay pocas personas que puedan pararse frente a tal espectáculo sin tener miedo.”
Bajo uno de sus dedos e inmediatamente tomo otro con las garras.
“Segundo, son mucho más fuertes que un caballo de guerra, tienen más resistencia, mas lealtad e incluso pueden aprender habilidades.”
Haciendo exactamente lo mismo que hace unos segundo bajo el dedo y señalo el ultimo en quedar con sus garras.
“Y el más importante… El tío Slayer es muy excéntrico”
Una mirada aturdida apareció en el rostro de la joven Kirye, podía comprender los dos primeros puntos, pero como supondría que el punto más importante era simplemente un capricho de su tío. No es que fuera algo menos, involucraba a la montura más común de la confederación siendo una especie o Sub-Especie de los dragones.
“Esto… en verdad el tío es tan… “Excéntrico””
Su mirada seguía algo incrédula mientras preguntaba con voz dudosa.
“Si, lo es, por completo”
Ante la respuesta rápida y sin vacilación de su hermano no dudo y en su mente coloco la imagen mental que tenia de su tío en una carpeta que decía “Excéntrico”
“Me pregunto que estará haciendo papa ahora”
Dijo la niña, tratando de relajarse después del golpe que le dio el saber que su tío era alguien tan extraño y despilfarrador.
“Creo que… un… si, en este momento debería estar forjando una nueva arma para nuestra hermana mayor”
La joven asintió y una figura bella apareció en su mente, la joven mujer que la había cuidado desde que se mudo a la capital de la confederación.
Recordó lo suave de sus brazos y lo cómodo de los hilos que la envolvían al dormir. Más importante que eso, recordaba como lucho al menos 15 veces contra ella y no pudo siquiera tocarle los talones. Una expresión de cariño profundo apareció en su rostro e inconscientemente acaricio la botella que llevaba en su cintura, una pequeña botella de que llevaba un líquido ámbar que brillaba siniestramente.
Era el mayor veneno que su hermana mayor podía producir, con tan solo unas gotas podría dejar moribundo a un Dragón Anciano, este era su mayor seguro de vida y la razón por la cual le tenía tanto afecto a esa hermana suya.
A la gemela de esta por otro lado no pudo verla mucho, por lo que sabía se encontraba fuera de la Confederación al momento de su estancia y no volvería hasta un par de años mas tarde.
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Mientras tanto, en un pequeño bosque dentro del territorio de la confederación, en un edificio similar a una cúpula de gran tamaño que estaba conectado otras 9 cúpulas de menor tamaño.
Un hombre de mediana edad estaba junto a una joven y hermosa mujer.
El hombre tenía un porte magnifico, un cuerpo grande y tonificado daba fe de lo excepcional de su fuerza, la mirada que poseía era como la de una águila, vigilante y penetrante, el largo cabello carmesí que caía hasta el final de su espalda era magnifico.
Llevaba un pantalón grueso y unas fuertes botas, mientras que un chaleco de cuero tachonado con acero negro era lo único que portaba en la parte superior de su cuerpo.
Miraba fijamente el yunque frente a él, mientras manipulaba la energía de la sala/cúpula con las runas grabadas en su cuerpo, moviéndola con facilidad y elegancia, pero a la vez con furia y firmeza.
La mujer joven no pudo evitar mostrar una expresión brillante al ver a tan talentoso herrero-arcano, sus mejillas se sonrojaron ligeramente por el orgullo de saber que estaba emparentada con él, su cabellos violeta empezó a brillar levemente, tratando de llenar el lugar al cual el hombre dirigía la energía, con su propia esencia.
¿El objetivo?
Un lingote color negro azabache, que descansaba sobre el yunque, mientras que gradualmente tomaba un color rojizo, y la temperatura proveniente del aumentaba.
La sala/cúpula en la que se encontraban era similar a una cueva natural, con musgo, rocas y minerales por aquí y por allá.
En una de las esquinas, había un enorme cráter que resplandecía con marcas rojas, mientras que en su mayoría estaba lleno de una especie de roca negra. A simple vista parecía nada más que un simple cráter, pero a los ojos de este hombre y cualquiera de sus discípulos era una exquisita forja natural, nacida del impacto de un meteorito. Una que no se había extinto aun después de los 2000 años después del día en que se descubrió.
En el centro de la misma sala, surgía del suelo el tocón de un antiguo árbol, de este, naciendo del mismo, había un yunque majestuoso. Unas hermosas enredaderas, que no se inmutaban ante el creciente calor que surgía del lingote, decoraban su exquisito porte.
En el fondo de la sala/cúpula un enorme cristal color marrón pardo dominaba el ambiente, el tenue brillo y el aura que emanaba demostraban que era cualquier cosa menos algo normal.
La energía que estaba siendo manipulada por el hombre de mediana edad nacía de este cristal.
Unos minutos más tarde el gran lingote por fin estaba completamente incandescente, sin perder tiempo el hombre de mediana edad lo sostuvo con unas tenazas que parecían las garras de un dragón y comenzó a golpearlo con un martillo que tenía un cabezal parecido a una gema preciosa.
Ocasionalmente el hombre sumergía el trozo de metal en el agua que fluía de una pequeña catarata ubicada en otro extremo de la habitación, enfriándolo para repetir el proceso de canalizar la energía en el.
Luego de repetir el proceso por más de 7 horas, el hombre se detuvo y contemplo la obra que había creado.
Pero solo parecía una burda y tosca hoja, inmediatamente circulo la energía de las runas en su cuerpo y desato su propia Fuerza espiritual para potenciarlas, pronto la hoja comenzó a resplandecer. Unos minutos más tarde observo una vez más la hoja.
Una hermosa espada de 3 pies de largo (90-91 cm), su cuerpo parecía recto pero tenía una leve curvatura y la punta tenía un doble filo a diferencia del resto de la hoja. No llevaba tsuba, era una espada completamente armoniosa desde la base hasta su punta. Contenía un leve y tenue brillo dorado, pareciendo emanar un aura sagrada
Una última vez el hombre de mediana edad canalizo la energía del enorme cristal marrón pardo, pero esta vez la fuerza que utilizaba nacida de sus runa era caótica y desenfrenada, le había dado rienda suelta a su fuerza espiritual para alimentar con ella las runas en su cuerpo e impulsarlas mucho más que ante. Mientras lo hacía en el cuerpo de la hoja comenzaron a aparecer una serie de grabados color rojo incandescente, como si alguien los estuviera escribiendo sin la más mínima dificultad, una vez estos dejaron de aparecer y su color volvió a ser el mismo que el de la hoja, un nuevo brillo apareció en los grabados, pero este era completamente verde, un verde puro y penetrante.
Continúo de esta forma unos minutos más hasta que finalmente se apagaron.
El hombre de mediana edad miro su espada sin ninguna emoción y luego desvió la mirada a la hermosa joven a su lado, solo en ese momento apareció una sonrisa deslumbrante en el rostro del hombre, una cautivadora sonrisa.
“Esta lista, Nenia”
Dijo con una voz grave y profunda, pero que a su vez tenía un extraño encanto aparecía en ella.
La joven tomo la espada que el hombre de mediana edad le entregaba, de inmediato comenzó a hacer circular su propia fuerza espiritual en ella, una vez más el color de las marcas en su cuerpo brillaron vivazmente. En el momento que parecía que podría dañar los ojos el simple hecho de mirarla, la joven se cortó el dedo pulgar con su uña, para dejar que un pequeño hilo de sangre recorriera por completo las marcas.
Unos momentos más tarde el brillo verde menguo dejando ver un leve hilo de luz carmesí en el centro del mismo.
La joven mostro una sonrisa que podría derrumbar un imperio, los hombres se matarían entre ellos únicamente para poder contemplar semejante espectáculo.
Ella tenía razones para esta tan feliz, la hoja fue sellada a ella, ahora únicamente podría mostrar su verdadero poder cuando fuera ella quien la empuñe, de ser otra persona solo podría considerarse una espada de acero, de excelente calidad, pero sin ningún encanto en particular.
En ese momento la guardo en su funda y su vista se dirigió al hombre de mediana edad.
“Gracias padre”
Fue lo que ella dijo, mantuvo una voz compuesta y educada como si no fuera su padre y en su lugar agradeciera a un superior. Se había acostumbrado a expresarse a su padre con esas formas debido al estatus que el mismo tenía en la Confederación.
El hombre no dijo nada.
Pero en el momento siguiente ella simplemente se paralizo. Aun estando atenta y en guardia no pudo discernir cuando el hombre la abrazo y presiono su boca en la cabeza de ella. Dándole enorme y sincero beso.
“No tienes que tratarme de esta forma cuando estamos solo”
Decía el hombre mientras sus ojos se cerraron.
“Después de todo siempre serás mi pequeña, no importa cuánto tiempo pase, siempre te amare y protegeré Menia.”
La joven ya no pudo mantener su compostura y rompió en llanto mientras correspondía al abrazo del hombre de mediana edad.
“SI papa”